43. Los de siempre

726 47 14
                                    

Lucy

Ashley y yo estábamos en su casa, andando de un lado a otro del cuarto de baño para maquillarnos y arreglarnos lo antes posible.

Nos imaginábamos que Michelle y Jessie estarían igual. Es lo que siempre hacíamos, dividirnos entre las parejas de mejores amigas y luego sorprender a las otras dos.

Mientras, teníamos nuestra playlist a toda voz, y la cantábamos gritando aunque nuestras voces sonaran fatal.

- ¡Háblame de mi regalo! ¿Me gustará? - Me insiste y yo ruedo los ojos asintiendo.

Aunque no pueda negar que yo también tengo curiosidad sobre mi regalo sorpresa (atrasado) de cumpleaños.

- Te gustará, de verdad, te lo digo por octava vez.

- ¿Pero cómo es? ¿Me gustará tirando a lo emocional de ponerme a llorar o de ponerme a gritar?

- Creo que más bien la segunda, la que llorará seré yo como siempre - Bromeo y ella rie dándome la razón.

Al fin, a veces pensaba que estas chicas eran mi práctica para ser una verdadera madre con un bebé.

Sin darme cuenta al estar entretenida maquillandome y respondiendo sus preguntas, al girarme a ella veo que ya está vestida, y está... Preciosa.

Tiene un bonito vestido largo rojo oscuro, y su pelo está recogido dejando unos mechones sueltos a los lados como flequillo.

Antes de soltar el primer halago, me pide que le enganche el collar que le había regalado Axel por su cumpleaños.

- Di que sí, para rematar - Comento abrochando el enganche de este y ella rie.

Ahora encima de su pecho se ve un colgante plateado del que cuelga la palabra Ghostgirl.

- Ahora sí... ¿Qué te parece? - Pregunta sonriente, posando para mí.

- Más perfecta que nunca - Respondo con sinceridad, observando desde sus tacones hasta sus pestañas largas.

Su sonrisa se ensancha.

- Ese era el propósito - Dice orgullosa por haberlo conseguido.

Y a continuación, para romper el momento bonito, me empieza a meter bulla para que yo también termine.

...

Toco en la puerta de su habitación, donde me imagino que llevará haciéndose fotos desde que le he pedido que salga del cuarto de baño y me deje vestirme sola.

- ¡No hace falta que toques si te estoy esperando!

Me lo tomo como un: "se puede" y abro la puerta, dejando ver mi misterioso vestido rosa claro.

Ashley, sin exagerar, se queda boquiabierta, lo que me hace reír.

- Ahora dime tú, ¿cómo estoy? - pregunto ladeando la cabeza.

- Tan preciosa como lo será esta niña.

Coloca sus manos sobre mi barriga con una sonrisa.

- ¿Niña? Aún no lo sabemos, queremos que sea sorpresa...

- Pero yo presiento que será una pequeña Lucy. Con tus mismos rizos e ilusión.

Me quedo mirándole a los ojos intentando controlar mi emoción.

- No me hagas llorar que se me estropea el maquillaje, jo.

Ella rie abrazándome fuertemente.

La historia que nunca quisimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora