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(editado)

El silencio reinaba entre ambos

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El silencio reinaba entre ambos.

Jaemin se mantenía sentado abrazado a sus piernas, mientras Jeno recostado se limitaba a mirarlo de vez en cuando. Estaba casi seguro que el pelinegro estaba teniendo un lío mental, porque era raro que estuviera tan callado.

— Sólo di lo que sea que quieras decirme —dijo finalmente.

— ¿De verdad no te gusta mi cabello? —preguntó con tono desganado —, ¿es por qué me veo más infantil que antes?

Chasqueó la lengua con fastidio al oírlo.

— ¿De verdad estás así por eso?

Jaemin se encogió de hombros sin mirarlo. El suéter cayó un poco y dejó al descubierto el inicio de su cuello, dejando ver tres lunares que formaban un triángulo, cosa que hizo reír entre dientes al castaño.
Estiró lo mano y los acarició apenas, sin recibir queja del otro.

— Es sólo que creí que si traía el cabello negro podría gustarte un poquito, aunque sea —admitió sonrojado, apretando más sus piernas desnudas.

— Ya dije que te queda horrendo —declaró de mala gana.

— Lo sé, nada me queda bien —susurró triste.

Jeno rodó los ojos hastiado, sin embargo se removió y terminó sentado detrás suyo, rodeándolo con sus piernas.

— Te queda horrendo, pero lo prefiero más que el rubio, a decir verdad —admitió —, no te hace ver tan infantil.

— ¿Entonces te gusta un poco? —preguntó volteándose, casi emocionado.

— Quizá.

Y no demoró en sentir al pelinegro tirarse encima suyo, abrazándolo.
Jeno se tiró hacia atrás y Jaemin quedó acostado sobre él, acariciando suavemente su costado desnudo mientras yacía sobre su abdomen.

— Me gusta tenerte así... no, me gusta tenerte de cualquier forma —dijo con una sonrisa.

— No te acostumbres. No quiero que empieces a llorar como hoy, me sacas de quicio —aclaró rápidamente.

— Jeno—llamó de forma seria. Juntó sus manos y apoyó el mentón, viéndolo fijamente —, si alguien te declara sus sentimientos, ¿me dejarías?

— No.

— ¿Por qué?

— Porque yo no puedo querer, no correspondería los sentimientos de nadie  y por eso no tendría razones para dejarte —dijo sincero —, yo estoy acostumbrado a odiar, no a querer.

— ¿Y si algún día comienzas a quererme? —preguntó, y Jeno reconoció la ilusión en sus ojos.

— Voy a dejarte.

falsa inocencia ♡ nomin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora