Capítulo treinta y siete: Johnny Depp y Alicia Silverstone.
Terminé de abotonarme los pantalones y me miré en el espejo del baño, demonios, adoro estos jeans. Ahora entiendo porque los usaban en los noventas.
—¡Izzie! ¿Ya terminaste?
—¡Un momento! —respondí, sacándome la camiseta para ponerme la que estaba en el colgador.
Era una con un estampado de Grease, los jeans eran desde mis caderas y en la parte baja era suelto. Esto iba a ser divertido.
—¡Cierra los ojos! —grité emocionada.
—Okey.
Con cuidado, abrí la puerta del baño, allí estaba Samuel con una mano sobre sus ojos, miré a ambos lados para asegurarme de que su mamá ya no estuviera presente antes de tomar su brazo y jalar de ella para hacerlo entrar al baño.
Él sonrío aún con los ojos cerrados.
—¿Ya puedo ver?
—Aja.
Samuel saco su mano de su rostro y sus ojos me recorrieron de pies a cabeza, su boca se abrió levemente.
Coloque mis manos sobre mi cintura y empecé a caminar por el espacio, como si fuera un desfile de modas, él empezó a aplaudir.
—¿Te gusta?
—¿Si me gusta? Demonios, Izzie, eres la persona más preciosa que he visto.
La sangre finalmente subió por mis mejillas, inconscientemente sonreí e intenté que mi emoción no se notara mirando al piso.
Contrólate, Izzie.
Levanté nuevamente la cabeza y me fijé en su atuendo, tenía una camiseta grande con un estampado de El club de la pelea grabado en ella, sus jeans estaban encima y sobre todo estaba un abrigo negro que le llegaba un poco debajo de sus caderas.
Una imagen se me vino a la mente, sin querer solté un pequeño grito.
—¿Qué pasa?
—¡Te pareces a Johnny Depp! —dije emocionada, señalándolo. —¡Eres idéntico a cuando él era joven!
Él sonrío.
—¿Quieres que te diga a quién te pareces?
—Uhum.
—Al amor de mi vida.
Mi rostro se relajó y mi sonrisa desapareció, sentí colorarse nuevamente mis mejillas y mi corazón empezó a latir muy rápido.
Desvié mi mirada al piso por segunda vez, ¿Qué le digo?
Genial, ahora ya no sé qué responder.
—Seh, te pareces mucho a Alicia Silverstone. —agregó sentándose sobre la tapa del retrete.
Fruncí el ceño confundida.
—¿Quién es?
—¿Nunca te has visto Clueless? —mi confusión aumentó. —Lo olvidé, tú solo ves Disney.
Enarque una ceja y lo voltee a ver. —No hay nada de malo en ver Disney.
—Lo hay cuando no te has visto unos clásicos, Izzie. —chasquee la lengua, sus ojos pasaron a mi cabello. —Ven, te falta algo.
Empecé a caminar hacia él, parándome entre sus piernas. Trague saliva nerviosa cuando subió su mano hacía mi cabeza, desató mi coleta alta y empezó a peinarme.
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La lista de deseos de Izzie y Samu © ✓
Dla nastolatkówPRIMERA Y SEGUNDA PARTE. «Izzie y Samu no querían ser perfectos, querían ser extraordinarios.» Izzie tiene un secreto, que podría arruinar la vida a la que está acostumbrada por completo: tiene VIH. Después de años intentando ocultarlo, el chico n...