Epílogo

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Narrador

10 años después...

En una bonita playa de California se apreciaba un reencuentro por la ilusión y los grandes abrazos y besos que se daban unos a otros.

Se trataba de una familia numerosa, con una madre joven de pelos rizados, un padre mucho más alto que ella y sonriente, y sus tres hijos los cuales llevaban la especialidad de la familia: Los rizos.

Eran una niña y dos niños.

La mayor, Lauren, el mediano, Julián y el pequeño Nick.

También se veía a otra familia, pero esta más pequeña al no estar formada al completo.

Era una pelinegra y un castaño con unos cuantos tatuajes.

La primera cogía la mano de su hija, la cual se soltó de ella rápidamente al ver a su mejor amigo desde que tenía memoria: El hijo menor de los Wallace, Nick.

Aquella pequeña tenía el pelo de su madre pero los ojos grises de su padre, era Martha Hossler.

Ashley tenía decidido que si tenía una una niña tendría que ser llamada como la mujer que le salvó la vida en no solo una ocasión, sino en dos.

La que le enseñó a verla de colores en vez de con tonos oscuros, al igual que una de sus queridas amigas con un nombre muy parecido, como la conocían los pequeños: La loca de la tía Marta.

Por terminar, había un castaño bromista que no dejaba de molestar con una sonrisa a su querida rubia; un pelinegro fuerte con una mariposa tatuada en el pecho y una atractiva joven con cuerpo definido por todo el ejercicio que hacía, que había tenido que parar para hacerse una foto con una de sus fans.

Podía decirse que ya no eran los adolescentes alocados que una vez fueron, y que cada uno de ellos tenía su vida bastante formada con su pareja estable desde aquellos momentos.

Pero aún así, su amistad seguía siendo fuerte, y aunque estuviesen ocupados con sus trabajos, cada fin de semana quedaban para pasar el día juntos y ponerse al día de las últimas novedades: como que Ashley y Axel iban a por el segundo bebé, Michelle coleccionaba más premios y medallas gracias al Voleyball y Jessie triunfaba con sus fotografías en la prensa.

Y como destino vacacional en aquella semana de Agosto, siempre elegían su querido lugar: California.

Lauren, la menor que llevaba más tiempo acompañandoles en este viaje, se sabía la historia del "mejor verano" y "la mejor noche" de memoria; mientras que los pequeños, Nick y Marthita, la escuchaban con atención, delante de la fogata que siempre hacían, como si fuera su cuento para antes de dormir.

Aunque hubiesen pasado muchos años desde aquellos recuerdos, la amistad de aquel grupo continuaban siendo la misma.

Mantenían las risas, el cariño e incluso las mismas bromas como si todavía fuesen unos adolescentes.

Como una vez juraron, eran los mejores de siempre,
y para siempre.

Nota de la autora

Sinceramente, ni en mis principios tenía pensando estar aquí, ni siquiera hacer una segunda novela.

Pero como ya expliqué, cuando terminé la primera me sentí incompleta, quería contar mucho más de la vida de Ashley, de sus peores y mejores momentos, de todo lo que ha superado. Al igual de sus mejores amigas, las que le han estado acompañando en todo momento, ellas se merecían hablar desde su propia voz.

Para mí la primera novela fue como aprender a vivir con una herida, ser consciente del pasado y de mi realidad, pero en esta segunda he aprendido a curarme al completo.

A ser un girasol con todos sus pétalos como lo ha llegado a ser nuestra protagonista.

Como siempre estaré agradecida, todo esto es gracias a mi grupo de amigas, las que en cada capítulo me han apoyado y en numerosas ocasiones me han levantado como aparece que hacen sus personajes en la novela con Ashley.

Y también, no puede faltar el agradecerle a mi psicóloga aunque ella no lea esto. Gracias a ella me creí yo misma que era capaz de escribir, que todo dependía de mí, no de nadie más.

Por eso mismo tenéis desde el capítulo uno de "La historia que nunca tuvimos" hasta este. Y por último os quiero dar las gracias a todas vosotras, lectoras, por leer lo que escribo y por seguir esta historia tan importante para mí ♡

Para mí sois las de siempre,
y os lo agradeceré para siempre.

La historia que nunca quisimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora