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(editado)

Cuando despertó, supo por la hora en el despertador que ya era de noche

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Cuando despertó, supo por la hora en el despertador que ya era de noche.
Llevaba alrededor de cuatro horas, y seguro su madre estaría histérica, por eso mismo no agarró su teléfono y sólo lo dejó en su lugar.

Ahora sólo le importaba Jeno, y no iba a dejarlo solo.

El castaño dormía a su lado, abrazándolo. Le hubiera gustado quedarse por más tiempo así, pero terminó moviendo su brazo con cuidado y salió de la cama, cubriéndolo bien con el edredón.
Agarró su suéter del suelo y se lo colocó mientras caminaba a la puerta.

Bajó la escalera descalzo y fue a la cocina, pero ahí se encontró a la mujer sentada en la penumbra, con una taza entre sus dedos.

— Oh, que linda sorpresa —dijo sonriendo, pero Jaemin notó inmediatamente que era forzada. Tenía un moretón en el pómulo, y aquello sólo afirmó lo que Dottori le había contado —, que bueno que Jeno te dio la llave.

— Gracias por eso —dijo inclinando la cabeza un poco —. ¿Puedo servirme agua? —preguntó.

— ¡Oh sí! Pero claro —cedió rápidamente.

El pelinegro le sonrió y fue hasta la mesada, agarró un vaso y lo colocó bajo el chorro de agua.

— Jeno... ¿él está bien? —preguntó de la nada, con la vista baja.

Jaemin supo inmediatamente que no había visto a su hijo, y quizá no sabía la condición física en la que estaba.

— No, está mal —dijo sincero, casi brusco por la rabia.

No quería realmente, pero en esos momentos estaba teniendo mucho odio con esa mujer.
Ver a Jeno en ese estado supuso una gran angustia para él. No quería verlo sufrir, de ninguna forma.

— Soy una cobarde —susurró sorbiendo su nariz —, y-yo no quiero que mi hijo pase por esto.

— Tiene que echar a ese hombre —opinó.

— No puedo, tengo miedo —admitió avergonzada.

Jaemin se acercó y sobó su espalda con gentileza, oyendo los débiles sollozos.

— Puedo hablar con mi mamá, ella es abogada, quizá pueda ayudar —dijo.

— ¿En serio? —inquirió viéndolo.

— Sí. Tiene mucho trabajo, pero estoy seguro que puede hacerse un tiempito si le explico la situación, pero usted debe colaborar. No quiero ver a Jen así otra vez, me destroza —admitió con pena.

— Gracias por estar con mi hijo —dijo limpiándose el rostro —, sé que es difícil de llevar, así que gracias por cuidarlo.

— Con todo gusto —sonrió con los ojos cerrados, mostrándose tan lindo e inocente.

falsa inocencia ♡ nomin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora