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—Vamos Nerea, come—me pide mi hermana Madison con calma.
Pongo una mueca, no tengo ni un poquito de hambre a pesar de haber llegado de un largo día de instituto, no me apetece comer, mi estómago se ha cerrado.
—No quiero, no tengo hambre—respondo yo apartando el plato frente a mi.
—¿pero que demonios te pasa? Como puedes decir eso...—se molesta Quinton con la boca llena.
Le doy una mala mirada y le lanzó un trozo de pan, el lo coge en el vuelo y se lo mete a la boca con una amplia sonrisa, ruedo mis ojos.
—Por dios Quinton, pareces un neardental—me quejo.
—Bueno, técnicamente los neardentales no eran tan diferente sa los humanos y...—empieza Madison distraídamente
—Estamos comiendo, no vomités tus conocimientos de friki sobre mi plato—le interrumpe Addison.
Sonrió al ver a mis dos hermanas pelear. Addison y Madison tienen una relación de amor odio propia de ser dos hermanas de la misma edad, con los mismos amigos, y en el mismo instituto. Se tienen confianza y a veces están tan pegadas como uña y carne, pero también pelean a cada rato por estupideces. Quinton observa la escena con cansancio y solo devora su plato.
—Sois unas escandalosas—se queja mi padre entrando en la cocina—A ver... ¿Quién molestó a quien esta vez?—pregunta con cansancio.
Observo la escena con diversión y soy feliz dr que se hayan olvidado de que debo comer. Se me ha cerrado el estómago más que nada al ver que mi uniforme de animadora, no me queda tan bien como a mis compañeras... Mi padre se cruza de brazos y mira a mis hermanas con una ceja enmarcada, alternando la mirada entre una y otra. Ellas solo bajan las cabezas y se quedan en silencio, hasta que Madison señala a Addison.
—¡ella me llamó friki!—se queja.
—¡por qué eres una jodida friki!—le recrimina Addison
Mi padre cierra sus ojos y suelta un bufido, entonces, intenta calmar la pelea entre mis dos hermanas que cada vez se pone peor, ya que ninguna quiere ceder o siquiera admitir su culpa. Aprovecho que todos están distraídos en el numerito, para tomar mi plato de pasta, y acercarme a la basura. No voy a comer hidratos de carbono, solo aumentarán mi peso.
—Nerea—la voz de mi madre me hace dar un respingo—¿que haces con eso?
Me giro a mirarle con una sonrisa inocente—¿yo? Eh... Ya he terminado.
Mi madre no parece creerme, porque alza una ceja—¿si? Pues tu plato está bastante lleno...
—Normal, Madison me lo ha llenado hasta arriba.—miento
—Pues sigue lleno hasta arriba—señala ella.
—Bueno, es que me ha puesto dos platos y yo ya me he comido uno y...
