13. Cumpleaños feliz

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Michelle

Me muerdo el labio inferior para reprimir los ruidos que deseaban salir por mi boca.

Seguido Jack cae a la cama, tumbandose a mí lado, ambos agotados por haber llegado al orgasmo por segunda vez en la mañana.

Estos si que eran unos buenos días, y pensar en la tarde que se venía me alegraba mucho más.

Miro la hora y al ver que son las 10:30 me levanto rápido.

Mierda. Había quedado con las chicas a las 12 para darle el regalo a Jessie y ya quedarnos por el resto del día en su casa, y después de lo que había hecho, me tendría que dar una ducha y arreglarme rápido si como buena mejor amiga quería ser la primera en llegar.

- Te tienes que ir - Digo dando vueltas por mi habitación y buscando lo que tenía pensado ponerme.

- ¿Para eso me quieres? ¿Solo para follar? - Dramatiza aunque se le escapa una sonrisa divertida.

Me giro para mirarle y no puedo evitar sonreír también, se le veía tan especialmente guapo siempre después de hacerlo.

- Mi madre cree que sigo dormida y en nada vendrá para despertarme, y ya sabes lo mucho que te quiere - Ironizo con lo último - Así que venga, levantaaa.

Lo hace de mala gana y se viste con la ropa que había traído.

Todo había ocurrido por unos mensajes subidos de tono porque me había despertado con un calentón, y como quería... Lo había conseguido.

Había sido sencillo, me mimaba mucho y más si era de esta manera.

- A mí madre si le gustas mucho tú, de verdad.

Me quedo mirándole y al ver que no bromea ladeo la cabeza.

Había coincidido con su madre algunas veces cuando estábamos en su casa, en especial la vez que me invitó a cenar porque le quería contar que estábamos juntos.

Era una mujer encantadora, y al contrario que mis padres, ella nos apoyaba al completo y me decía que me podía quedar con ellos el tiempo que quisiera.

- ¿Ah sí? ¿Y eso? - Me hago la tonta, quería escuchar el porqué de sus labios.

- Será porque eres la más guapa de todas mis novias anteriores... - Me guiña un ojo mientras se acerca a mí, no puedo evitar reír.

- Dime algo que no sepa - Contesto divertida y pongo mis manos en su pecho cuando el coge mis caderas con las suyas.

- Además, has sido la única que ha conseguido que su hijo fume menos.

Alzo una ceja.

Noah había conseguido que Ashley dejara de fumar porque a la primera no le gustaba del todo el tabaco, pero yo jamás me metería en eso.

Ser su novia no me permitía decirle que hacer o no, y aunque lo mejor por su salud fuese que lo dejara...

Seamos sinceros, es tan jodidamente sexy cuando fuma que no se lo podría prohibir.

- Ahora cuando tengo ganas de fumar, te beso - Explica mostrando su sonrisa traviesa.

- ¿Y cuando no estoy contigo?

- Pienso en lo que hemos hecho hace unos minutos... Y me entran ganas de otra cosa - susurra pícaro a mí oído haciendo mi piel erizar.

- Idiota, vete, ya.

Suelta una carcajada y me da un beso de despedida, para luego bajar cuidadosamente por mi tejado hasta llegar al suelo e irse en su coche.

Había sido unos muy buenos días.

La historia que nunca quisimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora