25. Felicidad dentro del caos

23 3 0
                                    

—¿Cómo es posible?— preguntó mi hermano mientras yo trataba de procesar toda la información.
—No tengo idea, tal vez fue parte de un experimento, no hay otra forma.— respondió Bruce.
—¿O sea que... las gemas están en mi ADN?— hablé atónita.
—Tal vez no todas, pero tus primeros episodios coinciden con el momento exacto en el que se usaron las gemas, los demás pueden ser consecuencia de que se destruyeron.— explicó Banner.
—Ay por dios...— susurré incrédula.
—Cass, sabiendo esto ahora podemos hacer análisis que realmente nos ayuden a buscar una solución. Ahora sabemos lo que estamos buscando.— habló Tony mientras Pepper me acariciaba la espalda tratando de calmarme y asentí, no amaba la idea de seguir como ratón de laboratorio pero mi hermano tenía razón, ahora todo tendría más sentido.

Habían pasado dos semanas desde que Bruce encontró las gemas en mi ADN, aún no tenía respuestas de eso, así que todos solo me cuidaban de más. Parecía como una niña que podía desmoronarse en cualquier momento y en parte, eso era, sin embargo era difícil aceptar que probablemente no podría volver a vivir mi vida como antes.
—¿Te tomaste las vitaminas?— preguntó Pepper mientras yo le arreglaba el cabello.
—Si, mamá.— respondí sarcástica y ella bufó. Terminé con su peinado y las dos admiramos su reflejo en el espejo.
—Vaya...— susurró sin aliento y con los ojos llorosos.
—¡Ah, no!— grité tratando de evitar sus lágrimas porque sabía que si ella lloraba, yo terminaría igual. —¡No te atrevas!— seguí gritando mientras caminaba hacia la puerta. —Más vale que no derrames ni una lágrima ¿bien? Te veré allá.— me detuve en el umbral de la puerta. —Te ves hermosa, Pep.— sonreí y salí.

Entré por atrás y me puse en mi lugar. Ví a mi hermano parado en el altar y le sonreí al ver lo nervioso que estaba, jamás lo había visto así. La música nupcial comenzó, ambos volteamos a ver hacia la alfombra roja, dramático toque de Tony y vimos a Pepper caminar hacia el altar, vestida de blanco. Yo estaba tratando de aguantar las lágrimas pero cuando miré hacía Tony y lo vi llorando, no pude contenerme más.
—Por un demonio, Tony.— exclamé golpeando a mi hermano con las flores que tenía. Ella llegó y se paró frente a mi hermano, me dio las flores y se tomaron las manos. Dejé las flores de lado y tomé mis tarjetas. —Bueno, me da una enorme felicidad estar aquí con ustedes.— dije tratando de contener las lágrimas.
—Ve a lo interesante, Cass.— exclamó Tony y los tres reímos.
—Silencio o no te casas hoy.— lo reprendí. —Okay.— suspiré y comencé mi discurso. —Hace muchos años que la vida los puso en el camino del otro, ambos han visto lo mejor y lo peor del otro y han superado obstáculos fuera de este mundo, literalmente.— todos reímos un poco. —Pero a pesar de todo, aquí estamos hoy, uniéndolos en matrimonio. Por fin.— reímos de nuevo.
—Así que adelante con sus votos ¿Tony?— indiqué.
—Pepper, mi amor... desde que te vi, supe que ibas a cambiar mi vida, aunque jamás me imaginé que fuera de esta forma. Me has ayudado a ser la mejor versión de mí, soy quien soy gracias a ti. Por eso, prometo amarte, cuidarte y sacarte de tus casillas, hoy, mañana y siempre. Te juro que haré lo imposible por demostrarte siempre lo feliz que soy a tu lado. Te amo, Pep. Tú me completas.— dijo mirándola a los ojos todo el tiempo mientras le ponía el anillo.
—¿Pepper?— hice un ademán para que ella siguiera.
—Tony...— dijo con la voz cortada. —Jamás me imaginé que pudiera amar tanto a alguien, como te amo a ti. Eres la razón por la que me despierto en las mañanas, literalmente, roncas mucho mas cuando estás por despertar.— reímos. —Pero esa es una de las cosas que amo de ti. A tu lado, soy la mujer más feliz del universo y prometo amarte, cuidarte y tratar de no matarte, hoy, mañana y siempre. Te amo, Anthony.— ella le puso el anillo, ambos sonreían y fue en ese momento cuando supe que yo quería algo así pero me di cuenta que lo tenía... tenía un amor incondicional, obviamente no podía compararlo con ellos dos, pero mi relación con Peter era increíble. Involuntariamente, los ojos se me llenaron de lágrimas, pero tomé todas las fuerzas que tenía para no llorar. Este era su momento, su felicidad dentro de todo el caos, se lo merecían.
—Bien... entonces, por el poder que me concede el curso de internet que hice hace dos días. Los declaro señor y señora Stark.— se abrazaron y los pétalos blancos comenzaron a caer. —¿Qué es eso? ¡Bésense!— exclamé y lo hicieron. Finalmente estaban casados, después de tantos intentos, tantos obstáculos. Entramos a la cabaña que Tony había comprado como regalo de bodas, en la que planeaban vivir y me acerqué a la cocina, donde había ocultado mi regalo de bodas.
—Feliz luna de miel.— les di las llaves de una casa en la playa, en una isla privada. Mi padre la había comprado y me la había dejado como parte de mi herencia, pero por alguna razón Tony nunca supo de ella, ni yo, hasta hace unos días que una agencia me contactó ya que mi cumpleaños 16 se acercaba y se supone que ese sería mi regalo de cumpleaños. —El avión está listo.— recibí un mensaje del piloto.
—¿Qué es esto?— preguntó Tony.
—Un préstamo.— recalqué. —Pero es mi regalo de bodas.— sonreí.
—¿Segura que no quieres venir?— preguntó Pepper, de nuevo. Me había invitado a su luna de miel como unas diez veces.
—Segura, además alguien tiene que cuidar del mundo.— dije y sin pensarlo del todo, agregué algo que debí guardarme. —O al menos, lo que queda de él.— me arrepentí de inmediato. —¡Vamos, no quieren hacer esperar a mi piloto!— exclamé tratando de evadir lo que había dicho y entonces se fueron en el auto.

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora