Capítulo once.

672 38 13
                                    

Despierto cuando siento un cosquilleo en mi mejilla. Intento abrir los ojos, pero se me hace imposible, el cansancio me lo impide.

Escucho algo impactar con la mesita de noche y luego un quejido.

Frotándome los ojos, comienzo a levantarme, hasta quedar de piernas cruzadas, a lo indio. Miro entre la oscuridad, encontrándome con algo moviéndose en el piso. Estiro mi brazo lo suficiente para alcanzar la lámpara de la mesita de noche.

Cuando la habitación está levemente iluminada, descubro que el bulto no es nada más ni nada menos que Billie. Me levanto, cuando lo escucho roncar. ¿Está durmiendo en el suelo? ¿Es por mi culpa? Niego repetidas veces, quitando cualquier rastro de culpabilidad en mis pensamientos. Se lo merece.

-¿Billie? -Susurro, tocando su hombro suavemente. Espero por una respuesta, pero no me habla. Vuelvo a intentarlo, solo que esta vez lo sacudo levemente.

-No quiero ese café, mamá -Murmura, quitando mi mano de su hombro con brusquedad.

Me acerco a él, intentado que me escuche, pero me arrepiento enseguida. Huele a ron barato y cigarrillo. Ha estado en un bar.

¿Qué hora es? ¿Es que acaso me he quedado dormida mucho tiempo?

Toco mis bolsillos, buscando mi móvil. Miro la pantalla y abro los ojos sorprendida. Son las una y media de la madrugada.

-Billie... eh, Billie -Digo, tocando su hombro con más brusquedad de la que debería. Suelta un gruñido, y abre poco a poco los ojos- Debes meterte en la cama, vamos.

Tomo su brazo y lo levanto de apoco, con dificultad.

-¿Sabes lo mucho que te quiero, Helena? -Dice Billie, mientras con la otra mano se impulsa, poniendose finalmente de pie. Lo suelto en el momento en que escucho ese nombre. Me ha llamado como su novia.

Se sienta en la orilla de la cama, intentando quitarse las converse. Gruño con desesperación y me acerco para ayudarlo. Me agacho frente a él y quito el nudo de sus cordones, para luego tirar en algún lugar de la habitación ambas zapatillas, junto a los calcetines.

Le quito la chaqueta, aún enojada por la confesión de hace un instante. ¿Cómo se atreve a confundirme? ¿Quiere a Helena? ¿Realmente piensa estar con ella?

-Estos días con Helena han sido tan geniales -Murmura, mientras intenta pasarse la camiseta por la cabeza. Cuando finalmente lo logra, se tira sobre la cama, buscando el botón de sus pantalones.

-Ayúdame, ángel -Dice, mirándome fijamente. Ruedo los ojos y me acerco a él otra vez. Dirijo mis manos a su cremallera, pero me toma de las muñecas y me jala hacia él.

Caigo encima de él y suelta una carcajada, mientras me sostiene las caderas.

Pone una de sus manos en mi mejilla, acariciándomela con el pulgar.

-Te parecer tanto a Tn__, ángel -Dice, mientras nuestros cuerpos aún siguen juntos.

-Es mejor... Es mejor que te detengas, Billie -Le advierto, cuando sus labios están a centímetros de los míos.

-Nooooo -Protesta, haciendo puchero, lo que me recuerda a un niño. Acerca sus labios a mi oreja, haciendome estremecer- Yo quiero besarte, ángel. ¿Es que tu no quieres?

Mi respiración se detiene. Miles de imágenes de besos anteriores me vienen a la mente y un único deseo; besarlo. Maldita sea! Me confunde con su novia y luego quiere besarme.

Lo miro fijamente. Quiero besar sus labios, morderlos, pasar mi len... NO!

Sacudo la cabeza, borrando cualquier rastro de estupidéz. Necesito alejarme de él. Y hacerlo dormir, porque joder! Mía despertará en cualquier momento por su tono de voz.

Let yourself go (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora