❝𝐅𝐀𝐋𝐒𝐀 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀❞ ⎜ ❝Todos te ven como el adorable e inocente solecito, pero nadie sabe que te gusta gemir mi nombre mientras me montas y ruegas por mis marcas.❞
Jaemin es tierno y risueño con todos en el instituto, lo adoran y creen q...
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Cuando llegó a su casa lo único que hizo fue correr escaleras arriba y encerrarse en su cuarto, ignorando el llamado de su madre que había salido a encontrarlo. Le puso seguro a la puerta y tiró su mochila junto a la chaqueta del uniforme al suelo sin importancia mientras se dirigía al baño. Encendió la luz y se miró al espejo, apretando los labios mientras sus ojos se humedecían con rabia, viendo la roncha sobre su clavícula justo sobre su hueso que incluso dolía un poco.
Se abrió toda la camisa del uniforme y rápidamente agarró la esponja de la bañera, tomó el gel de ducha y le echó una buena cantidad por apretar el envase con ira. Volvió frente al espejo y comenzó a refregar esa zona con rapidez, apretando los dientes mientras sus ojos finalmente dejaban ir las lágrimas que había retenido durante todo el camino.
- Quítate, quítate, quítate -murmuró entre sollozos.
No importaba que tan rápido o fuerte pasara la esponja, simplemente la marca sobre su piel no se iba, incluso consiguió que toda su clavícula doliera y pasara del color pálido, al rojo palpitante por los fuertes y bruscos movimientos.
Se rindió luego de un momento, y al final dejó caer la esponja dentro del lavamanos y él se apoyó contra la pared entre lágrimas, terminando en el suelo a los segundos. Abrazó sus piernas y gimoteó herido, sus hombros temblaban y su rostro se sonrojó inmediatamente por el llanto casi desesperante.
Estaba odiando todo.
Ahora resulta que era una especie de juguete para el idiota del otro día. Se había protegido lo más que pudo, pero ese mismo día lo agarraron sus amigos y lo llevaron al baño, en donde el imbécil le hizo esa asquerosa y horrible marca, sonriendo con burla y malicia. Le había dado una patada, claro que sí, había tenido intenciones de hacerle lo mismo en el otro lado, pero él fue más rápido y en un momento de despiste lo pateó y salió corriendo. Sabía que lo estaban siguiendo, seguramente para darle una paliza, pero fue más rápido y logró escaparse.
Mala suerte que eran idiotas del instituto, y que tarde o temprano tendría que enfrentarse a ellos.
Nadie vio nada porque ya se habían ido todos, y eso tuvo su punto a favor porque lo que menos quería era tener problemas y que llamaran a su madre.
Quería romper algo, desquitarse de alguna forma. Todo estaba tan mal. Nada estaba yendo bien para él, ni el nuevo instituto, ni sus compañeros... nada de nada.
Lo estaba intentando, en serio que estaba intentando seguir adelante, pero simplemente no lo estaba consiguiendo. Por un momento, mientras ese hijo de puta lo marcaba, le fue imposible no recordar a su padre cuando le hacía lo mismo. Cuando lo trataba con tanta brusquedad que luego se quedaba frente al espejo de su cuarto viendo por minutos las incontables marcas, las cuales cubría con maquillaje de su madre para que ella no las viera.
