O19

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(editado)

De alguna estúpida forma, esperó llegar al salón y ver a cierta persona totalmente solo por estar esperándolo, pero cuando llegó al umbral y se encontró con el lugar totalmente vacío no reprimió una inhalación profunda y casi frustrante

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De alguna estúpida forma, esperó llegar al salón y ver a cierta persona totalmente solo por estar esperándolo, pero cuando llegó al umbral y se encontró con el lugar totalmente vacío no reprimió una inhalación profunda y casi frustrante.

Jaemin llevaba un poco más de una semana sin ir a clases, y por lo tanto no sabía nada de él.
El primer día no le dio importancia, se dijo que así era mejor porque después de todo ya se había terminado sea lo que sea que tenían, y no debía preocuparse o pensar más de la cuenta.
El segundo comenzó a sopesar la idea de que quizá el pelinegro se había enfermado.
El tercero, sin querer admitirlo, se había comenzado a preocupar un poco.
Y bueno, el resto de días ya no podía evitar pensar que algo le había pasado.

No quería aceptar que la ausencia de Jaemin era la razón del porqué se estaba sintiendo extraño, como si algo le faltara.
Ya se había acostumbrado a pasar mucho tiempo con él, sólo por eso se sentía extraño, nada más.
No lo extrañaba ni tenía la necesidad de, al menos, saber que estaba bien. Nada de eso.

Se golpeó mentalmente cuando se descubrió con la vista fija en ese lugar vacío, unos bancos adelante del suyo.

— ¿Jeno? Al fin te encuentro —exclamó Mark entrando precipitadamente al salón. Había asomado la cabeza, y cuando vio al castaño no dudó en acercarse.

— ¿Qué?

No sabía si estar agradecido con el menor por distraerlo de sus estúpidos pensamientos, o mandarlo a volar por molestarlo.

— ¿Estás bien? —preguntó Mark, notándolo distraído y ausente, cosa rara en Jeno porque siempre estaba muy atento a todo.

— Sí. ¿Qué quieres?

— Oh... sólo te quería preguntar si me ayudas hoy también, pero tendrá que ser en mi casa porque la bibliotecaria puso un cartel avisando de que a la salida va a estar cerrada la biblioteca —explicó con un gesto de pena.

— Creí que ya estarías bien con lo que vimos el otro día —dijo pasándose la mano por el rostro.

— Aún me falta un poco —aclaró sonriendo nervioso.

Aunque Jeno accedía a ayudarlo con sus complicaciones, igual no se sentía en plena confianza. No pasaba por alto las malas miradas o los gestos de irritación que el mayor soltaba a cada tanto.

— Ah... bien —cedió suspirando.

Mark sonrió y no dudó en irse, despidiéndose con un gesto de mano.

Jeno echó la cabeza sobre su banco, porque de verdad, lo que menos quería era ayudar con una materia. No se estaba sintiendo muy bien.

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falsa inocencia ♡ nomin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora