62. Adiós A La Esperanza

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No intervengas… no lo hagas, no intervengas"


Escuchó París en su interior, pero ya lo había hecho… se maldijo en silencio y salió de ahí, desapareciendo en cuanto vio que el director, el sanador y los demás iban corriendo a la enfermería.

-¿Qué demonios me pasa? ¿Y si le pregunto a madre? - pero si se lo decía y averiguaba que Aryth había sido quien lo había puesto sobre aviso, eso lo aterraba… lo estimaba como para que algo malo le sucediera, porque aunque fuera inmortal, siempre había modo de ser castigados.

En el mundo de las almas, Hope parecía dormir, acurrucada entre los brazos de Draco y el chico dormitaba también, le había llevado mucho tiempo para que se tranquilizara y ahora la tenia entre sus brazos, a esa frágil alma solida, cuando de pronto, de la nada, Hope desapareció y Draco sintió un sobresalto.

-¿Hope? - preguntó y miró a su alrededor ¿A dónde se había ido? Ella no desaparecía de ese modo…

-¡Draco! - escuchó su nombre en la lejanía - ¡sálvame! - se puso de pie y comenzó a buscar, saliendo de su habitación, afuera estaba en medio de la oscuridad, los largos pasillos parecían lúgrubes, bueno, lo eran… hacía mucho frío, por lo que se abrigó bien…

Comenzó a avanzar lentamente, buscando, abriendo de nuevo las infinitas puertas, arriesgándose un poco mas, avanzando pisos arriba, entre las almas que vagaban en los solariegos pasillos, pero es que esa voz la tenia clavada en la mente y deseaba hallarla…

-"Draco, estoy aquí"

Y miró a todos lados… de repente, vio una lucecita que se posaba sobre él y parpadeaba, la luz comenzó a bailotear en el aire y parecía que con cada parpadeo le decía ¡Sígueme! Ya que hacia todo lo posible porque el rubio siguiera el camino que la lucecita tomaba.

Y se guiaba por la luz y la voz que seguía escuchando en su mente, pero así decidió seguir a la luz, algo le decía que quería comunicarle algo, finalmente después de unas horas humanas de estar siguiéndola, la luz lo guío hasta dar con la habitación en donde estaba Hermione, casi congelada.

-¿Hope? - llamó con suavidad, pensando que quizás era ella

-¡Sálvame, aquí! - escuchó una débil vocecita y entonces abrió la puerta, y sintió que su corazón se detenía al ver en el piso a Hermione...

Draco corrió hacia su mujer y la revisó, ella estaba tan fría, de inmediato, miró a todas partes, pero Hope no estaba, así que tomó a Hermione en sus brazos, sacándola de ese sitio, vio de nuevo esa lucecita que iba a toda prisa adelante y decidió seguirla, quizás lo sacaría de ese pasillo…

Y  así fue, la luz lo sacó al primer piso en donde estaba la habitación que le había dado Kirana, y la luz desapareció, el rubio suspiró y mirando a Hermione entre sus brazos, se la llevó  de inmediato a su habitación, estaba helada, totalmente helada y húmeda, así que sin mas, le quitó toda la ropa mojada y la envolvió con las sábanas, dándole calor.

-¿Qué estabas haciendo ahí? - se preguntaba Draco, masajeando el cuerpo de la chica envuelto en las sábanas, recordando lo helado que se percibía.

Y así siguió, dándole masajes y calor, hasta que ella, dio un respiro muy fuerte y comenzó a respirar normal (por así decirlo) Aunque no reaccionaba del todo, el la mantenía abrigada...

Hope había aparecido, pero menos sólida, como más transparente y opaca, los miraba a través de la ventana, como entre neblina, con las manos pegadas al vidrio y aún con el rostro demacrado.

-¡No la dejes ir... no la dejes ir! - pensaba la niña - ¡O no me conocerán nunca!

En el mundo mágico, la fiebre había cedido, así como la frialdad de sus manos y pies, aunque ahora pasaba por un resfriado, el bebé se movía débilmente, y Hermione era vigilada constantemente, todos esperaban que esa mejoría fuera buena señal.

Solo Quédate en Silencio. Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora