22. Relatos de Navidad I

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Lucy

Las mejores épocas del año se acercaban: Navidades.

El fin de los exámenes, celebrar varias noches con la familia y quedar con los amigos...

También me alegraba que Ashley hubiese mejorado un montón desde que volvió a ver a su psicóloga Martha.

Habíamos quedado en que ahora, cada vez que se sintiese mal, en vez de alejarse poniendo el móvil en modo avión intentaríamos hablar del tema, o sino quería, distraerla de él.

Y así había sido, estaba aprendiendo a afrontar sus bajones y estaba muy orgullosa de mi mejor amiga.

Aparte de que un chico que empieza por A y termina por xel no se separaba de su lado, y aunque ella no lo admitiese, todas le notabamos que también era gran motivo de su felicidad.

Según ella nos había descrito, estaban en ese momento perfecto, en el que sólo sois amigos pero tonteais con deseo de ser algo más... Pero no llegáis a cruzar la línea para no estropear lo que tenéis.

No entendía una mierda de esa etapa, yo siempre me había enamorado y había deseado estar con esa persona lo antes posible, pero lo que si sabíamos Michelle, Jessie y yo es que si no pasaban a más, era porque Ashley todavía no estaba preparada para dar el paso.

Si fuese por Axel...

Pero me alegraba que cumpliese su palabra de esperarla, demostraba que le gustaba de verdad y me hacía estar de su parte a la hora de quererlo como cuñado.

Aparte de los avances de mi mejor amiga, navidades también significaba amor, mucho amor.

Mis hermanos se habían ido el primer fin de semana con sus novias a la nieve, y mis padres me habían dejado la casa sola para ellos celebrar su aniversario.

Repito: La casa sola.

Sola.

¿Adivinar quién había invitado a su novio para vivir con ella durante un fin de semana?

El cual estaba siendo maravilloso.

El viernes adornamos toda la casa mientras escuchábamos One Direction a todo volumen, de tanto escuchar todas sus canciones en bucle, se las había llegado a aprender.

Lo cual me parecía lo más tierno y sexy del mundo.

También hicimos maratón de películas Marvel y algunas romanticas, en las que acababa abrazada a él, admirandole y dando gracias por la suerte que tenía de tener a un novio tan genial como lo es.

Y así hasta el domingo... Hoy.

Estábamos haciendo unas galletas de Navidad para recibir a todos, que volvían por la tarde.

Llevaba un moño y una sudadera de Harry, y no podía dejar de chuparme los dedos al mojarlos en la rica masa.

- Luego te va a doler la barriga - Me avisa sonriendo y quitándome el bol de las manos.

- Ayyy, es que está muy buena - Pongo cara de cachorrito pero me aguanto porque tiene razón.

Me conocía tan bien.

- Claro que está buena, la hemos hecho nosotros, los mejores chef.

Sonrio sentandome en la encimera y disfrutando de la última parte de masa que se me permite coger antes de meterla en el horno.

Harry me mira serio, como si me regañase con la mirada, y luego muestra una media sonrisa sin remedio.

- De todas maneras, si me pongo mala me cuidaras, ¿a qué sí? - Le pregunto sonriente.

- Sabes que no te puedo decir que no...

Le doy un suave beso, el cual sigue a otro, y a otro más...

Comienza a hacer calor, pero aún así me agarro fuertemente a su cintura enlazando mis piernas en ella.

Veo una sonrisa pícara asomar por su rostro, y no puedo evitar quedarme embobada con ella.

Y como no, que se me mojen las bragas, era raro que no lo hubiera hecho ya en estas situaciones extremas.

- Lucy... - Me susurra mientras deja besos por mi cuello.

- Está bien, uno rápido.

Y presos de la adrenalina y la pasión, nos deshacemos de nuestras prendas de la parte inferior y me empieza a penetrar.

Me agarro a sus fuertes músculos mientras jadeo por cada estocada que noto en mi interior, se le daba tan bien esto...

Mi yo vergonzoso os diría que era la primera vez que lo hacíamos así, pero mentiría, ¿y para qué hacerlo?

Ya lo habíamos hecho en la ducha, en la mesa, y la mejor vez: contra los ventanales como en una escena de un libro que leí.

Harry me volvía loca, y se podía demostrar hasta que punto con esto.

Con él me dejaba llevar al completo, al igual que él conmigo.

Nos volvíamos uno y el tiempo pasaba rápido...

Escucho unos golpes.

¿Es en la puerta?

¡No, joder!

- Agh Harry creo que están aquí - Gruño haciendo que salga de mí y comenzando a ponerme la ropa de nuevo.

Intento ordenar mi pelo.

- Mierda - Maldice haciendo lo mismo que yo, incluso más rápido.

Me dirijo hacia la puerta y al abrirla...
Son Michi y Jessie.

- ¡Lucyyy! ¿Te hemos interrumpido la follada? - Saludan y preguntan riendo, pasando sin esperar a que se lo ofrezca.

Cojo aire y decido olvidar lo que han interrumpido que daba lugar en la encimera de la cocina y centrarme en ellas, que por muy oportunas que fueran, han venido y me alegro de verlas.

- ¡Oh galletas! - Les escucho exclamar.

Llegando después, veo que Harry las ha sacado del horno y tienen una pinta riquisima.

Sin esperar ni a que se enfríen, ambas empiezan a coger con las dos manos y a llevarselas a la boca aunque estuviesen casi quemandose.

Rio negando con la cabeza, eran como dos niñas pequeñas, lo que me hacía saber que estaba entrenada con ellas para tener hijos.

Harry me guiña un ojo cuando ninguna mira y un sonroje se apodera de mis mejillas.

Ya tendríamos tiempo en todas las navidades para hacer el amor...

Y para lavar todas mis bragas mojadas.

- - -

Mientras nosotros estamos en la vacaciones de verano...

¡A la novela llega la Navidad! ¡Ho ho ho!

*Inserte un Harry en el futuro vestido de Papá Noel para impresionar a Salvadorcito, Felipito y Laurita*

Para celebrar estás épocas veréis un capítulo de cada pareja, espero que os gusten mucho♡⠀

La historia que nunca quisimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora