13. Caída

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Recién había colgado la llamada con Peter, estaba sentada en la cama de mi habitación increíblemente exhausta. Hoy me había dedicado nuevamente al control de mis "habilidades" como las llaman aquí. Miraba a la nada mientras recordaba el pasado episodio que tuve, justo cuando encontré a Rogers en mi habitación.

Según me dijeron, unos rayos aparecieron pero por la barrera que me daban los brazaletes inhibidores, estos se habían quedado dentro de mi, causándome algo parecido a un infarto y varias fracturas. Aunque gracias a la increíblemente brillante mente de Shuri, me curé en un par de horas.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando un pinchazo se hizo presente en mi brazo y me estremecí del dolor. De repente escuché unos golpes en la puerta y me sobresalté un poco, al voltear a ver me di cuenta de quien era.
—¡T'Challa!— exclamé feliz de verlo.
—Hola, Cass.— sonrió y me abrazó. Lo
invité a sentarse en la cama. —¿Qué tal te ha tratado Wakanda?— preguntó sonriente.
—Es maravilloso, tú hermana es más que una genio.— exclamé y el rió.
—No dejes que te escuche o se le subirá a la cabeza.— comentó y reímos un poco más.
—Así que... tienes poderes.— dijo y yo asentí, acerqué mi dedo a su brazo e hice un pequeño rayo haciendo que él sintiera un ligero toque. —¡Hey!— exclamó sobando su brazo.
—¡Que delicado!— lo empujé ligeramente, voltee al enorme ventanal que tenía mi habitación, caminé hasta el vidrio y suspiré extrañando mi casa.
—Es hermoso ¿no es así?— preguntó orgulloso.
—Una maravilla.— sonreí nostálgica recordando la vista desde el balcón de mi apartamento. —Pero debo admitir que no puedo esperar para volver.—
—¡Oh, vamos! ¿Tan mal te han tratado?— rió y volvió a sentarse en la cama.
—En lo absoluto, no han hecho más que ayudarme. Pero... hay alguien en casa que...— no pude terminar porque me interrumpió.
—Es un chico, eh.— me dio una sonrisa pícara que me hizo ruborizar.
—¿Recuerdas al chico araña?— reí nerviosa. Su cara fue indescriptible, ojalá hubiera podido fotografiarla.
—Oh, el niño en pijamas, como olvidarlo.— dijo para molestar.— ¿Qué te hace sentir, Cass?— preguntó unos segundo más tarde con más seriedad, sin embargo una sonrisa se ocultaba en su rostro.
—Vaya ¿cómo empiezo?— pensé un segundo. —Cuando estoy con él, siento que estoy volando. La adrenalina y la felicidad no me caben. Cuando estoy con él todo lo demás pasa a segundo plano, él sabe cómo hacerme sentir complementada.— sonreí recordando los hermosos momentos que he pasado con Peter.
—Parece que te hace bien.— un bufido se escapo entre su sonrisa. —Me alegra.—

Pasé un par de horas hablando con T'Challa, recomendando viejos momentos y experiencias. Cuando éramos niños, por alguna razón de la que nunca nadie supo, nuestros padres se veían cada mes durante dos años. Yo siempre me escabullía en la nave de mi padre y cuando llegábamos a Wakanda me dedicaba a explorar a escondidas. Hasta que un día, T'Challa me encontró en los establos de sus rinocerontes, conectamos automáticamente y ambos ignoramos el hecho de mi presciencia misteriosa en su nación. Desde entonces seguí consiguiendo formas de viajar a Wakanda con mi padre sin ser descubierta, o al menos eso creía. Pues en el último viaje me avisó que debía despedirme del príncipe para siempre, ya no volveríamos a Wakanda y los de Wakanda claramente no irían a los Estados Unidos.

Ha pasado ya una semana desde mi llegada a Wakanda, puedo decir que mis poderes están bajo control casi totalmente, aunque aún debo trabajar en esas sobrecargas que me obligo a contener y dañan mis brazos, dejando moretones, fisuras o incluso pequeñas fracturas. Pero Shuri siempre arregla todo. Estaba caminando al laboratorio cuando vi como un hombre que no había visto antes era enojado a la sala del congreso. Al llegar a mi destino, me di cuenta que había otro extranjero ahí.
—Agente Ross, de la CIA.— habló Shuri un tanto distraída. —¿Puedes cuidarlo mientras vuelvo?— preguntó cómo una formalidad ya que no me dio tiempo para responder. Algo no andaba bien. Al poco tiempo, el hombre despertó y después de algunas preguntas evidentes, comenzó a notar nuestro al rededor.
—¿Eso es..?— preguntó y no lo dejé terminar.
—Vibranio, si.— yo estaba entrenando en una esquina del laboratorio. Mis poderes estaban mucho más estables y ya podía controlar su intensidad y comprenderlos mejor, aún me faltaba lograr la bola de electricidad pero podría decir que era casi una experta en lo demás.

Mientras el agente Ross exploraba el laboratorio, yo recibí una llamada de Peter. Conversamos un rato muy tranquilamente hasta que me dio las novedades.
—¿Liz?— exclamé con la sangre hirviéndome solo un poco. Él asintió.
—Volvió hace un par de días, hizo una fiesta de bienvenida.— mencionó.
—¿Y tú... fuiste?— trataba de soñar calmada.
—Si, fui solo un rato, ya sabes....— él empezaba a divagar, me estaba ocultando algo. —¡Hola linda!— escuché de su lado de la línea y pude ver a May saludándome, le regresé el saludo e intercambiamos un par de palabras antes de que volviera a hablar con Peter.
—Entonces... la graduación será en un par de días. ¿Ella irá?— intentaba disfrazar mis celos lo más posible pero cada vez era más difícil.
—No lo sé, supongo que si. De cualquier forma no creo ir yo.— supo cambiar de tema, lo que me hizo darme cuenta que él no quería hablar de ella del todo. Intentaba convencerlo de ir, pues yo tenía planeado sorprenderlo en la fiesta, tenía todo perfectamente calculado. Mientras lo hacía, un estruendoso ruido me hizo sobresaltarme.
—Debemos irnos ¡Ahora!— llegó Shuri gritando, estaba hecha un desastre de emociones visibles.
—¿Que sucedió?— pregunté asustada.
—T'Challa está muerto.— soltó mientras recogía un par de cosas de su laboratorio, le avisé a Peter que debía irme y corrí a buscar un par de cosas que tenía yo en el laboratorio. Shuri, el agente Ross y yo salimos corriendo con la incertidumbre de a donde iríamos.

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora