Capitulo Siete

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Los primeros rayos de la luz del día atraviesan mi ventana y me despiertan. Realmente nunca fui una persona mañanera. Más bien era de la clase floja. Pero mi cuerpo estaba lleno de adrenalina y energía por lo que no dudé un segundo en iniciar mi rutina.

Mi hermano gruño algo mientras se acurrucaba más en mi cama pero no me moleste en intentar despertarlo. Jace solo se iba a levantar cuando él quisiera o cuando mis padres se acercaran a hacerlo, mi mellizo y yo éramos idénticos en ese sentido.

Decido usar un vestido en tonos miel y plata con unos botines cafe. Amarre mi pelo en una coleta y puse especial cuidado en mi maquillaje. La posibilidad de que mi mate estuviera cerca hacía que mi corazón y mi loba se revolucionara.

Una vez lista sacudí a Jace para advertirle que debería vestirse pronto, a lo que él solo volvió a gruñir y darme la espalda. Me encogí de hombros con su reacción.

El que avisa no traiciona.

Salí de mi cuarto básicamente volando escaleras abajo. Sabía con certeza que ellos ya estaban despiertos y atendiendo los asuntos de la manada. Como buenos Alphas ellos siempre eran los primeros en levantarse y los últimos en irse a descansar. Y aún así de alguna manera nunca se veían cansados o decaídos.

Efectivamente me los encontré tomando un ligero aperitivo en la sala, con ellos estaban sentados Jackson y Leonardo. Me sorprendió un poco ver a mi nuevo hermano ahí, más que nada porque estaba acostumbrada a ver a Jack y Julian siempre juntos. A parte de que aún no me hacía a la idea de su presencia y lo que significaba en la casa.

-Buenos días-. Salude a todos con un poco más de emoción de la que debería.

-Buenos días-. Me respondieron todos menos Leonardo. Sentí a Casiana gruñir en mi cabeza por la falta de educación.

Trate de caminar serenamente como si nada hacía uno de los sillones individuales. A pesar de la ola de indignación y enojo que había barrido conmigo la noche anterior tenía que admitir que mis padres tenían un buen punto al ser tan precavidos. No sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando y eso era peligroso. Y no quería que nadie más fuese herido por mi culpa.

Era justo, pero irritante. Necesitaba a mi mate y lo necesitaba ya.

-¿Cómo dormiste hija?-. Me preguntó mi mamá y algo en su tono hizo que prestara especial atención a su inocente pregunta.

-Fue una de las noches más largas de mi vida madre, si te soy sincera. Pero Jace se quedo conmigo hasta que estuve mejor-. El brillo de sus ojos me hizo sentirme segura acerca de mi respuesta.

Jackson le pregunto a mi madre algo que hizo que me dejara de prestar atención y entablara una conversación con el susodicho. Papá aportaba algo de vez en cuando y Leonardo como yo solo se limitaba a observarlos debatir.

La expectación tenía a mi cuerpo temblando y después de un par de minutos de charla trivial ya no pude soportarlo. Aclaré mi garganta interrumpiendo a mi hermano que me dió una mirada molesta pero no podía esperar más.

-Mamá, papá. Se que anoche tomaron una decisión pero en serio necesito ver a ese macho. Así que por favor, no se los pido como su hija o un miembro de la manada. Lo pido como una loba cualquiera. Por favor-. Imploro con temblor en mi voz.

Papá deja escapar un suspiro mientras se hunde en su lugar, se ve repentinamente más viejo de lo que es. Mamá se acerca a él y se sienta en su regazo, él la abraza con un brazo y con otro le acaricia las piernas. Ella le pasa los brazos por el cuello y le acaricia el pelo, se por la forma en la que se están viendo que se están comunicando por el enlace.

Ojos Color de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora