16. Primer paso

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Capítulo dieciséis: Primer paso.

IZZIE SMITH.

Él está aquí.

James está ahí afuera, buscándome.

Las manos me sudan tanto que tengo que secármelas en mi buzo, no me atrevo a salir del camerino por el miedo que tengo a encontrármelo.

Carla está a mi lado, como los demás, esperando los resultados. Sabemos que somos uno de los primeros tres primeros puestos, porque al resto les dijeron que podían irse, pero todavía no sabemos si ganamos y los nervios me consumen cada segundo.

—Deja de dar vueltas. —me dice Carla, pero no lo hago, sigo caminando alrededor de su silla, mordiéndome las uñas. —Me estás mareando.

—¿Y si me ve?

—Es obvio que te verá, Izzie. Iremos al podio en unos minutos.

El podio. Mierda.

—No saldré. —me decido, sentándome en la silla que está a su lado.

Carla deja su teléfono a un lado y me mira con los ojos abiertos por la sorpresa, entonces sus uñas se entierran en mi hombro.

—¿Estás loca? Todo salió perfecto, no puedes quedarte aquí y no recibir la medalla por la que trabajarte sólo porque el idiota de tu exnovio vino.

—Sí puedo, eso haré.

No soy buena actuando bajo presión y, por más que exploto mi cabeza, mi cerebro se ha resistido a dejarme pensar con coherencia. Lo único que sé es que James está allí afuera y no sé si quiero encontrármelo, porque cuando lo vea me sentiré tan mal conmigo misma.

Cruzo mis piernas y me recargo en ellas, esto es tan estúpido.

Carla suelta un suspiro, camina hasta la profesora Carrasco, le dice algo y sale del camerino, seguro irá al baño o, en el mejor de los casos, va a asesinar a James.

Bueno, tal vez ella no, creo que Mónica sería capaz de hacer algo como eso.

La ansiedad me ataca nuevamente cuando el rostro del chico, del cual alguna vez estuve enamorada, se me viene a la cabeza.

—¿Minion?

Mi corazón da un salto cuando la voz de Samuel llega a mis oídos, inmediatamente volteo mi rostro y logró comprobar que es él, parado frente a la puerta con Carla tras él.

—¿En serio? —miro a Carla. —¿Lo llamaste?

Carla me dedica una sonrisa perversa antes caminar hasta el resto del equipo, quienes siguen sumergidos en su mundo.

Suelto un suspiro y Samuel se sienta en la silla en la que antes estaba Carla.

—¿No quieres salir?

—¿Y si se burlan? —ni siquiera yo sabía de donde había salido eso. —No estuve muy bien esta semana y siento que me va a salir mal y todos se reirán y... oh, Dios.

Esto era muy vergonzoso. Jamás le había contado este tipo de cosas a nadie, solía guardarme estas cosas para mí.

—Izzie.

No lo miré.

—Izzie. —repitió, sujetándome por los hombros. —¿Qué importa si se burlan? ¿Sabes lo que haré si pasa eso? Yo iré hasta donde estás y me bajaré los pantalones, apuesto a que mis calzoncillos de Bob Esponja son más vergonzosos.

Solté una pequeña risa y sequé una de las lágrimas que caía por mi mejilla.

—De todas formas, lo harás increíble. —continuó. —¿Hay otra cosa?

La lista de deseos de Izzie y Samu © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora