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Él
Tayler Holder, mi exnovio.
Si, lo he dicho bien, exnovio.
El cambiarme tanto de ciudad no me impidió tener mis amoríos tontos, aunque eran cosas efímeras, nada importante o que haya que destacar. Conocía a un chico, me liaba con el en un par de fiestas y ya, no era nada más allá porque desde un principio les aclaraba que no iba a ser nada más porque seguramente en unos meses me iría de la ciudad.
Pero yo no contaba con que mis padres estuviesen tantos meses en los Ángeles, cuando a los quince nos mudamos ahí. De normal, no durabamos más que tres meses, por lo que ni siquiera me molestaba en hacer buenas amigas o algo así. Muchas veces ni siquiera íbamos al instituto, mis padres contrataban profesores particulares y ya. Mi hermana Addison por ejemplo, siempre ha tenido facilidad para hacer amigos así que normalmente me invitaba a salir con ellos, aunque... Claro... Solían ser mayores.
No me importaba, no asentarme o no tener un hogar, no tener más que a mis hermanas para contarle sobre mis cosas y a mi hermano para que me defendiese, yo como mucho seguía hablando con las personas que conocía unos meses después pero me acababa olvidando de los nombres. Fueron muchas veces las que tuve que empaquetar mis cosas, muchas presentaciones en clase como la chica nueva, muchas veces dando mi nombre o hablando de mi... Ni siquiera me ponía nerviosa o era emocionante, era algo tan normal para mí.
Hasta que llegó el, Tayler.
Él rompió todos mis esquemas, todo lo que me había propuesto para no sufrir al despedirme de alguien, todas esas normas que me había impuesto a mi misma desde que a los seis años, me di cuenta de que no todas las niñas se mudaban tres veces al año.
Aún recuerdo cómo lo conocí, perfectamente.
Salgo de clase de ballet y me siento en la acera. Miro la hora del reloj, es tarde, he esperado en la parte de atrás del edificio a que se vaya todo el mundo y la escuela ya ha cerrado. Junto mis piernas y observo mis medias, siento mis ojos aguarse
—Nerea... ¿Qué haces comiendo eso?—mi profesora de ballet me había dicho en clase al verme comiendo una barrita de chocolate—TE dije que tenias que restringir lo que comías para adelgazar... ¿Es que no eres consciente de que tienes que hacerlo?—sus palabras habían salido de su boca de una manera tan fria
Un nudo se me forma en la garganta. Con ella siempre es lo mismo, siempre son miradas por encima del hombros a mi cintura, a mis piernas... Siempre con sus indirectas, siempre comparandome con mis compañeras... Todo desde que llegué nueva aquí e hice esa estúpida prueba para que me admitiesen, porque estábamos a mediados de temporada. Solo me tiene esa manía y ese asco, porque le quite el puesto a su hija.
Al principio pensaba que se pasaría, ni siquiera le di importancia es decir, me mudaria en unos dos meses, no es algo tan importante, no volvería a verla en la vida y ya. Pero claro, ya llevo tres meses aquí y la estancia en este pueblo de mierda parece ir para largo.
