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"El día que me quieras tendrá más luz que junio, la noche que me quieras será de plenilunio, con notas de Beethoven vibrando en cada rayo sus inefables cosas, y habrá juntas más rosas que en todo el mes de mayo"
Amado Nervo, El día que me quieras.
***

Luego del turbulento regreso de Jean a la vida de los chicos, las aguas finalmente comenzaban a tomar su curso y nivel. Ahora era solo un recuerdo amargo, pues el joven no volvió a molestar, quizás puede que se diera por vencido, o quizás Agust, en su afán de pacífico mediador le dio en secreto las coordenadas de la tumba de Jimmy. Lo importante es que todos estaban tranquilos.

Joseph y Beatrice pasaban tanto tiempo juntos como sus trabajos y estudios les permitían. Incluso en navidad habían ido a visitar a la familia de la chica. Un nuevo año recién comenzaba, y por tanto, nuevos retos estaban por llegar.

***
-Te llamo para recordarte que tienes que ser puntual esta noche Bee, no me gusta esperar, y menos en el teatro.

-Lo sé pesado, sabes que soy puntual, no tienes que preocuparte por nada. El día que tengas que bailar tu estaré ahí antes de que comiences a ensayar- respondió feliz.

-Eso tardará en llegar, aún no estoy listo para subir solo a un escenario.

-Lo sé amor, el día que eso pase créeme que seré la primera en estar ahí apoyándote.

-Te amo.

-Te amo- respondió y dio por finalizada la llamada.

Tal y como prometió, Beatrice estuvo puntual en la entrada del teatro a la hora acordada. Distraída por la bella edificación no notaba que el tiempo pasaba, la gente entraba...y Joseph no aparecía por ningún lugar. De repente, de entre la multitud surgió Tanner buscándola.

-¡Bee! ¡Al fin te encuentro!- dijo mientras trotaba en su dirección.

-¡Hola Tae! No sabía que vendrías- respondió sorprendida.

-Amo el arte en todo sentido, el teatro es uno de mis lugares preferidos. Ven, Roxanne nos espera dentro- agregó haciendo un ademán para que lo siguiera.

-Lo siento Tae, estoy esperando a que llegue Seph.

-Ya, con respecto a eso- soltó nervioso mientras rascaba su nuca- él me dijo que te llevara dentro, se tardará un poco en llegar.

-Pero...si él mismo fue el que me insistió en venir- comentó a la vez que marcaba el número de Seph en su móvil, pero este estaba apagado. Luego de echar un par de vistazos y corroborar que en efecto, su novio no estaba por ningún lado, decidió hacer caso a su amigo y adentrarse al teatro.

Ella y Tanner tomaron asiento en la tercera fila, justo al centro, al lado de Roxanne que los esperaba guardando sus asientos. En los asientos siguientes John y Luke los saludaban. No había rastro tampoco de Agust.

Una vez tomó un pequeño folleto con el programa de la noche se dio cuenta de que estaba asistiendo a una especie de concurso organizado por la academia donde todos ellos estudiaban, y eso la preocupó aún más...¿por qué no estaba Joseph ahí? Él no se perdería un evento de tal magnitud por nada del mundo, algo tendría que haber pasado para que no estuviera ahí, su pánico y paranoia iban en aumento, ella más que nadie era consiente de lo volátil que podría resultar Joseph, su miedo, que crecía a cada segundo se desvaneció por completo cuando las luces se apagaron y dos focos iluminaron el escenario, uno apuntaba a un espacio vacío, y a su lado, otro foco, de un tono más frío dejaba ver a Joseph ahí de pie. En una esquina Agust hizo sonar sus nudillos como de costumbre y una bella melodía comenzó a sonar. Todos en el lugar guardaron silencio, y casi sin notarlo, una eufórica Beatrice agarraba con fuerza la mano de Tanner, con el corazón a punto de saltarse más de un latido.

EGOÍSTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora