12. Proceso

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Al llegar a Wakanda, nos esperaban Okoye, Shuri y Nakia, T'Challa no se encontraba en la ciudad por asuntos de su nueva posición en la jerarquía del reino.
—Señor y señorita Stark.— nos saludaron amablemente.
—¡Ay, Dios! Lo haces sonar como si estuviéramos casados.— exclamé un poco horrorizada y todos soltamos un poco la tensión que había en el ambiente.
Nakia me llevo hasta la que sería mi habitación por el tiempo que durara mi estadía aquí, mientras tanto, mi hermano se encargaba de un par de cosas con Okoye. Un par de chicos me ayudaron a llevar mis cosas hasta mi habitación y en cuanto Tony apareció para despedirse no pude evitar sentirme sola.
—¿Estaré aquí por mucho?— pregunté suplicando que respondiera con un "no".
—No lo sé, pequeña. Pero te prometo que estarás bien, aquí podrán ayudarte y mientras tanto yo estaré trabajando en lo mismo solo que allá afuera.— me dio un cálido abrazo y yo me aferré a él.
—¿Por qué no puedes simplemente quedarte?— pedí.
—Pulguita, debo encargarme de varias cosas pero prometo venir en cuanto pueda. Además, estando aquí lo único que haría sería estorbarles, puedo ser mucho más útil allá afuera.— depositó un beso en mi frente y me abrazó una vez más.

En cuanto Tony se fue, me puse unos leggings negros con una blusa de tirantes del mismo color. Até mi cabello en una coleta alta y fui directamente al laboratorio, donde ya estaban dispuestos a comenzar con mi caso. En cuanto antes comenzará con esto, antes terminaría.

Me pusieron en una cama bastante cómoda, me pusieron en una clase de cámara contenedora, removieron mis brazaletes inhibidores y comenzaron a hacerme pruebas. Sacaron varias muestras de mi sangre, me pasaron innumerables máquinas que me escanearon, de las cuales solo pude reconocer un par. Me hicieron más análisis psicológicos y físicos.
Debo admitir que era abrumador y muy cansado, pero mientras antes terminara con esto, antes podría estar de vuelta en Queens.
—Señorita Stark, creo que sería todo por hoy, podemos seguir mañana si así lo desea.— se dirigió a mi uno de los hombres con una bata blanca que estaban trabajando en mi. Me di cuenta que ya había obscurecido.
—De acuerdo, estaré aquí a primera hora.— dije levantándome de la silla, me sentí un poco mareada y mis manos dolían terriblemente otra vez. Estaba por cruzar la puerta cuando me di cuenta que casi olvidó decir algo muy importante. —Gracias... a todos.— me dirigí a todas las personas que estaban ahí y caminé hasta mi habitación. Estaba exhausta y apenas tenía fuerza para hacer cualquier cosa, sin embargo mi pesar se fue cuando sentí mi teléfono vibrar y vi a Peter en la pantalla.
—Hola, linda. ¿Qué tal va todo?— su voz sonó tan dulce que me hizo querer llorar.
—Hola, guapo. Lamento no haber podido hablar en todo el día, es solo que ya sabes...— no quise abrumarlo con todo mi día así que lo dejé así.
—¡Vaya! Te ves exhausta, no estarás trabajando de más ¿o si?— preguntó aunque conocía la respuesta.
—Fue un largo día, muchas pruebas y análisis, ya sabes.— reí y seguimos platicando, me contó su día y me pidió contarle más sobre las pruebas. Todo rastro de cansancio y dolor se había ido con el poco tiempo que tuve para verlo. Hablamos hasta que me quedé dormida, me desperté cerca de las seis de la mañana y me di cuenta que aún seguíamos en la llamada.
—Dulces sueños, Spidey.— susurré y colgué.

Me alistaba para un nuevo día en el laboratorio, me puse un conjunto de leggings y un top blancos junto con mi cabello en una coleta alta. Había traído varios conjuntos de leggings con tops de diferentes colores porque sabía que era lo mejor para usar en cualquier tipo de pruebas, lección de mi padre.
—Señorita Stark, acompáñeme.— me habló uno de los chicos con los que trabajé ayer.
—Oye, dime ¿cuál es tu nombre?— pregunté siguiéndolo.
—M'koy.— no me volteo a ver pero su tono fue amable.
—Okay, M'koy. Soy toda oídos.— hablé cuando llegamos a una sala de conferencias donde estaban el resto de los laboratoristas de ayude y unos nuevos.

Las siguientes horas pasaron lentamente en la sala, pero me explicaron absolutamente todo lo que ocurría en mi interior. Al parecer era una mutación provocada por las tres fuentes de energía que me habían atacado al mismo tiempo, justo cómo lo había pensado Peter. Sin embargo, había un factor externo que aún no sabían qué era, el cual había sido clave para estos poderes, aunque según ellos este factor ya estaba en mi ADN desde antes del incidente. Después de ponerme al tanto, me llevaron de vuelta al laboratorio para comenzar la parte inicial de entrenamiento; controlar los poderes y descubrir su capacidad.

Fue un día terriblemente largo y para cuando volví a mi habitación me encontré con una enorme sorpresa. Quedé atónita al verlo ahí parado.
—¿Puedo ayudarte?— hablé intentando no darle mucha importancia.
—Hola, Cass.— me encaró, pues estaba viendo por la ventana. No respondí. —Escucha sé que lo que hice estuvo mal pero por favor solo déjame explicarlo.— pidió Steve. Levanté la ceja en espera de que siguiera hablando. —Bucky es lo único que me quedaba. Absolutamente todos los que conocía están muertos, después de lo de Peggy... ya nada parecía tener sentido.— bajó la mirada y por un segundo sentí compasión, pero se esfumó al instante.
—¿Alguna vez pensaste en que mi hermano y yo somos lo único que tenemos?— grité lanzando un montón de papeles al piso. —¡No! Claro que no, porque mientras tu amigo estuviera a salvo, todo lo demás estaba de sobra. ¡Como por ejemplo el decirnos que ese maldito había asesinado a nuestros padres!— le di un empujón con ambas manos en su pecho y el se quejó de dolor. Me di cuenta al instante que mis poderes se habían disparado, aún tenía los brazaletes que había hecho Tony pero parecían estar perdiendo su fuerza.
—¡Cassandra!— escuché un grito muy lejano y todo se volvió obscuro.

Ala rasi: cualquier cosa por ti || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora