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habían pasado tres días desde el incidente y hasta ahora, a jeongin no le permitieron la entrada. el menor comenzaba a desesperarse porque sabía bien que el guardia de seguridad lo hacía apropósito para molestarlo.

-¿cuál es tu maldito problema conmigo? déjame pasar.

-un estúpido omega no me va a decir qué hacer.

-¿crees que por decirme estúpido me voy a poner a llorar? -dijo con burla, el menor ya harto de la situación.-puto alfa de mierda, ya muévete del maldito camino.

repite lo que dijiste.

-con o sin tu vocecita de nena lo haría. dije que te muevas del puto...

antes de terminar su oración, sintió como alguien jaló de su brazo desde atrás, casi haciéndole caer al suelo y ahí fue cuando se dio cuenta que había desafiado a un alfa que podría haberle hecho trizas fácilmente si minho no hubiera llegado a tiempo.

algunas personas miraban impresionados al omega de cabello blanco y otros a la pelea entre ambos alfas hasta que llegaron a separarlos. el público comenzó a culpar al señor de seguridad y gracias a ello, le permitieron la entrada a minho.

-jeongin, ¿estás bien? ¿ese idiota te hizo algo?

-ah, sí... estoy bien. -dijo un poco aturdido por las feromonas amargas del mayor.-me salvaste de la muerte.

minho rio.-tienes carácter, ¿eh?

-es que ese estúpido alfa nunca me quiere dejar de pasar y esta vez exploté.

-me parece bien que te hagas escuchar, pero también ten cuidado, ¿bueno? -el menor asintió y con ello recibió una pequeña sacudida en su cabeza por la mano de minho.-bueno, ve tú primero, luego iré yo.

jeongin tomó la perilla nervioso y la giró hacia un lado, abriendo así, la puerta. la habitación no olía a más que alcohol y desinfectante, en la camilla se encontraba hyunjin descansando atado a una máquina.

se sentó al lado del mayor en silencio y sintiendo un pequeño nudo en su garganta, suspiró.

-perdón por no venir antes... no me dejaban entrar hasta que por fin me encontré con minho y gracias a él estoy aquí, vivo, en una sola pieza... es que reté a un alfa para poder verte. -rio.-¿sabes? dicen que las personas en las camillas te escuchan así que... de verdad espero que despiertes pronto y podamos ir a la cabaña de mis padres a jugar un rato. hyunjin tú me prometiste que adoptaríamos un perrito así que te esperaré para c-cuidarlo juntos...

el omega sonrió con tristeza sintiendo el nudo más fuerte en su garganta, se levantó de la silla y con delicadeza, tomó la mano del alfa para entrelazar sus dedos. le había agarrado bastante cariño a hyunjin y verlo en ese estado era algo que le rompía el corazón porque recordaba bien como eran las sonrisas del mayor. al principio eran brillantes, pero poco a poco fueron cambiando hasta ya casi apagarse por completo y solo parecer una mueca.

-mañana... mañana volveré a venir apenas acaben mis clases. -murmuró.-adiós, hyunjin.

tanto el humano como el lobo estaban destrozados con solo pensar el no poder ver nunca más al alfa. la idea en su cabeza era como tener mil cuchillas clavadas en su corazón.

salió de la habitación apestando a tristeza y sin querer ver al alfa de aroma a menta, se sentó en la banca para cambiar de puestos. quería llorar, quería que desapareciera el nudo en su garganta, pero más que todo, quería que hyunjin despertara.

-hey... ¿por qué está triste? parece una vainilla amarga.

jeongin levantó su cabeza encontrándose con una adorable niña alfa con dos coletas y vestida de amarillo. ella lo miraba curiosa con sus dos afilados ojos mostrando inocencia.

-¿quiere un caramelo? nana, siempre me da uno cuando estoy triste.

el menor continuó mirándola sin saber exactamente qué decir, así que la niña por cuenta propia, agarró la mano del omega para dejarle el pequeño dulce de naranja.

-es tu caramelo, n-no tienes que darmelo...

-por favor, acéptelo, usted lo necesita más que yo.

el omega murmuró un pequeño gracias y con las manos un poco temblorosas, se metió el caramelo a la boca disfrutando del delicioso sabor lo cual le hizo al menos pensar en otra cosa por unos segundos. la niña sonrió ante ello sabiendo que funcionaría, al menos ya no olía tan amargo.

-¿dónde están tus padres? ¿te has perdido, pequeña?

-mi papá está enfermo y no tengo mamá, pero tengo a mi nana que está conversando con el doctor.

jeongin parpadeó un par de veces ante la forma tan natural de la respuesta que dio la infante. la pequeña alfa parecía tomar bien la situación a pesar de su corta edad.

-perdón por preguntar...

-no se preocupe, es solo que no me pongo triste porque ellos se preocuparían por mi y eso es lo que menos quiero, además, prefiero recordarlos a ambos con una sonrisa.

-¡yeji! -llamó una señora haciendo que la niña mirara a esa dirección.

-oh, ya me tengo que ir...

-puedes decirme jeongin y también puedes tutearme. -sonrió.

-adiós, jeongin, recuerda que eres una bonita vainilla dulce.

-adiós, pequeña, gracias por el caramelo.

-no es nada... ¡ya voy, nana!

la dulce niña fue a los brazos de la señora no sin antes sonreírle una vez más al omega quien pensaba que la infante tendría al menos unos ochos años y aún así, se mostraba muy madura y segura de sí. le vio salir por la puerta principal y ella volteó, para despedirse de nuevo moviendo su mano lo cual le hizo dibujar una sonrisa.

minho salió tiempo después y ahora ambos, iban en camino a la casa del omega.

-¿te quedarás un rato?

-no puedo, le prometí a sung que iríamos a comer.

-oh, esta bien... diviértete, min.

-nos vemos otros día, i.n.

jeongin entró a la casa escuchando las risas de changbin y seungmin, los saludó con una pequeña sonrisa y se metió a su cuarto para tirarse a su cama, pensando en la conversación con la pequeña alfa.

¿hyunjin se preocuparía si yo estuviera triste?

¿hyunjin se preocuparía si yo estuviera triste?

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ice cream; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora