19. Te amo

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Ya habían pasado dos semanas desde el extraño e inexplicable incidente, yo estaba completamente curada pero aún no tenía idea qué es lo que había pasado. Trataba de no olvidar lo que sentí en ese momento, como si algo estuviera rompiéndose en mil pedazos abriéndose paso desde mis entrañas hasta el exterior, de sólo pensarlo me daba escalofríos pero era la información más valiosa que teníamos hasta ahora.
Esta tarde, Tony había enviado a Happy por Peter y por mi para llevarnos al complejo, sin embargo me negué a entrar a su auto.
—Vamos, Cass...— habló cansado.
—Lo siento, mi taxi espera.— me puse los lentes de sol y me despedí con la mano mientras caminaba a otro auto.
Aún estaba molesta con él, para empezar, Peter jamás recibió una disculpa de su parte, sin olvidar el hecho de que Happy había estado evitando cualquier contacto con ambos.

Cuando llegué al lugar, me dirigí a la sala de conferencias, donde estaba mi hermano.
—¡Increíble! ¿Finalmente ustedes se casarán?— exclamé riendo al verlo entrar ya que por la puerta pude ver la sala llena de cámaras, micrófonos y reporteros.
—A mi también me alegra verte, Cassie.— me dijo mi hermano y de inmediato negué con la cabeza.
—Ah, ah. No me llames así.— dije firme.
—¡Ay, vamos! El niño puede hacerlo ¿y yo no? ¡Tu propio hermano!— reprochó indignado. Me limite a levantar los hombros y sonreír. —Por cierto ¿dónde está? Venían juntos ¿no es cierto?— la sonrisa que tenia segundos antes de agrandó al saber que yo había llegado primero.
—No, vine en taxi.— aclaré, su cara de confusión me hizo reír un poco.
—¿Para qué los trajiste?—  señalé la habitación a sus espaldas. Él oprimió un botón y un traje muy elegante modeló ante nosotros.
—¿Qué es esto?— pregunte confundida.
—¿Cómo que qué es? ¡Un nuevo traje para arañita!— se le veía un tanto ilusionado. —Pensé mucho en lo que me dijiste aquella noche que me robaste su traje, tenias razón. Además...—
—¡Alto! Repite eso, por favor.— lo molesté.
—Cass...—
—¡Vamos!— pedí.
—Tenias razón ¿de acuerdo? — sonreí muy grande. —Las cosas habrían sido diferentes si hubiese estado para él, más que como proveedor, como mentor. Es por eso que le daré un asiento en la mesa. Peter será un vengador.— soltó y mi sorpresa fue un tanto grande.
—¡Wow! ¡Solo mírate! Los pantalones de niño grande te sientan bastante bien. Es genial verte reconocer la responsabilidad que tienes con él. ¡Ya iba siendo hora!— reímos un poco.
—De acuerdo, ya entendí.— rodó los ojos.
—Pero no lo tomará.— hablé segura.
—¿Qué estas diciendo? Sería una completa estupidez, es su más grande sueño. ¡Es el más grande sueño de cualquiera!— exclamó.
—Te equivocas. Su sueño más grande es poder hacer y defender el bien tanto como pueda. Ayudar a la gente, mantenerlos seguros y ser alguien en quien puedan confiar. No hace nada de esto esperando algo a cambio.— dije sonriendo en un tono muy calmado y seguro. Mientras imaginaba a Peter en cada una de sus aventuras diarias que me contaba. Solté un pequeño bufido cuando recordé aquella vez que una señora le compró un churro. —Como sea, debo ir al ala médica por mis resultados, te veré en un rato.— me despedí y salí de ahí sin oír una sola palabra de su parte. Era una de esas pocas veces que lo había dejado callado.

Debía recoger los resultados de algunas de los cientos de pruebas que me habían hecho las últimas semanas. Después de un largo rato de rodeos, el equipo médico concluyó que lo que me había pasado simplemente no tenía explicación, una vez más. Nada estaba bien, todo en el mundo tiene una explicación por más extraño que sea. Me sentía tan frustrada que sentí la necesidad de salir por aire fresco.

Trataba de pensar en quien podría ayudarme a resolver esta situación cuando mi teléfono recibió un mensaje de mi hermano.
—Tenias razón.—
Al caer en cuenta que Peter ya estaba aquí, fui en busca de él, sin embargo él ya estaba en la puerta.

Sonreí al verlo y subí las escaleras a nuestros encuentro, él con una hermosa y tierna sonrisa me besó.
—Supe que rechazaste una buena oferta.— hablé.
—Decidí que era mejor quedarme con lo sencillo por un tiempo ¿sabes? Además, era solo otra de esas muchas pruebas.— entrelazó sus dedos con los míos y mientras bajábamos las escaleras, pude escuchar la tranquilidad y satisfacción que le daba decir todo eso, por lo que decidí omitir el hecho de que no era una prueba más, Tony se las arreglaría.
—Estoy muy orgullosa de ti.— la felicidad me inundaba, el saber que Peter se sentía bien con lo que estaba haciendo me hacía sentir aún mejor a mi. Una enorme sonrisa seguía dibujada en su rostro y pronto me di cuenta que en el mío también, comencé a divagar entre mis propios pensamientos y entonces caí en cuenta de lo que estaba pasando. Me detuve y él avanzó un paso hasta que sintió el jalón de mi mano. Retrocedió hasta donde yo estaba y me dio una mirada confundida, misma que yo tenía. Mis ojos encontraron los suyos y me di cuenta que estaba ignorando todo sonido de mi alrededor.
—¿Cassie, linda estás bien?— sus manos estaban en mi rostro intentando que lo mirase a los ojos. Me dediqué a estudiar nuestro entorno, había un par de personas en las escaleras, subiendo y bajando, el aroma y el sol veraniego estaban a su máximo esplendor. Cuando al fin pude poner mi drama interno en orden, me di cuenta que estaba acariciando mi cuello, pegó su frente a la mía y fue entonces cuando lo miré directo a los ojos y hablé.
—Te amo.—

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora