38. El pasillo

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Draco no pidió permiso y ni informó lo sucedido, lo mismo que Harry, Ron, Ginny y Luna, todos salieron por el pasadizo que llevaba al sauce boxeador, finalmente ya sabían como controlarlo, pero al estar afuera, se preguntaron en que se irían.

-¡Tresthals! - dijo Luna - ¡Busquemos a los tresthals! - tratando de no pensar que Ron estaba a pocos metros de ella y aún la turbaba.

-¡Cierto! - y todos corrieron al bosque prohibido.

Para su suerte, Hagrid les acababa de dar de comer así que una manada estaba reunida, por lo que Harry y Luna guiaron a Ginny y a Ron hacia los animales alados para que los montaran, Draco se quedó helado.
-¿Esos son los dichosos threstals?

-¿Los ves? - gruñó Harry

-Draco vio morir a sus padres - dijo Luna severamente - es lógico que ahora los vea

-Súbete Malfoy, que no tenemos tiempo...

Draco subió a uno de los animales y ordenó ir a la mansión Malfoy, de inmediato las criaturas se elevaron, y dirigieron su vuelo hacia la mansión, a toda velocidad, entre los nubarrones oscuros, entre el viento helado.

Pero llegaron a la mansión, y fue extraño, no había luces, no había risas ni charlas, ¿en dónde estaban Bethel y Susan? Malfoy entró a la mansión seguido de los chicos, con varitas en alto, encendiendo las antorchas a su paso.

Harry y los chicos veían por fin el interior de la mansión, aunque con las decoraciones de las tías, tal vez ya no era la misma de antes, fría y sin vida. Ellas no se encontraban por ningún lado, y los chicos seguían encendiendo las antorchas, hasta que Luna encendió la chimenea.

-¡Aquí están! - chilló.

Las dos señoras yacían en los sillones, profundamente dormidas, aun sosteniendo sus copas de vino a medio beber, y una hermosa botella, que se notaba que era nueva.

-¡Despierten, despierten, Bethel, Susan! -las zarandeo Draco, pero ellas estaban bien dormidas.

-Alguien las hechizó - dijo Ginny - debieron poner alguna sustancia, pócima quizás en su bebida para dormirlas y traer a Hermione aquí.

-¿Pero quién? - era la pregunta que se hacían los jóvenes presentes.

-¡Miren lo que dice la botella! - señaló Luna, ésta tenia un pequeño recado que decía "Beban a mi salud, Draco y yo, mas felices que nunca, brinden por mi felicidad.  Hermione Granger"

-Imposible - dijo Draco mirando la botella detenidamente - Hermione no pudo enviar esta botella de vino a mis tías, algo anda muy, muy mal...

-¿En dónde está atrapada Hermione? - preguntó Harry con desesperación

-En el último piso... iré por ella

-¡Nosotros vamos contigo! - dijeron los demás arremolinándose en las enormes escaleras de caracol que había en medio de la estancia.

-¡Imposible!

-¿Qué?

-No podrían entrar - respondió sombríamente el rubio - en ese lugar solo pueden entrar los Malfoy... cosas terribles les sucederían si ponen un solo pie en ese lugar

-¡Pero Hermione está ahí! - Protestó Harry molesto - ¡Y mi deber como su amigo es protegerla y lo haré!

-¡Pero yo soy su esposo y sé que esta en peligro, uno de donde solo yo puedo sacarla!

-¡Iré contigo!

-Iremos - dijeron Luna, Ginny y Ron

-No entienden… no se como pudieron meter a Hermione… solo un Malfoy puede hacerlo, si entran conmigo… serán asesinados de inmediato… pero si eso quieren…

Solo Quédate en Silencio. Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora