Michelle
Los entrenamientos para llegar a la final estaban siendo duros, pero el hacerlo con mis compañeras entre algunas bromas resultaba divertido, como una manera de descansar de los estudios.
Gracias al equipo había conocido a unas chicas geniales, pero con la que más había conectado era con una rubia de ojos azules llamada Reese.
Tenía mi mismo humor y se podría decir que eramos un dúo destacable, siempre nos intentaban sacar juntas porque ella era una magnífica colocadora con la que mis remates congeniaban a la perfección.
Incluso las entrenadoras insistentes por querer sacar lo mejor de nosotras y todas nuestras compañeras se solían reír de bromas que hacíamos.
Sin más palabras, eramos la chispa del equipo.
- ¿Qué tal el día? - Le pregunto mientras estiramos, ella se está haciendo una alta cola de caballo.
- Un chico me dijo tóxica y me quedé a lo... ¡Como si no lo supiera! - Exclama y por sus míticos gestos no puedo evitar reír, ella sonrie ampliamente - ¿y a ti, guapa?
- Fui a ver a mi amiga Lucy, la embarazada - Le aclaro para que no se confunda con Ashley ni con Jessie.
- ¡La mamá! ¿Cómo le va?
- Muy bien, buah, su barriga está enorme... Creo que esta va a ser la única vez por la que me ilusione de que nazca un bebé, bueno y también por los de Ashley, seguro que acaba teniendo a un pequeño grunge con su novio Axel.
- Normal chica, cuando el niño tenga sus 18 años... ¡Me llamas! - Susurra lo último guiñandome un ojo y haciendo el gesto de teléfono con la mano.
Suelto una carcajada y nos levantamos para empezar a practicar las jugadas, llegar a la final no se conseguía sin más.
...
- Ahí está Jack - sonrio ampliamente al verle esperándome en su coche con la ventanilla bajada.
Llevaba una camiseta negra de tirantes y unas gafas de sol, es decir, me estaba calentando incluso después de haberme acabado de dar una ducha de agua congelada en los vestuarios.
- Que suerte cabrona, creo que tu chico es el único que está buenísimo y no es gay - Comenta Reese haciéndome reír.
- Supongo que tuve suerte - Reimos y nos despedimos con dos besos, diciéndonos un "hasta el próximo entrenamiento".
Me subo al asiento de copiloto y ahí está el buenorro, con esa sonrisa brillante que le queda tan bien en su rostro.
No me aguanto más y le doy un beso apasionado de saludo.
- Veo que a la mariposa del equipo le ha ido bien el entrenamiento - Sonrie pícaro y apoya su mano en mi pierna.
- Ya verás, Reese y yo somos las mejores - Digo egocéntrica.
- Sobretodo tú que eres la que menos tiempo lleva - Dice con tono de ironía aunque se que lo piensa de verdad.
- Yo voy con Reese, somos un dúo de bitches - Respondo con seguridad y la barbilla en alto.
Jack muestra una sonrisa pícara y aprieta ligeramente su agarre en mi pierna, seguido, se aclara la voz.
- Bueno, bitch, mi casa está sola... ¿Vamos o vas a ser una niñita buena?
La pregunta lleva trampa, porque su tono seductor ya ganaba todos los votos.
Pienso en el examen que tengo que estudiar durante un segundo, pero al mirar sus gruesos labios me dejo caer en la tentación...
- Te mostraré lo que es ser una verdadera bitch... Vamos a tu casa.
...
Si hay algo que me encanta de la habitación de Jack aparte de que entera huele a él, son sus luces rojas.
Acompañadas de música perfecta para el momento en su gran altavoz.
Él sabía jugar... Pero yo me conseguía pasar el juego.
De un empujón le siento en su cama, dibujando en su rostro esa sonrisa maliciosa que delata que me desea devorar.
Y todavía no había comenzado...
Empiezo a mover las manos por mi cuerpo de manera sensual al ritmo de la música, mientras me quito prenda por prenda.
Sus ojos profundos siguen cada uno de mis gestos, puedo ver como su cuerpo se tensa, como sus venas se marcan.
Para estar a mi nivel y demostrarme que no soy la única que sabe jugar a esto, se quita la camiseta.
Y no me deja provocarle más, pues me coge fuertemente de las piernas y me sienta encima suya.
Empezamos con nuestro ritual de mordidas, besos y tirones de pelo, al compás de la base de la canción.
Se pone sobre mí y admira cada parte de mi cuerpo, acariciandola y dejando rastros.
Cuando se pone el preservativo - no queremos que nos suceda lo mismo que a Lucy y a Harry - vuelve a mis labios, a mostrarme su sonrisa mientras pasa su lengua por ellos.
- Me has demostrado lo buena que eres en lo tuyo... Ahora me toca a mí.
El susurro de su voz grave hace erizar a toda mi piel, y también excitarme aún más.
Seguido a sus palabras, me coge de las caderas y se mete dentro de mí, penetrandome y cumpliendo lo que ha dicho.
Acompaño cada uno de sus movimientos con los míos para encajar mejor, para que entre más, se sentía tan bien estar así con él.
Cuerpo contra cuerpo, oyendo nuestras pieles chocar y mezclando nuestros aromas, dejando las sábanas casi completamente desordenadas después de repetir lo mismo una y otra vez...
Y cada una más fuerte y mejor que la anterior.
- Follas como juegas - Me susurra y suelto una carcajada.
Le beso apasionadamente dejando descargar lo último que nos queda, para luego acabar agotados y tumbados en el colchón.
Con nuestras piernas entrelazadas y nuestros alientos mezclándose.
Marcando la nota final de nuestro apasionado encuentro.
ESTÁS LEYENDO
La historia que nunca quisimos
Любовные романы⭒ Segunda Parte de "La historia que nunca tuvimos" ⭒ En la primera parte os conté una historia de amor, de sueños que jamás sucedieron. Esta vez será más cercano a la realidad. Leeréis rastros de un corazón roto y un alma perdida tras haber acabado...