ADVERTENCIA: Material sensible, temas delicados, personajes realistas, contenido LGBTQ+, evitar comparaciones con otros libros.
La lista de deseos de Izzie y Samu ∞
¿Cómo demonios le había hecho Romeo para subir al balcón de Julieta?
Esa era la pregunta que saltaba en la cabeza de Samuel, mientras miraba la ventana de Izzie. Estaba alto, muy alto; y la ventana era estrecha, muy estrecha.
Samuel podía ser dramático, pero estaba seguro de que moriría al intentar subirse allí.
Las recomendaciones de su doctor se le vinieron a la cabeza: No hagas esfuerzo; aún tenía la bata del hospital puesta y sus pantuflas de Stitch tampoco ayudaban.
Ni higis isfirci, se burló mentalmente; caminando hasta el árbol que estaba cerca de la estrecha ventana de Izzie Smith.
¿Qué tan malo podría ser? Sólo serán más de tres metros... unos metros que parecían agrandarse más mientras se sujetaba de una de las ramas, estirando su cuerpo a más no poder.
Le dolía, todo su cuerpo se encontraba débil después de la pelea, pero tenía que estar allí para ella.
Luego de unos minutos, sus pies ya no tocaban el suelo y rezaba a todos los santos posibles, sentado en una de las ramas del árbol.
No mires abajo.
No mires abajo.
Con curiosidad, echo un ojo hacía debajo de sus pies.
Me voy a sacar la madre, me debes una, minion.
Estiró su brazo derecho, apoyándolo sobre el borde del ventanal, tomó aire y, gritando internamente, impulsó su pierna izquierda para poder ponerse de pie sobre el borde.
Se tambaleo por unos segundos, hasta que por fin logró encontrar estabilidad.
¡Estoy vivo!
El alma regresó a su cuerpo, rápidamente, de un salto, entró por completo en la habitación de Izzie; que sólo estaba alumbrada por la luz que entraba por la ventana.
Era una habitación muy desordenada, paredes blancas sin manchas, posters de 5 Seconds of Summer pegados detrás de la puerta, discos de vinilo en la columna, fotos enganchadas con luces led, sin embargo, habían cosas por doquier que no debían estar allí; todo era tan Izzie. Samuel estaba completamente seguro de que había sacado las ideas de Tik Tok, pero ella nunca lo iba a aceptar.
Entonces miró la cama, en donde se hallaba un pequeño bulto que fácilmente se podría comparar con almohadas amontonadas, ni siquiera de las grandes.
Allí estaba su minion.
Con cuidado, se sentó en el borde de la cama, pensando en cómo levantarla.
Lo más apropiado sería moverla suavemente, pero él era Samuel y, como él diría, eso no era de rockstars.
Agarró el borde de la frazada en la que ella estaba envuelta, se deshizo de ella rápidamente, Izzie no se despertó, tembló un poco, pero seguía con los ojos cerrados.
¿Quién duerme con la ventana abierta?, pensó Samuel, poniéndose de pie por un instante para cerrarla. Si él no lo hacía, ella mucho menos; si seguía así se iba a enfermar.
Soltó un suspiro y, agachándose levemente, colocó su boca cerca de su nariz; los mechones rebeldes de Izzie hacían que le picara la nariz, aspiro un poco su aroma antes de soplar progresivamente.
Izzie se levantó inmediatamente, Samuel retrocedió evitando que la cabeza de ella lo golpeé en la frente.
Lo que más le gustaba a Samuel de Izzie, es que era Izzie. Una persona común le hubiera preguntado que hacía allí, ella, en cambio, empezó a llorar unos segundos después.
—Lo siento, lo siento tanto. —murmuró sorbiendo su nariz.
Cuando la primera lagrima de Izzie se desprendió de sus ojos, toda la gracia, sarcasmo y alegría de Samuel se esfumó. Sabía que ella era muy sensible, pero no se esperaba algo así, bueno tal vez sí; después de todo su exnovio la humilló.
Era extraña la combinación que ellos daban, ella tenía sus sentimientos a flote; ¿Samuel? Oh, él no sabía cómo reaccionar a los sentimientos.
Por eso es que, cuando se conocieron, sólo pudo decir cuatro palabras; si hubiera dicho otra palabra se habría echado a reír por los nervios.
Se acercó más a ella, jalando de su brazo, como hacía de costumbre, atrayéndola a su pecho.
—No seas tonta, no tengo nada porque disculparte. Salvo porque James lastimó mi perfecta nariz. —bromeo levemente, acariciando su cabello, sentándose en la cama. —Tranquila, ya estoy aquí.
Izzie se aferró a su pecho, Samuel aguantó un quejido e intentó acomodarse. Le dolía el cuerpo, pero ella no tenía por qué saberlo.
—Yo... no quise que te pegaran, pero es que todo me sale mal e intenté dejarte fuera, intenté hacerme cargo yo sola, pero no pude.
—Ya no tienes por qué hacer esto sola, Izzie —la agarró de la cintura, para echarse a su lado, sintió como estaba temblando. La apegó más a sus brazos con la intención de que su calor corporal la confortara, y agarró nuevamente la frazada y los cubrió a ambos. —, estoy aquí y no tengo intención de irme.
—Sentí que me estaba ahogando, no podía respirar, ellos me miraban y decían cosas que no eran ciertas. —un sollozo escapó de sus labios, entrelazó sus piernas con las de él. —Te juro que yo no soy una prostituta, eso es falso.
—Lo sé, cariño, lo sé. —murmuró dándole un beso en la cabeza. —Yo seré tu salvavidas, minion. No dejaré que te ahogues y siempre estaré aquí para mantenerte a flote ¿entiendes? No tienes por qué estar sola en esto.
—Quiero rendirme, Samu. No soporto esto.
—No está mal rendirse, puedes hacerlo si deseas. Es como un partido de futbol. Si quieres hacerlo, yo estaré allí, en la banca, para poder tomar un descanso juntos. Cada vez que te saquen una tarjeta amarilla, yo estaré allí para burlarnos del entrenador que hizo esa estupidez.
Izzie soltó una risa, él siempre hacía comparaciones al futbol.
—La vida es un entrenador muy injusto.
—Sí, pero nosotros le daremos una patada en el trasero. —estiró la pierna. —¡Como Kung Fu!
Ella no respondió, ocultó su cabeza en su cuello y Samuel la apretó aún más contra él.
No puedo irme ahora, tengo que seguir aquí por ella. Tengo que seguir aquí para defenderla de cualquier idiota que pretenda lastimarla.
Mamá dice que mi sangre es valiosa, yo creo que las lágrimas de Izzie valen el doble.
¡Hola, mis macarrones! Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia.
Supongo que cuando publique esto debe ser viernes 13, así que es día de mis moribundos favoritos;).
¡Besos de fresa! ¡Muak!
Lxs ama, Mac <33
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La lista de deseos de Izzie y Samu © ✓
Teen FictionPRIMERA Y SEGUNDA PARTE. «Izzie y Samu no querían ser perfectos, querían ser extraordinarios.» Izzie tiene un secreto, que podría arruinar la vida a la que está acostumbrada por completo: tiene VIH. Después de años intentando ocultarlo, el chico n...