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Maraton ²/²
—¿Estas nerviosa?—me pregunta Dixie el martes al acabar las clases.
—No—niego y le miro extrañada—¿Debería estarlo por algo o...?—pregunto tratando de que ella acabe la frase.
—¡por dios Nerea! ¿No lo recuerdas?—pregunta escandalizada
Lo pienso durante unos segundos. Esta semana he estado durmiendo muy mal y estoy muy distraída. Si de normal ya me cuesta prestar atención, ahora, cuando Dixie se pasa toda la hora hablándome de rebajas, de fiestas, de cotilleos...ni siquiera me importa, no conozco a casi nadie así. Me quedo complatemente dormida, así que supongo que sea lo que sea, no le he escuchado.
—Pues... No—admito encojiendome de hombros.
—No creo que nunca dejes de ser tan despistada, pero tranquila, tienes suerte de que yo sea organizada—empuja mi hombro juguetona con una sonrisa.
—No esperamos menos de la delegada, Dixie—me rio
Ella sonrie—Me extraña que no lo recuerdes pero... Bueno ¿sabes que hoy son las pruebas de animadoras, no?
OH... Si sabía, pero no lo había tenido en la mente estos días. A pesar de que hemos estado cuatro dias practicando sin parar. El sábado a la tarde recibí una llamada de Amelie, me invitaba a su casa para seguir el entrenamiento, Riley y Dixie también estarían allí. Al día siguiente, por la mañana, también entrenamos, pedimos ensaladas para comer y a la tarde seguimos entrenando. Ayer, entrenamos y bueno hoy... Son las pruebas. Ya entiendo porque tenían tanta insistencia en esto. En la página del instituto está colgada la coreografía que hay que seguir para entrar, y la que haremos en el partido del viernes. No hay mucho tiempo para preparar algo elaborado, y si me aceptan, ya se lo que haré. O bueno... Más o menos.
—Vale si, recuerdo—asiento rápidamente y entonces me doy cuenta de algo—¡debería de estar cambiandome ya!—miro mi reloj nerviosa—¡comienzan en quince minutos!
Dixie abre sus ojos con exageración y toma mi mano para mirar la hora, como si no se lo creyese o pensase que le Etsoy mintiendo o algo así. Los nervios me invaden en el peor momento, voy demasiado justa de tiempo. No he calentado, no me he cambiado, estoy hecha un desastre... Ni siquiera que la capitana sea amiga mía me salvará de este desastre. Me quedo paralizada pensando en todo lo malo, como si estuviese observando el fin del mundo, Dixie, demostrando saber como comportarse en este tipo de situaciones, toma mi muñeca y tira de mi. Va tan rápido, y empujando a la gente que hay por el medio, con tanta facilidad, que en dos minutos, estamos en el vestuario.
—¡vamos Nerea! Mete tu culo sexy en los shorts y ¡sal! Estaré ahí fuera—grita lanzandome la mochila de deporte.
Me da un abrazo rápido que correspondo como puedo, y me dedica una gran sonrisa separándose de mi, antes de salir del vestuario levanta sus dos pulgares en señal de ánimo.
