27. Amor verdadero

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—¿Y no pensaban decirme?— era Tony, y aunque escuchaba como si estuviera bajo el agua, podía distinguir lo que decía porque gritaba demasiado.
—Tony...— intervenía Steve.
—¡Le inyectaron vibranium, cuando ni siquiera están seguros de cómo funciona! ¡Es solo una niña y pudo haber muerto, Rogers!— gritaba aún más.
—¡Tony!— gritó Pepper, quién estaba a mi lado. —Hola, linda.— apareció en mi campo visual, con Morgan en brazos.
—¿Cass?— mi hermano entró a la habitación.
—Hola, anciano.— hablé con dificultad.
—Gracias al cielo estás bien.— susurró tomando mi mano, Steve entró también pero mi hermano intervino. —No te le acerques.—
—Tony...— empecé. —No... no fue su... culpa.— dije sentándome.
—Claro que lo es, casi te matan y me encargaré de que no se vuelvan a acercar a ti.— exclamó molesto.
—¡Yo les pedí que lo hicieran!— grité, Pepper y Tony me miraron incrédulos.
—Iremos a buscar agua.— dijo Pepper saliendo con Morgan, Steve salió detrás de ellas.
—Estos han sido los peores dos años de mi vida. Ni siquiera puedo llamarle vida, me cansaba de tan solo jugar con Morgan, pasaba días conectada a una máquina para no caer muerta en cualquier momento.— mis ojos se llenaron de lágrimas y Tony me vio con tristeza. —No... no tenía nada más que perder.— exclamé con un hilo de voz y me solté a llorar. Mi hermano se acercó a mí y solo me abrazó, mientras susurraba que lo sentía.

A la mañana siguiente, hicimos muchas pruebas nos dimos cuenta de que estaba mucho mejor y mis poderes habían vuelto, además podía controlarlos completamente. Entonces, Tony fue por mí y me llevó a la cabaña. Pepper y Morgan habían montado una pequeña decoración de bienvenida, y mi pequeña sobrina corrió a abrazarme en cuanto bajé del auto. Sin pensarlo, la levanté en mis brazos y le di un par de vueltas en el aire, cuando nos detuvimos, Pepper y Tony estaban incrédulos ya que nunca antes había podido hacerlo porque era demasiado débil. Morgan también estaba sorprendida pero solo me abrazó más fuerte y me pidió que fuéramos adentro.

Tuvimos una agradable cena y después Morgan me pidió que la arropara, gustosa accedí y le leí una historia de princesas.
—¿Qué es amor verdadero?— preguntó inocente.
—Bueno...— pensé en Peter sin dudarlo. —El amor verdadero es... cuando conoces todo lo bueno y lo malo de alguien pero aún así no le cambiarías nada porque amas todo de esa persona.— mi voz se cortó un poco.
—¿Por qué lloras, Bassie?— reí al recordar el apodo que ella me había puesto cuando era más pequeña porque no podía decir la C.
—Pues yo... extraño a mi príncipe azul ¿sabes?—intenté sonreír.
—Pero tú me has dicho que no necesitamos uno.— me cuestionó.
—Touché.— reí. —No lo necesitamos, no. Verás esto es diferente porque yo sabía que no necesitaba un príncipe azul pero sin buscarlo, encontré a Peter.— limpié una lágrima de mi mejilla. —Aunque ahora que lo pienso, no es un príncipe azul... es más como... un chico con poderes en pijamas.— las dos reímos.
—¿Cómo tú?— preguntó señalando mis manos, le di unos toques muy leves que le dieron cosquillas.
—Como yo.— reí por su risa. —Bien, hora de dormir, mini Stark.— le acomodé las cobijas y le di su pequeño oso de peluche.
—Adiós, Bassie.—sonrió y no pude evitar pensar en lo mucho que quería a esa niña.



Tres años después


Estos últimos tres años me la pasaba viajando, me mantenía ocupada y me podía olvidar de todo por un par de días. Apenas decidí llevar a Morgan a la isla privada por una semana, nos divertimos mucho haciendo pijamas, comiendo chucherías, jugando todo el tiempo. A ella le encantaba que usara mis poderes para jugar y desde el vibranium, el control que yo tenía sobre ellos era increíble. Esta mañana habíamos vuelto a la casa de Tony y mientras esperábamos a que él y Pepper volvieran del supermercado, jugábamos a las escondidas.
—¿Dónde estará la pequeña Morgan? Dios... es tan buena escondiéndose que creo que necesito un descanso, me sentaré aquí junto a esta casita de campaña un segundo.— dije mientras me acercaba a la casita.
—Boo!— salió Morgan de la casita con un casco de Iron Man, yo fingí asustarme y ambas nos soltamos a reír.
—Hey, yo sé que soy tu tía divertida y súper cool, pero es hora de recoger. Oye y recuérdame una cosa ¿qué era eso que no le íbamos a mencionar a tu padre?— le quité el casco, la tomé en brazos y caminamos hacia adentro.
—¿Esa mala palabra que dijiste cuando te resbalaste en la alberca?— dijo y se rió nerviosa.
—Ajá, ¿y qué más?— acaricié su cabello.
—Las chucherías de desayuno.— rió de nuevo.
—¡Bien!— chocamos los cinco.
—¿Puedo decirle del hombre al que le gritaste en la carretera?— rió recordando la escena donde yo maldecía a un tipo por no avanzar rápido.
—¿Sabes qué? Ese también será nuestro secreto.— le dije y le hice cosquillas.
—Secretos eh.— escuche a mi espalda y vimos a Tony con un par de bolsas de compras. Nos saludo a ambas. —Cuéntenme su secreto.— dijo haciéndole un puchero a Morgan. Ella se negó y rio. —Vamos, que sea un secreto de los Stark originales, no le diremos a mamá porque ella se robó el apellido.— bromeó.
—Escuché eso, Tony.— gritó Pepper desde adentro de la casa y todos nos echamos a reír.

Tony fue a jugar con Morgan mientras Pepper y yo conversamos al mismo tiempo que preparábamos la cena cuando de pronto Morgan llegó y dijo que habían llegado unos amigos de su padre, me acerqué a la ventana pero un intenso mareo me hizo perder el balance, me sostuve con la mesa pero en un segundo sentí como caí al piso. Morgan gritó del susto, Pepper se acercó a mi y llamó a Tony, mi hermano entró corriendo con Nat, Bruce y Steve atrás de él. Tony me hablaba pero no entendía nada.
—No me... no me siento bien.— solté antes de perder la consciencia.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2021 ⏰

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Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora