9. Poderes

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—Steve lo sabía ¿no es cierto?— dije dolida y hermano asintió. A casi una semana después de la pelea entre el equipo, Tony me dijo sobre nuestros padres y la verdad sobre su "accidente." Estaba inmóvil, intentaba procesar la información lo mejor posible pero el saber que alguien en quien confiaba ciegamente me haya ocultado algo así, era demasiado abrumador. Las lágrimas no tardaron en venir pero me tomó un poco ser consciente de eso, pues no fue hasta que mi hermano me envolvió en un abrazo que salí de mi trance y sentí una gota correr por mi mejilla pero la limpié de inmediato.

Estaba en mi habitación del complejo tirada en la cama con la mirada perdida, vagando en mis pensamientos. La muerte de mis padres me hacía un estruendo en la cabeza, aún era una niña cuando todo pasó pero el recuerdo es tan vívido. 
—Sé que no soy una chica y no soy experto en pláticas emocionales, pero ten, espero ayude.— exclamó Visión dejando una taza de chocolate caliente en la mesita a un lado de mi cama. Lo miré y sonreí conmovida.
—Gracias, Vis. Y claro que no necesitas ser una chica para mejorar mi estado de ánimo.— reí.
—También hay algo más...— habló con suspenso y se movió hacia un lado dejando ver a Peter. El chico estaba encantado de por fin estar adentro de las instalaciones, claramente, sin embargo en cuanto nuestras miradas chocaron no me quitó su mirada de encima. Una sensación de comfort me invadió y me levanté de inmediato para correr a sus brazos, en cuanto vio mis intenciones se acercó a mi y me tomó entre sus brazos tan fuertemente como si quisiera que los pedazos de mi corazón se pegaran con tal fuerza.

Esta noche por fin pude convencer a Tony de dejarme volver a mi apartamento y solo aceptó cuando le dije que Peter se quedaría conmigo, lo que fue muy sorprendente para todos pero no nos dejo ir sin antes amenazar al chico.
—Te lo advierto, niño, si duermes con ella...—  comenzó.
—Adiós, Tony. Se nos hace tarde.— yo interrumpí y salimos antes de que pudiera terminar.

En cuanto entre al loft me sentí muy pequeña, como si este lugar fuera muy grande para mi sola, aunque a decir verdad, lo era. Me fui a bañar mientras Peter ordenaba la cena.
—Intentaré salir antes de que llegue la comida.— avisé.
—Oh, tranquila. A menos que tardes más de una hora saldrás antes.— rió y lo miré extrañada.
—¿Qué clase de comida rápida tarda más de una hora?— le dije en tono de burla.
—Hummm... para nosotros los simples mortales, toda.— exclamó.
—Ay vamos, no tiene nada que ver con eso.— me defendí sabiendo que se refería a mi apellido.
—¿Oh enserio?— retó. —Bien, hagamos algo. Yo llamaré desde mi teléfono y tú lo harás desde el tuyo. Daremos la misma dirección y veremos cuál llega primero.— propuso despertando mi lado competitivo.
—De acuerdo, pero... ¿que recibe el ganador?— sonreí pícara m.
—Si yo pierdo y las dos ordenes llegan juntas, entonces yo haré la cena mañana. Si la tuya llega primero, tú la harás.— mencionó y no pude estar más de acuerdo, lo dejé llamar antes y después de que yo hiciera mi llamada corrí a la ducha.

Me vestí lo más rápido que pude y escuché el timbre, corrí a la puerta junto con Peter y recibimos a una chica con varias bolsas de comida en las manos.
—¿Cassandra?— preguntó y asentí. Me extendió la bolsa con la comida y entonces se fue sin decir más. Quedé muy sorprendida y en cuanto encaré a Peter él comenzó a reírse.
—¡Te lo dije! Privilegios de ser una Stark.— levantó los hombros y yo aún no lo podía creer. Nunca había dado mi apellido al restaurante y mientras intentaba explicarle eso al chico, la puerta nos interrumpió de nuevo. Emocionada fui porque tenía que ser la orden que hizo él.
—¿Peter?— preguntó la misma chica y entonces asentí feliz mientras él estaba a mi lado sosteniendo la puerta. —Lo siento, no me di cuenta que habían pedido dos ordenes aquí cuando dejé la primera.— me la dio y esta vez se fue después de despedirse.

Salté en mi lugar para darme la vuelta y poder ver a Parker de frente, no podía contener mi sonrisa, yo había ganado. —Ah, ah. La tuya llegó primero.— negó y se fue a la cocina.
—¡Pero la tuya venía al mismo tiempo solo que la chica no lo notó!— exclamé tratando de convencerlo. La discusión duró toda la comida, fue muy divertido ver cómo cada uno intentaba probar su punto y defender que tenía razón. Al final decidimos que ambos prepararíamos la cena juntos.

Peter me había ido a arropar a mi cama, desde la pelea no había estado en casa así que le pedí que se quedara un rato conmigo. Según lo acordado con mi hermano, Peter dormiría en el sofá pero a mi no me encantaba la idea. Es decir en mi cama cabíamos perfectamente bien los dos. Me hice hacía un lado para dejar espacio y él se acostó conmigo, me acerqué a acurrucarme con él y se sintió como si mi cuerpo embonara perfectamente con el suyo. Me rodeó con sus brazos y me sentí tan feliz, como si una ligera corriente eléctrica me pasara por todo el cuerpo, tenía los ojos cerrados sintiéndome tan relajada hasta que un quejido por parte del chico me distrajo.
—¿Estás bien?— pregunté cuando sentí sus brazos removerse.
—Si, es solo que sentí unos toques terribles. Debió ser una clase de calambre.— dijo y me volvió a abrazar pero esta vez me di cuenta que en cuanto me toco se sobresaltó.
—Peter, eso está viniendo de mi ¿no es cierto?— pregunté un poco asustada al ver la electricidad emanar de mi cuerpo, él asintió con la misma expresión y con un rasgo de preocupación añadido.
—Son tus poderes.—

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora