❝𝐅𝐀𝐋𝐒𝐀 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀❞ ⎜ ❝Todos te ven como el adorable e inocente solecito, pero nadie sabe que te gusta gemir mi nombre mientras me montas y ruegas por mis marcas.❞
Jaemin es tierno y risueño con todos en el instituto, lo adoran y creen q...
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Esa había sido la ducha más larga de su vida.
Salió del baño con una toalla envuelta en la cintura y otra sobre el cabello mientras se encaminaba a su cuarto, pero cuando abrió la puerta se detuvo en el umbral al ver a Jaemin sentado en la cama, muy tranquilo y paciente.
Su cabello rubio estaba algo desarreglado, quizá se había pasado varias veces la mano a causa de la ansiedad. No le sorprendió verlo con uno de sus típicos suéteres, no dudaba de su obsesión por éstos.
- ¿Jaemin? -llamó incrédulo. Cerró la puerta detrás suyo por mero impulso y el rubio no apartó la mirada de su cuerpo sólo cubierto por la toalla -, ¿cómo entraste? Ya no tienes llaves -dijo frunciendo el ceño.
- No soy tan tonto como para no hacer otra copia -explicó sonriendo. Se levantó de la cama y se acercó al castaño que seguía bajo la impresión de verlo ahí -. Jeno, voy a irme, así que vine a despedirme -avisó.
- ¿Irte a dónde? -preguntó viéndolo fijamente.
- Lejos, así que creí que debía venir a despedirme de la única forma que lo haría contigo -avisó sin expresión, e inmediatamente se quitó la enorme prenda celeste y lo miró fijamente, expectante a algo.
- Me acabo de masturbar pensando en tí, te estás volviendo un problema -le dijo de mala gana, y no se reprimió de mostrarse enfadado cuando el rubio sonrió burlón.
- ¿Y no quieres desquitarte? Estoy aquí -dijo juguetón, comenzando a retroceder lentamente.
Jeno tiró la toalla con la que se secaba al suelo y enseguida se fue encima del rubio, agarrándolo de la nuca para estampar sus labios con fuerza. Fue correspondido con la misma agresividad, tragándose los gruñidos de Jaemin al sentir el fuerte agarre en su cabello. El rubio lo empujó a la cama y rápidamente se subió encima, volviendo a besarlo mientras se mecía sobre su erección y pasaba las manos por el pecho húmedo del castaño. Jeno gruñó cuando sintió los dedos juguetones pasarse por uno de sus pezones, acariciándolo y pellizcando de a ratos mientras Jaemin sonreía sobre su cuello.
Rápidamente los hizo voltear y ahora era el rubio quien estaba debajo, sonriendo lascivo mientras pasaba las manos por la piel que tenía enfrente, disfrutando de la suavidad y la húmeda calidez por la reciente ducha.
- Me encantas -dijo Jaemin en un susurro mientras se sentaba y lo besaba con demanda, quitándole la toalla y tirándola al suelo.
El castaño movía sus manos sobre el pantalón ajeno, desesperado por quitárselo mientras seguía besándolo con ganas. Ni siquiera antes había estado tan desesperado y necesitado de tener a Jaemin, se estaba sintiendo jodidamente descontrolado, y tampoco controlaba lo que su boca decía.
- Me tienes loco, joder... y en el buen sentido -aclaró sin poder detener sus palabras. Era lo que estaba sintiendo en esos momentos; Jaemin lo volvía loco de deseo, de amor, de adoración, podía sacar sus mejores sentimientos y dedicárselos todos.
