20. Ligas mayores

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Los meses habían pasado y las cosas habían estado muy tranquilas desde entonces. ¡Ya hasta tenía una rutina! Todos los días iba al parque a correr después de la escuela, me juntaba con los chicos a hacer tarea, casi siempre en el loft y muchas veces iba a cenar a casa de Peter. Claro que no habíamos dejado de lado las aventuras nocturnas, a veces salíamos a hacer guardia y vigilar la ciudad pero muy pocas veces encontrábamos algo interesante que hacer. Mi vida se había vuelto muy tranquila y casi normal, aunque iba todos los días a entrenar con Nat al recinto y me había vuelto muy buena en mano a mano.

—¡Ya voy, Tony! No puedo acelerar el tiempo que dura la luz roja.— grité por el teléfono.
—¡Pudiste haber salido a tiempo y nada de esto habría pasado!— me respondió y solté un bufido.
—Bien, pero juro que si tengo una sola infracción por tu culpa, tendrás que pagarlas todas.— colgué y aceleré.

Debía ver a Tony en un lugar, aunque no sabía exactamente donde porque me había enviado la ubicación con Friday así que ella me guiaba.
—¿Pero qué sucede aquí?— Pepper me mostró su anillo de compromiso y compartimos uno de esos momentos de película donde las chicas gritan y saltan en silencio a espaldas del novio, quien en esta ocasión, estaba frente a un extraño señor volador que parecía venir de un portal. —¡Oh no! Por favor dime que no contrataste un circo para tu boda.— exclamé dirigiéndome a mi hermano. Estaba por responderme con humor pero el doctor Banner apareció del mismo portal y entonces Tony se disculpó con Pepper y le dio las llaves de su auto. No sabía que estaba pasando pero ella parecía entenderlo a la perfección pero antes de que prefiera preguntar cualquier cosa, mi hermano me jalo del brazo y no fui exactamente consciente de que había pasado hasta que volví a tocar el piso.
—¡Disculpa!— exclamé algo mareada, sin embargo, recobré mi estabilidad rápidamente. Tony comenzó a hacer gestos y comenzamos una discusión hasta que los extraños sujetos nos sentaron y nos explicaron acerca de las piedras del infinito, fue muy impresionante porque hicieron gráficos con ¿magia? —¿Thanos?— pregunté por el nombre de aquel que habían mencionado. Banner asintió y comenzó a hablar muy rápido.
—Se mueve en silencio, con las piedras de hace cada vez más poderoso y si no lo detenemos antes de que consiga las seis...— Tony lo interrumpió.
—Puede destruir la vida en una escala que nadie ha soñado.— concluyó y los tres hombres asintieron.
—Debemos llamarlos.— hablé en voz baja y todos me miraron. Tony me miro lo que se sintió como una eternidad y luego asintió tan suavemente que casi pasa desapercibido.

En cuanto mi hermano se decidió a tomar el teléfono, las cosas se empezaron a mover ligeramente. Miré al rededor y me di cuenta que había cosas volando en el cielo y la gente corría.
Salimos del lugar de inmediato e intentamos saber que ocurría, después de unos minutos vimos una enorme nave espacial y dos criaturas frente a ella.
—Regocíjense para morir por los hijos de Thanos.— exclamó uno particularmente feo.
—A ver perdón, la tierra está cerrada hoy así que tomen sus cosas y llévenlas a otro lado.— gritó Tony. Sabía que tenía muchas emociones encontradas pero trataba de mantenerse objetivo.
La criatura se dirigió al Dr. Strange y después de unas palabras, este hizo un par de escudos con sus manos.
—Wow, yo quiero unos de esos.— susurré a Tony.

Los dos alienígenas se acercaban y mi hermano ánimo a Banner a sacar a Hulk, pero solo podía tornar hasta su cuello verde. Seguían acercándose y nada pasaba con el verdecito, así que supimos que debíamos usar los trajes. Presioné los dos botones de mis pulseras y caminé hacia adelante junto con mi hermano mientras nuestros trajes se ponían sobre nuestro cuerpo.

Tony sacó unas nuevas armas y logró derrotar al grandote.
—Oye eres un desconsiderado, ¿no creíste que yo también querría unos de esos?— exclamé.
—Por eso lo hice, debes saber...— fue interrumpido porque el otro alíen lo mando a volar. Literalmente. Para después atacarnos. El Dr. Strange envió a Banner a no se donde y Tony volvió de inmediato.

Tony y yo nos encargábamos del alienígena enorme mientras que los otros dos se ocupaban del alienígena mago. Esto estaba terriblemente mal. La criatura me arrojó contra un árbol y todo el aire abandonó mis pulmones, estaba tratando de recuperarme para ayudar a Tony, pues estaba acorralado. Cuando de repente apareció Peter en escena.
—Ve con ella.— le dijo mi hermano.
—Estoy bien.— dije un tanto molesta y me levante. Todos nos coordinamos para atacar al alíen, yo fui por los pies con un lazo eléctrico, pero tomo a Peter y lo usó para lanzarme lejos. Caí un par de calles lejos y vi a una niña asustada en un rincón, estaba llorando en silencio.
—Háblame, Cass.— escuché a Tony por en comunicador.
—Estoy bien, me encargaré de algo.— respondí y me acerque a la pequeña que se asustó más conmigo.
—Hey, tranquila.— me deshice del antifaz. —¿Estás bien, linda?— pregunté y ella asintió. —Ven, busquemos a tus padres.— ella corrió a mis brazos y entonces usé los propulsores del traje para volar.
—¡Ahí!— en cuanto vio a su madre, la señaló.
—Bien, debo ponerme esto de vuelta ¿bien? solo tú sabes cómo me veo. Así que será nuestro secreto ¿de acuerdo?— ella asintió y sonrió. En cuanto la dejé en el suelo escuché como Peter estaba siendo teletransportado así que corrí a ver qué sucedía.
—¡Gracias, lightning!- la pequeña me grito desde abajo y yo le guiñé el ojo. Creo que me acaba de dar mi nombre de superheroína.

Volé tan alto como pude pero mi traje no era lo más apto para llegar al espacio. Tony pidió a Friday que me detuviera, así que ya no podía volar más alto.
—¡Anthony!— grité furiosa.
—Ve a casa, pequeña.— escuché y de pronto vi a Peter colgando de la nave. Me conecte una línea privada con él y grité un poco más.
—¡Peter! ¿Qué demonios?— exclamé.
—Hola linda, nos veremos pronto.— dijo.
—Peter, no. Vuelve, es muy peligroso. Tony puede hacerlo solo.— exclamé desesperada, el enojo había desaparecido.
—Estaremos bien, lo prometo.— habló pero comenzaba a cortarse la comunicación. —Te... mo, Cas... sie.— escuché por último, intenté ignorar a Friday y volar más alto pero de repente todo se volvió negro.

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora