A pesar de haberlos visto durante la ceremonia, John aún se encontraba sorprendido frente a la visita de sus abuelos maternos a su boda. En especial porque él no había sido quien los había invitado. Claramente de eso se enteró una vez que llegaron al jardín donde se casaría con Alex. Quien sabía del asunto, pero incluso ahí no pudo pedir explicaciones debido a todo el ajetreo que conllevaba tener cada una de las partes en su lugar para iniciar lo más pronto posible.
Por suerte, no hubo mayor retraso. Y después de dar el sí, durante la recepción fue que pudo tomarse el tiempo para acercarse a Alex y preguntarle de una vez por todas.
—Mis abuelos están aquí.
—¿Los vistes? Uf... qué suerte, temía que no les llegaran las invitaciones a tiempo. ¿Ya los saludaste? —Alex se le inclinó un poco para acomodarle el moño púrpura de su traje que estaba torcido.
—No del todo. Me dijeron: "Juanma, hola..." y algunas palabras más que no puedo recordar porque... porque no sé español.
—Aun. Aun no sabes español, pero para eso están los esposos, para ayudar a sus esposos que no tienen idea de dónde andan parados —le tomó la mano que estaba sobre la mesa, cada vez que veía sus recientes anillos terminaba sonriendo tontamente.
Y esta vez no fue la excepción.
—Gracias —susurró en español con un acento terrible, y aquel adjetivo venía de parte de sí mismo.
—¿Eso era lo que querías saber? —Alex lo miró confundido.— Te dije que los iba a invitar, merecían ver a su yerno favorito casarse con su nieto.
Su típica modestia disimulada hizo que John chocara sus hombros con los de Alex, riéndose un poco.
—No... no lo recuerdo. Igual fue una sorpresa verlos.
—Vamos a saludarlos entonces, aún tenemos un poco de tiempo para que George nos dé su sorpresa —se levantó y arrastrando a John detrás suyo, Alex los llevó a la mesa donde Eleanor y Henry conversaban con unos señores mayores y otra pareja que no había visto más temprano.
Aunque el hombre mayor tenía un rostro demasiado familiar para John que al tenerlo más cerca, pudo recordar quién era.
—Austin, hola —sonrió por cortesía e incluso lo saludó con un apretón de mano.
—¡Primo! —pero él parecía demasiado entusiasmado como para dejar su saludo solo en eso, así que no dudó en abrazar a John con todas las letras de la palabra.
Mientras era asfixiado, pudo entrever a Alex siendo bienvenido con los brazos abiertos por sus abuelos: Elías y María, los padres de su madre.
—¿Desde hace cuándo no nos vemos? —John trató de no parecer tan grosero.
—Creo que la navidad en la que tenías dieciséis. Qué curioso.
Y claro, cualquiera podría apostar que no estaban emparentados, pero los rizos Ball bien podían ser una bendición para negar eso. Y su primo Austin era uno de los afortunados. A diferencia de John, quien se lo había dejado crecer desde su llegada a Nueva York, Austin lo tenía medio recortado a los lados, teniendo mayor cantidad de rizos adelante.
—Ja. Sí, no esperaba verte en mi boda —miró a Alex en busca de explicaciones, pero este solo se pudo encoger de hombros antes de seguir conversando animadamente con sus abuelos.
—Pues aquí estoy y... Cierto, te presento a mi esposa...
John sabía que debía seguir escuchándolo, que continuar naturalmente con la conversación era lo que las personas educadas hacían. Sin embargo, era su boda. Su día especial. Y en ese momento lo que menos quería era hablar con familiares a los que había dejado de ver hace una década.
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Fonogramas || Lams Month 2021
FanfictionSi los fotogramas pueden capturarse en imágenes, los fonogramas son para ser escuchados. Nueva entrega de pequeñas historias entre Alexander Hamilton y John Laurens, durante un mes completo dedicado para ellos y sus versiones tanto históricas como...