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Maratón 2/2
Narra Nerea
Cuando oigo la puerta de mi casa abrirse, no dudo en bajar las escaleras como loca para buscar a mis padres...¿por qué? porque yo no sabía esa mierda de que tenían amenazado a Vinnie y aunque él se haya ido, no pienso seguir de tonta y seguir permitiendo que hasta mis padres se metan en mi vida amorosa
Él se ha ido...
Niego limpiándome las lagrimas mientras me planto frente a mi madre, la cual me sonríe abiertamente y yo solo puedo mirarla fatal, esperando que detrás de ella aparezca mi padre pero la puerta está cerrada
—Papá vendrá a la tarde, quería pasar a saludar a un amigo—me informa mirándome un poco extrañada
—Oh, vaya—respondo y me aparto cuando trata de apartarme
—Nerea, ¿qué pasa?—me pregunta mi madre.
—¿que que pasa?—pregunto sarcástica—No sé, quizás que no me contáis nada, o que intentáis decidir por mí a pesar de que ya soy mayor de edad
—No lo pillo, explícate—pide y me importa poco que se la vea cansada del viaje
—Papá y tú amenazasteis a Vinnie, deja de actuar como si no supieseis de que hablo—me cruzo de brazos
El desconcierto es más que claro en sus ojos y veo un rastro de miedo, supongo que no esperaba que me enterase, que le preguntase o de que supiese que van por ahí amenazando a gente, y es que no me lo esperaba...¿que son, mafiosos o algo así?
—Vamos a hablarlo al despacho—me pide finalmente
—Dímelo ya, tengo poco tiempo—le exijo y ella pone una mueca
—Ve al despacho, saludo a tus hermanos y ahí estoy—insiste ella
Nos retamos con la mirada, si algo he heredado de mi madre es retar a las personas, ser cabezona y tener un afán por ganar increíble, pero esta vez cedo, porque la que tiene la información es ella y yo estoy desesperada por saberlo. Asiento rodando mis ojos y le doy una mala mirada antes de ir al despacho
Me siento en una silla y mis dedos se deslizan solos al collar en mi cuello que hace que apriete mis labios. No puedo llorar más, no por alguien que se ha ido así, sin darme una válida explicación sobre porqué no podemos estar juntos. No sé nada sobre el, no sé que es lo que tiene que me va a hundir y por eso no me puedo creer nada de lo que dice en la carta, porque para mi solo se ha ido, y como no quiere que lo siga, ha optado por probar a hacerse el enamorado ya que sabe que eso de ser un hijo de puta conmigo no le funciona.
No está enamorado, no me creo esa mierda.
—Vale, te voy a contar todo yo pero no sé lo digas a tu padre, que él siempre quiere mantenerte al margen—cierra la puerta entrando al despacho—Y no es que a mí me guste meterte en estos temas pero creo que esto tienes que saberlo
