Capitulo Veintiséis

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-Se ven tan lindos ahí parados como buenos mártires, ¿No crees que son adorables?- Abrí los ojos sorprendida por la voz familiar.

También los chupasangre se sobresaltaron al ver en la entrada del túnel a Dannia, sonreía con dulzura y echaba su pelo rojo hacía atrás, a lado de ella Noel apuntaba con un arco y flechas en nuestra dirección, junto con otros tres lobos que reconocí como guardias de alto rango.

-Pero bueno, no queremos retrasarnos más, mi Alpha me usara como tronco para afilar sus garras si sus hijos no llegan pronto a su lado- con una destreza y velocidad que solo ella podía hacer gala, saco una ballesta de su espalda dejando ir una primera flecha directa al cráneo de un vampiro, seguida de varias otras disparadas por los demás- ¡¿Acaso esperan una invitación?!, ¡Corran!-.

Y así los vampiros fueron obligados a huir de las flechas que llegaban sin cesar en todas direcciones al tiempo que trataban de impedir nuestro escape.

Como era obvio de los guerreros entrenados por mis padres, su puntería era infalible, nunca estando ni siquiera cerca de darnos, me vi corriendo aun tomada de la mano de Rafael detrás de mis hermanos que nos abrían camino. Cuando por fin estábamos llegando con Dannia y los demás voltee a ver sonriendo a mi pareja, aliviada de poder salir de este infierno con él.

Sus ojos también se desviaron en mi dirección, sus labios dándome esa sonrisa a la que comenzaba a volverme adicta, pero sus ojos se llenaron de miedo cuando vio detrás mío.

Sin que pudiera reaccionar o evitarlo sus manos tomaron mis hombros girándonos para intercambiar posiciones, donde fui consciente de que un chupasangre se había acercado lo suficiente para alcanzarme, con una de nuestras propias flechas en mano se abalanzo sobre la espalda desprotegida de Rafael clavándola en su hombro izquierdo.

Otra flecha y látigo de Julian ya están haciendo retroceder a la sanguijuela pero no lo bastantes rápidos para evitar el daño.

Mi mate gruñe de dolor y tropieza en sus pasos, me apresuro a pasar su otro brazo por mi hombros incitándolo a seguir corriendo.

-Vamos amor, no podemos quedarnos aquí, solo unos metros más y estaremos a salvo-. Le pido con voz temblorosa porque sangre ya comienza a salir en abundancia de su herida.

-No te preocupes por mi, no soy tan débil como parezco-. Contesta pero no pasa desapercibido el temblor en sus labios.

Aún así sus pies no vuelven a flaquear mientras seguimos corriendo.

Los guerreros corren a nuestro lado mientras que Noel y Dannia nos cuidan en la retaguardia, salimos como podemos por los estrechos senderos, alcanzado al fin la entrada visualiza aliviada como nunca en mi vida la calidez de los rayos del sol, nos toma preciosos segundos ser capaces de salir todos.

Con un Max inconsciente y un Rafael herido bajar unos metros a toda velocidad resulta todo un desafío, pero gracias a la diosa somos capaces de estar refugiados afuera de ese agujero infernal protegidos por la luz del día.

-Vamos señoritas, quiero bajar de este nido de parásitos lo más pronto posible-. nos incita Dannia sin dejar de ver a la entrada de la cueva desde se escuchan claramente los siseos y gritos enojados de los vampiros.

-¿Estas bien?- Le pregunto a Rafael pues aún tiene la flecha enterrada.

-Mejor que nunca preciosa- Contesta, lo veo de manera incrédula pero calla mi réplica con una negación de su cabeza, gira un poco como puede y usa sus manos para partir la mayor parte de la flecha dejando solo la punta enterrada.

-Debemos apresúranos a bajar y atender eso- dice Noel que nos ve nervioso, el tono del Beta de mi padre esta cargado de preocupación cuando nos dice- Usamos flechas de plata del alijo especial de la Alpha Rae- él y yo no compartimos una mirada porque se muy bien a lo que se refiere- Mientras más tiempo el material pase en su cuerpo, más daño le hará, pero no al mismo tiempo no podemos retirarlo porque inmovilizara su brazo y lo necesita para poder bajar-.

Ojos Color de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora