14. Batalla

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Mientras caminábamos por la maleza, esperaba despertar y descubrir que todo era un sueño, pero no pasó. Caminamos tanto que mis pies dolían y sentía la energía abandonarme poco a poco. Llegamos a la cima de una montaña nevada y entramos a una especie de cueva muy moderna, ahí varios hombres nos recibieron y nos llevaron hasta su gobernante, por lo que entendí, ellos eran una tribu que no se regía con el reino. Después de una pequeña conversación, el hombre nos llevó a otro lugar, al entrar había una enorme cama de hielo en donde pudimos ver un poco de lo que parecía ser un cuerpo, cuando nos acercamos más, todos caímos en cuenta que se trataba de T'Challa. No estaba muerto.

—Solo eso lo despertará.— habló el hombre refiriéndose a la última flor que había salvado Nakia antes de salir de su pueblo. Las tres wakandianas hicieron un pequeño ritual y después hicieron que el moribundo chico se bebiera el contenido de la flor. A los pocos segundos más, T'Challa despertó titiritando de frío.

El heredero al trono estaba decidido a pelear solo y a mandarnos a un lugar seguro, aunque francamente no lo sería del todo. Independientemente de eso, Shuri y Nakia se negaron inmediatamente y convencieron al hombre de que lucharíamos a su lado.
—Logré sacarlo del laboratorio.— dijo a T'Challa su hermana extendiéndole el collar que contenía su traje de Pantera Negra. —Junto con estos.— sacó un par de brazaletes, supuse que eran los de Tony así que estiré mis manos sin saber exactamente cómo lucharía con mis poderes restringidos. En cuanto los accesorios tocaron mi piel, se ajustaron a ella y después de que los recorriera una luz azul que parecía salir de su interior, de las pulseras salieron un par de mangas de vibranio que cubrían solo mis antebrazos y tenían una clase de extensión hacia los dedos que pasaba por sobre el dorso de mis manos en una especie de triángulo para conectarse con un anillo en mi dedo índice.
—Shuri... no puedo creerlo, muchas gracias.—estaba boquiabierta, eran increíbles, de inmediato tomé mi collar, cuyo dije era una copia del programa de Friday, la puse sobre los guantes y la información se instaló de inmediato, conecté los guantes a mi comunicador y pude explorar un poco sus funciones.
—Bien, es hora.— hablo T'Challa ya equipado y entonces todos mostramos nuestro apoyo.

T'Challa iría por la nave que estaba despegando, Shuri y Nakia irían al laboratorio con el agente Ross y yo esperaría para ayudar a T'Challa. Mientras esperaba la señal, pedí a Friday que me diera una guía rápida para poder usar los aparatos en mis manos pero la adrenalina no me dejaba concentrarme. La lucha comenzó y entonces traté de arreglármelas como fuera para canalizar mis poderes como había aprendido durante el mes que llevaba aquí, los guantes facilitaban el flujo de los rayos que soltaba por lo que ya no era tan difícil ni agotador.
Las cosas comenzaban a complicarse, más y más guerreros venían en nuestra contra y a pesar de que Okoye y sus subordinadas nos habían ayudado, el número no estaba ni cerca de verse a nuestro favor. Peleaba con varios hombres a la vez, lanzaba patadas y un par de rayos de vez en cuando pero aún así me golpeaban bastante. Estábamos perdiendo de una forma lamentable, hasta que el hombre de la montaña helada llegó justo en el momento preciso junto con todo su ejército que nos ayudó a emparejar un poco la situación.
—¿Planeaste esa entrada?— grité mientras estaba cerca del líder.
—¿Así de bien se vio?— preguntó orgulloso como si ni siquiera estuviese peleando con cinco hombres a la vez.
—Parece que las entradas de verdad son lo suyo.— exclamó T'Challa mientras saltaba sobre nosotros en su traje de Pantera Negra. ¿Es que acaso todos aquí se veían extremadamente increíbles y oportunos siempre que peleaban? Cada vez más y más guerreros se abalanzaban contra mi al mismo tiempo y no creía ser lo suficientemente fuerte para resistirlo demasiado. Mi cabeza comenzaba a dar vueltas, tenía ya varios golpes en todo el cuerpo, me costaba respirar y mi mejilla palpitaba por el golpe que me había dado al chocar con una piedra cuando tres hombres me lanzaron por los aires. A pesar de la ayuda de los de la montaña, estábamos acorralados, yo estaba en el piso tratando de mantenerme consciente, un hombre me había enterrado su cuchillo en el abdomen y cuando estaba por seguir apuñalándome, de repente lo tiro al suelo. Igual que los demás. ¿Se estaban rindiendo? Agradecí internamente y solté un suspiro de alivio, pero a la vez sentía el dolor expandirse por todo mi torso, me quedé en el suelo unos segundos cuando de pronto vi a la Pantera enemiga a punto de acabar con Shuri. Me levante de inmediato y cualquier rasgo de dolor se desvaneció al instante, intenté agarrar al impostor aunque estaba demasiado lejos, sin embargo para mi sorpresa pude levantarlo con una especie de cuerda hecha de rayos. Lo lancé al aire y T'Challa lo interceptó a medio vuelo, entonces ambos cayeron por el agujero de las naves. Corrí a ver a la chica y asegurarme que estuviera bien.
—¿Caray desde cuando puedes hacer eso?— exclamó incrédula con una enorme sonrisa en su rostro.
—No tenía idea.— reí y levanté las manos, sin embargo una punzada en mi abdomen me hizo retraerme de inmediato.

Shuri me llevó al laboratorio y me curó, no quise que quitara las marcas porque, según ella me había dicho, mis poderes me ayudarían a sanar más rápido todo así que quise poner esa habilidad a prueba. T'Challa recuperó al trono que le pertenecía y entonces el rey y la princesa me dieron una especie de alta, sabían que ya estaba tan bien entrenada cómo se esperaría y aunque casi morimos en el intento, la batalla de hoy fue el claro ejemplo para ellos que yo ya podía volver a casa. Justo como lo había planeado.

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora