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(editado)

Jaemin no podía evitar sentirse ansioso

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Jaemin no podía evitar sentirse ansioso. Su pie se movía bajo el banco mientras de fondo oía al profesor, pero en realidad su mente estaba en otro lado, preguntándose por qué Jeno no fue a clases.

Al inicio creyó que llegaría tarde como algunas veces, pero luego pasó la primer clase y él todavía no llegaba.
Le encantaría poder tener a alguien para preguntarle si sabía algo, pero lamentablemente Jeno no tenía amigos en ese lugar.

Cuando el timbre del receso sonó, ni se molestó en colocarse de pie, se quedó sentado mientras todos salían y enseguida lo llamó, pero no obtuvo respuesta. Intentó unas cinco veces más, pero seguía sin atenderle.

No podía evitar preocuparse. Jeno no era de las personas que faltaban, así que debía suceder algo grave.

— ¡Jaemin! —chilló una aguda voz desde el umbral de la puerta.

Miró con susto a la chica. Dios, no podía ser posible.

— Hola —le respondió desde su lugar con una pequeña sonrisa, apenas.

— ¿Por qué estás aquí solito? —preguntó acercándose, y él no dudó en colocarse rápidamente de pie dispuesto a salir.

— Ya salía —dijo sonriendo.

Si Jaemin odiaba que todo el mundo estuviera encima suyo sólo por su linda apariencia, entonces esa chica ya era su pesadilla. Nini, así se llamaba su acosadora… bueno, así le decían, porque de hecho era cómo él, sólo que a ella le encantaba la atención por su linda personalidad y apariencia.

Una chica de segundo año que no lo dejaba tranquilo. Esos días había estado un poco lejos, pero sólo porqué no había ido a clases, y ahora ya había vuelto y Jaemin quería irse lejos.
Lo volvía loco. Le regalaba cosas todos los días, no dejaba de recordarle lo lindo que era y que él le gustaba mucho, y aquello lo sacaba de quicio.

Jaemin a estas alturas no podía evitar rodar los ojos cuando oía los mismos comentarios una y otra vez. A veces se preguntaba qué harían si supieran que le encantaba Jeno, tenerlo encima suyo, o que incluso su cuerpo todavía sigue doliendo por las marcas suyas, cosa que amaba y anhelaba en silencio cada vez que lo tenía con él.

Rozaba la obsesión por el castaño, por él y su hiriente forma de ser. No había una sola cosa que no le gustara, y aunque todos odiaban la personalidad retorcida y oscura de Jeno, era eso lo que él más amaba.

Adoraba que fuera sincero y le dijera lo que nadie le dice, porque la gente repite siempre lo mismo cuando lo ve, incluso si va con ojeras o expresión de cansancio, para todo el mundo sigue siendo hermoso. Pero él ama oír los comentarios ácidos del otro, diciéndole lo feo que se ve porque aunque lo odie, sólo le dice la verdad. Cuando se ve al espejo y ve esas ojeras sólo puede pensar en lo feo que está, y el único que se lo dice es Jeno. Pero sobre todo, amaba que lo leyera tan bien, como si fuera un libro abierto. Podía ser Jaemin por completo, sin restricciones ni secretos. Los demás no sabían que solía ser caprichoso, algo odioso, manipulador ni mucho menos que guardaba odio en su interior, y que amaba demasiado estar con alguien que tenía más cosas malas que buenas, tan inexpresivo como una piedra y transparente como un cristal, porque Jeno no ocultaba lo que era. Él demostraba abiertamente que todos le caían mal, su desagrado se sentía de lejos y por eso nadie se le acercaba.

falsa inocencia ♡ nomin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora