No me hago cargo de sobrecarga de emociones. Se sorprenderán, gritarán de enojo, putearán a más de algún personaje y por qué no, también llorarán. Y NO OLVIDEN, LEAN LA NOTA FINAL , LES DIRÉ ALGUNAS COSAS, AGRADECERÉ OTRAS Y BLABLABLA. No las sigo deteniendo. ¡A leer!
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Doce en punto. Vuelvo a revisar mi atuendo en el espejo, también el maquillaje. Nada parece perfecto. Finalmente me decido por unos jeans, una blusa blanca, zapatos de tacón azules y una chaqueta del mismo color.
Voy hacia el baño y me vuelvo a aplicar brillo labial. Ben aparece detrás de mi y me rodea con sus brazos.
-Tranquila, estás perfecta -Asiento, aunque sigo revisando mi peinado- Ya es hora de que nos vayamos, arrendé un auto.
-Gracias por todo lo que estás haciendo, eres grandioso -Beso sus labios cortamente y luego voy en busca de mi móvil para echarlo a mi pequeño bolso.
(Escúchenla mientras leen: https://www.youtube.com/watch?v=0iZmr39BB-c)
El camino hacia la casa de Ollie parece aterrador y sin fin. A medida que los edificios quedan atrás, las calles, negocios y casas me parecen familiares. Y los recuerdos me llegan de golpe. Las imágenes de Billie, Mike, Tré y yo caminando por la acera, sentados en el césped, comiendo un helado, riendo, jugando o simplemente todos abrazados. Mis ojos arden con el deseo de llorar, pero parece imposible. Y es lo que más duele. Nunca pensé que iba a doler tanto, que los recuerdos seguirían en el mismo lugar, que mi cabeza me lo haría revivir todo otra vez.
Pasamos por el centro comercial, donde tantas veces Britt y yo fuimos de compras. Donde pasamos horas y horas hablando, riendo, caminando. Y es ahora cuando las lágrimas sí caen. El recuerdo de Britt sonriendo, tomando mi mano para guiarme a ver algo que le gusta o simplemente para contarme algo que ha visto de camino.
Para cuando llegamos son cerca de las doce y media. Ben estaciona junto a otros tres autos lujosos. Y enseguida me arrepiento. Cuando bajo del auto mis manos tiemblan y mis pies en cualquier momento amenazan con dar marcha atrás.
Ben toma mi mano y la aprieta con fuerza. Le doy una mirada llena de miedo, de frustraciones, de arrepentimiento pero el asiente, como diciendo que todo saldrá bien. Doy un paso adelante y toco el timbre, esperando que nadie abra la puerta y pueda salir corriendo hacia el hotel, donde podía llorar y llorar sin ser descubierta.
Escucho risas en el interior de la casa y muchas voces, lo que me pone ansiosa y nerviosa a la vez. Vuelvo a mirar atrás, apunto de huir pero me detengo cuando la puerta se abre. Mi corazón late con fuerza y mi respiración se detiene. Un grupo de niños sale corriendo hacia el césped recién cortado y comienzan a jugar ahí. Tomo mi pecho, intentando calmar mi respiración, pero cuando estoy por lograrlo, observo detenidamente a la pequeña de rizos y ojos verdes que ríe junto a otras dos pequeñas.
Tapo mi boca con la mano, intentando ahogar un sollozo. Ben me rodea con sus brazos mientras las lágrimas corren por mis mejillas. Felicidad, sorpresa, tristeza. No hay cómo describir lo que siento. Sé que es Mía por el parecido con Billie. La forma en que sus ojos se ponen al sonreír. Sus labios al hacer un puchero. Y lo más impresionante, sus ojos. El mismo brillo, la misma intensidad. Su mirada.
Quiero acercarme, pero me detengo incluso antes de hacerlo. Ben me observa sin decir una palabra, pues sabe que debo resolverlo yo misma.
(Detengan la canción. Gracias)
Cuando por fin me recompongo, la puerta vuelve a abrirse, deteniéndome enseguida. Volteo para ver quién es, pero pese a tener el pómulo de la puerta aún afirmado, está de espalda. Y no es necesario preguntar de quién se trata. Podía fijarme en su postura, sus manos ahora con tatuajes y aquel cabello.
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Let yourself go (Editando)
Random__ Stevens con sus 18 años recièn cumplidos es una chica de buena situación económica, con un genio difícil de tratar y con la idea de hacer lo que sea con tal de cumplir su sueño... quiere estudiar música, pero su madre, con alma de ricachona y pre...