La historia que nunca quisimos

25. Relatos de Navidad IIII

Ashley

Las navidades te las podías tomar de dos maneras: Una época maravillosa en la que todo es felicidad, o verlas por el lado melancólico, pensando en con quien las querías pasar y no la estás pasando.

Y me parece que yo, una amante de las navidades y de adornar la casa entera con Marcus cantando a toda voz el álbum de Navidad de Sia, este año me las estaba tomando por la otra cara.

Aunque estuviese feliz porque iba avanzando y mejorando, el pensar en ella siempre me hacía mal, sentía como si me estuviese persiguiendo al aparecer en mi mente en mi intención de mejorar y estropeandola con su recuerdo.

Por suerte, a mi alrededor tenía como siempre a personas maravillosas que me hacían solo ver la felicidad, la luz de la oscuridad.

Sinceramente no se que haría sin ellos.

El día siguiente a Navidad, estaba aburrida en casa, mis padres volvían a trabajar y mis hermanos habían salido con sus amigos.

Michelle, Lucy y Jessie habían planeado cada una un plan con sus respectivas parejas, pero mi mejor amiga, conociéndome y teniendo en cuenta que seguramente estaría de bajón por quedarme sola en casa...

Me dedicó una canción seguido de un bonito mensaje.

"Estoy muy orgullosa de todo lo que estás logrando, no pares ahora, alcanza tu mayor luz y yo te ayudaré a no volver a soltarla jamás"

Esos dos mensajes me hicieron soltar algunas lágrimas, para mí Lucy era como un ángel con su gran corazón, amplia sonrisa y siempre feliz y luminosa.

Y tenía razón, había avanzado mucho y no quería mandarlo todo a la mierda por un simple bajón, así que decidí levantarme de la cama e ir al lugar al que él me dijo que siempre sería bienvenida, el nombrado mi lugar, aunque yo lo sintiese como nuestro.

...

Estábamos los dos en su azotea, mirando las vistas que me enseñó hace algo más de un mes y me quedé alucinadas por ellas.

Y aunque hubiese ido algunas veces más, me seguían encantado.

Durante las primeras semanas, para mí esta azotea era como la hablada por Billie Eilish en su canción de before I go, pero ahora conseguía calmarme el estar aquí y ver las nubes, admirar la ciudad y distanciarme de todos los demás...

Excepto de Axel, que siempre se quedaba a mi lado en silencio en estos momentos.

Tal vez lo que me conseguía calmar era su compañía.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

Él asiente, pasando su mirada de hacia adelante a mí.

- ¿Por qué se convirtió en Mi lugar?

- Porque es tu lugar - Dice sin pensarlo.

- Apenas nos conocíamos Axel, y aunque te gustase mucho... Este era tu lugar, no el mío, ¿por qué me lo cediste?

Se humedece los labios, pareciendo medir las palabras que soltar ahora.

Lo que para mí solo hace que parezcan más tentadores de lo que por si son...

- Sentía que estabas pasando por lo mismo que yo pasé, te miraba y me veía a mí hace unos meses - Suelta al fin, y le escucho atenta - Solo te quería ayudar.