64. ¿Por qué te vas? ¿Por qué me dejas?

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Luna sonrió…

Tocó su intimidad e hizo un gesto de dolor y alzó la mano… unas gotas de sangre… miró largamente sus dedos y trató de incorporarse, hizo un gesto ¡Nadie le había dicho que le costaría trabajo ponerse en pie! ¿Exageraba? O quizá era porque Paris estaba tan bien proporcionado que pese al cuidado había quedado lastimada.

Limpió sus dedos y sonrió de nuevo… se ruborizó al recordarlo desnudo y hundió su cabeza entre sus piernas temblorosas ¡París era tan bello y sensual! Y ese cuerpo había sido de ella… a cambio de ese sacrificio, le había entregado su pureza…

Y no había sido al París bueno, al castaño, al que le sonreía dulcemente y la cuidaba con recelo… había sido al Paris malo, al de los ojos y pelo oscuros, sonrisa retorcida y que le decía lunática… al que decía tenerle lástima…

-Mío - Murmuró mirando a la puerta - Aunque sea por esta vez

Vaciló al ponerse en pie, las piernas aún le temblaban, se vistió y salió, fue directamente a la habitación, donde se ducho largamente, mientras recordaba cada paso y cada minuto de lo que le había pasado… ya no era más una niña… era una mujer…

Claro, sería una mujer muy triste, el ciclo escolar se terminaba a unas pocas semanas, Ginny aún tenía secuelas de lo que le había pasado, Draco seguía en el inframundo buscando el alma de su amada esposa, y ella… se convertía en mujer y se iba a casa… para estar de nuevo en medio de la soledad… sin sus amigos, sin París y sin nada.

Sobre todo sin París, porque en ese momento…

-¡Al diablo la escuela! - salió del colegio furioso, molesto, arrepentido, dolido, y con la conciencia intranquila.

Sacó su varita, la agitó un par de veces y se convirtió en guadaña…

-Me largo a casa - gruñó… el París anterior había aguantado quizás más que él, pero ahora, no había soportado el enorme placer y a la vez el enorme dolor y el enojo al hacerle el amor a Luna…

¿Qué podría tener esa niña?

De todas maneras, aunque ella se lo dijera… ¡Él jamás nada que ver con la lunática! El nada que ver con nadie… sintió un hueco en su pecho, algo muy pesado y oscuro, algo que jamás había sentido nunca y odio su parte humana… no la quería…

-"Espero no verte jamás"

Fue su último pensamiento antes de que girara con suma facilidad la enorme guadaña que portaba y abriera una brecha, se metio y de inmediato la selló… llegando al bosque de los muertos, a su casa, a su mundo…

Pero de repente, todo aquello a lo que estaba acostumbrado, se le hizo terriblemente gris y patético, la soledad que lo embargaba era infinita… odió por primera vez… su hogar definitivo.

En tanto, en el inframundo…

-Draco - sonrió Lady Kirana cuando ambos se encontraron en la estancia - te quedan tres días ¿lo sabías? - sonrió apesadumbrada, el chico tenia una cara de pocos amigos, había llorado y se notaba, había pensado mucho sobre lo que pasaría.

-¿Tres días? - preguntó extrañado y cuando sacó su pequeño reloj de arena, observó que los minutos y las horas eran muy rápidas

-¿Qué aflige a tu corazón? No es Ida...

-Quiero saber donde queda el reino de Noor...

-¿Para qué quieres saber donde queda el reino de mi hermana Noor?

-¿Es tu hermana?

-Si... Lady Noor....

-Hope fue llevada ahí, tengo que ir por ella...

Solo Quédate en Silencio. Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora