Capítulo Diecisiete

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Jackson POV

¿Tienes alguna hermana menor?, una hermana pequeña que te saca canas verdes, te contradice, es caprichosa, busca salirse con la suya en cada cosa que hace. Pero que aún así no puedes vivir sin ella porque es el rayo de luz que trae color y diversión a tu vida.

Pues esa es Julieta, esa pequeña revoltosa que llego a mi vida para cambiarlo todo, antes de que creciera, (aunque nos llevamos poco tiempo), no tenía que pelear por el liderazgo con nadie, Julian para no discutir prefería darme la razón antes de regresar su atención a otras cosas más interesantes. Aún recuerdo como si fuera ayer cuando mi padre me puso a ese pequeño bebé feo, rosado y arrugado en mis brazos , me dijo que era mi hermanita y que era responsable de ella.

A partir de entonces todo lo que conocí cambio.

Esa cosa diminuto y frágil que podía desaparecer en cualquier momento capturo mi corazón con sus suaves manitas y no lo dejo ir. Luego creció y aprendió a hablar y ahí fue donde todo se fue al caño, a veces me pregunto si no hubiera sido una mejor idea haberle enseñado lenguaje de señas en lugar de palabra, así me ahorraba muchísimos problemas futuros.

Y eso nos llevaba a la actualidad, estaba en mi cama dando vueltas porque el sueño no quería venir a mí, cuando el aroma de mi hermana, (que para mi era de lavanda y caramelo), se alejaba poco a poco de su habitación, lo cual no era raro, Julieta se escapaba de vez en cuando en dirección al bosque, pero ahora que había encontrado a su mate y que estaba durmiendo bajo nuestro techo me hacía una muy buena idea de a donde estaba yendo.

Traté de que mi mente ignorara todas las ideas que mi imaginación loca estaba creando, mis hermanos pequeños no habían sufrido las temporadas de celo todavía, solo levemente porque apenas acababan de transformarse por primera vez, así que la sensación era muchísimo más leve que en mi mellizo y en mí.

Aún no encuentro a mi pareja destinada, por lo que no sabía la fuerza de magnetismo que esto representaba, pero tengo la firme creencia de que para cada persona era diferente, ya que por las anécdotas de mi madre, ella fue capaz de resistir una temporada bastante considerable al lazo de apareamiento ya que no estaba lista para emparejarse con mi padre cuando él apareció.

De la misma manera Julian y Bella eran capaces de pasar largos periodos lejos el uno del otro sin afectarse, así que con tantos ejemplos disponibles, estaba tomando cada gramo de mi voluntad no ir a la habitación donde el macho estaba descansando para asegurarme de que mi hermanita no se hallaba escondida en algún rincón.

Pero mis esfuerzos fueron en vano cuando el leve aroma a excitación se coló por mi puerta, antes de que me diera cuenta ya estaba caminando por el pasillo en camino al ala de invitados.

Por suerte fui capaz de detenerme antes de cometer una imprudencia, me tomo varios intentos y tuve que respirar por la boca para controlar el instinto de protección que salía con mi hermana, me di media vuelta repitiéndome que Julieta ya no era una niña y que podía tomar sus propias decisiones.

Camine un par de pasos antes de volverme a detener frente a la puerta del cuarto que uso Leonardo en el tiempo que estuvo con nosotros.

Llámalo intriga, curiosidad, morbo, intuición, sexto sentido, ponle el nombre que quieras, pero antes de que mi mente registrara el movimiento, mi cuerpo se movió por sí solo y ya había entrado.

Se notaba que el chico no pasó mucho tiempo aquí, ya que aparte de la cama desecha y unas cuantas cosas fuera de lugar todo estaba impoluto.

Pero lo que me llamo la atención no fue ese detalle, sino más bien que a pesar de haber pasado todo el día fuera, el aroma de mi hermano era reciente, bastante, como si acabara de salir por la puerta o estuviera en el baño.

Ojos Color de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora