Max POV
-La manada MoonLight expulsa a los hermanos Turner de sus tierras, a este par de traidores no los reconocemos como parte de los nuestros, que los inviernos sean largos, que la comida sea escaza, que por sus crímenes nunca puedan conocer la paz y nunca puedan pertenecer a ningún lugar-. La voz del Alpha corto con más efectividad que cualquier cuchillo.
Mi corazón martilla en mi pecho con fuerza, las lágrimas se acumulan en mis ojos y un nudo me cierra la garganta.
Todo esto tiene que ser un error, no nos pueden expulsar.
Mi hermano y yo solo estábamos jugando.
Volteo a ver mi hermano, mi héroe, mi única familia.
Espero el momento en que diga que solo es un malentendido, que somos leales a la manada y al Alpha, que no hicimos nada con mala intención.
Pero no pasa, en cambio para mi horror absoluto empieza a ahogarse con una risa siniestra que siempre me dio escalofríos.
-Expulsarnos no hará que nada cambie, esos miserables se lo merecían, además de que solo le hicimos un favor a la manada, los cambiaformas no deberíamos necesitar medicina humana para sobrevivir, son débiles y los débiles no sobreviven en nuestro mundo-. Afirma y por primera vez reconozco esa chispa en sus ojos como locura.
Locura que ha ido en aumento desde que nuestros padres murieron, nuestra madre enferma en una cama del hospital de la manada y mi padre por el corazón roto al perder a su pareja.
El Alpha Edmund gruñe con odio y horror, su Beta lo imita y el resto de la manada nos abuchea, nos lanzan cosas, nos insultan, estoy tan horrorizado por todo lo que pasa que no puedo defenderme.
No puedo decirles que soy inocente en los planes de Simon, que no sabía que ese era el cuarto donde se guardaba los suministros médicos de la manada, que no tenía idea que la mochila que metí de contrabando estaba llena de materiales inflamables, y que por supuesto nunca supe de la intención de mi hermano hasta que fue muy tarde.
Hasta que las llamas rojas y doradas nos rodearon, el humo llenando mis pulmones imposibilitando mi respiración.
¿Quién me hubiera creído de todas maneras?
Lágrimas rodaron por mis mejillas mientras nos arrastraban a los límites del territorio, mi lengua estaba seca y pesada dentro de mi boca, el miedo haciéndome tropezar a cada paso que daba, Simon no tenía los mismos problemas.
Mi hermano mayor estaba demasiado ocupado maldiciendo y riendo como desquiciado a quien lo escuchara.
Cuando atravesamos la frontera lo sentí, en mis entrañas, en mi alma, esa calidez que siempre me había rodeado, que me protegió, que me cuido, que me alimento, solamente desapareció.
Se me fue arrancada, arrebatada, extirpado de mi ser.
Caí de rodillas, el aire no llegando a mis pulmones, el dolor haciéndome convulsionar.
Mi visión se cubrió de negro y mis sentidos se adormecieron.
No podía pensar, no podía respirar, no podía vivir.
No se cuanto tiempo pase así, cuando tuve un poco más de claridad pude ver a Simon tirado a unos metros, recuperándose igual que yo, estábamos solos, en una parte del bosque que no reconocí, me arrastre a su lado como pude.
-Hermano...-. Susurré como pude mientras tocaba su brazo.
Sus ojos negros como los míos me vieron desenfocados, y por un segundo tuve el horrible pensamiento que no me reconocía, pero solo duro un segundo, después me abrazo como pudo entre sus brazos temblorosos.
ESTÁS LEYENDO
Ojos Color de Luna
WerewolfLibro II Cuando era una niña mis padres me contaban acerca del mundo, las aventuras que vivieron, los peligros que enfrentaron, los amigos que conocieron. Pero no había una historia que me gustara escuchar más que cuando se encontraron. Así que mien...