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Narra Nerea
Una cita...
¿Donde iremos? ¿Qué me pondré? ¿Cuando será? ¿Me lo dirá el o tengo yo que decirle algo? ¿Por la tarde o..?
Oh por dios... Ya basta.
Avanzó por los cuerpo de las personas para llegar hasta donde creo que están mis amigas. La adrenalina corre por todo mi cuerpo y me culpo por ello. Y es que me he ilusionado, me ha emocionado demasiado que haya querido hacer algo no solamente sexual conmigo porque eso solo puede significar algo, que no hay simple atracción.
Si, yo puedo controlar lo que siento, al menos cuando voy sobria. Se me da bien tomar decisiones sin poner primero los sentimientos o lo que me dice mi corazón. Me gusta tener dignidad y que me respeten, es por algo que me aleje de él cuando era lo que menos quería. No tengo miedo de que me ridiculice o de que me desiluisone por no saber como reaccionar, por derrumbarme frente a él o por verme indefensa, no es ese mi miedo.
Mi miedo, soy yo misma.
A cara de los demás, puedo aparentar ser fuerte, y yo lo sé. Pocas veces me dejo intimidar por cosas tan banales como sentimientos, pero claro, cuando es algo sobre mi, cuando alguien me juzga... Es muy difícil mostrarme fuerte si yo también me juzgo a mi misma. Aún así, tampoco es eso a lo que le tengo miedo, no es eso a lo que me refiero.
Tengo miedo de que si la cita es un fracaso, por mucho que por fuera no me vaya a ver mal, por dentro, estaré destrozada. Me he hecho ilusiones de manera casi inconscientemente de que Vinnie me ve como algo más que para pasar el rato y se que eso es peligroso, porque mis espectativas estarán tan altas que no es tan difícil que todo se me derrumbe.
Llego junto a Nessa, Riley y Maddy, que me pasan una botella de ron y no dudo en dar un largo trago. Pongo una mueca, sabe a mierda, pero necesito relajarme. Ellas vitorean a mi lado y yo entonces bebo durante casi diez segundos, acabando la botella a la que le quedaba solamente la cierta parte y tirándola bien lejos.
—¡así! ¡Empezando el año con fuerza!—me anima Nessa abrazando mi cintura.
—Eso, o en urgencias—farfulla Maddy burlona haciendo que suelte una risita.
—Troy me está llamando—nos dice Riley sacando su móvil del bolsillo.
—Nono, nada de chicos ahora—niega quitándole el teléfono de las manos—Tenemos que pasarlo bien nosotras, que ellos ya estarán a lo suyo.
—¡eso! ¡Que les den!—alzó una botella de cerveza que le robo a un chico con gafas.
—¡oye!—se queja.
Le pongo una mueca y el solo suspira. Vale, creo que no ha sido buena idea tomarme tan rápido ese Ron. Me rio mirando a las chicas.
—¡que les den!—gritamos todas a la vez para brindar nuestros bltellines y beberlo casi de un trago
