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todo era un desastre en la cabeza de jeongin y si le preguntabas la definición de ese desastre, el omega solo respondería con nombre y apellido, hwang hyunjin. el alfa prácticamente se había apropiado de sus pensamientos, pensaba en él todo el día y su mejor amigo, seungmin, le paraba diciendo que dejara de suspirar cada cinco minutos.

-¿por qué no se lo dices?

-¿acaso estás loco?

-eres un llorón, innie. -rio.-mira a felix, él le dijo sus sentimientos a chris y ahora están juntos, sigue su ejemplo, hazme caso.

-bueno, seungmin, tú no eres el mejor para aconsejarme eso porque estás igual que yo.

-estamos hablando de ti, no de mi. -gruñó.

jeongin soltó una risita y cuando iba a agregar algo más, el timbre de la casa sonó. seguro era su hermano que se había olvidado la llave de la casa y una pequeña sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.

-minnie, ve tú, lo disfrutarás más que yo.

-tú eres el dueño de la casa.

-entonces se hace lo que yo diga, anda a abrir.

el omega mayor volvió a gruñir, pero aún así, se levantó de la cama para dirigirse a la pierna principal encontrándose con una gran sorpresa, pero no para él. una disimulada sonrisa malévola se atravesó en su rostro y saludó a hyunjin con amabilidad.

-¡innie, ven aquí, hay una sorpresa para ti que seguro amarás!

-¡seungmin, no voy a caer en tus juegos, hyunjin no está aquí!

el alfa miró con una ceja alzada al omega de cabellos morados quien solo le hizo una seña divertida para que guardara silencio y esperara a que yang apareciera por el pasadizo.

-bien, ahora dime cual...

su mente quedó en blanco y las palabras dejaron de salir de su boca. hyunjin sonreía mirando con ternura al menor al lado de seungmin quien ya había cumplido con su venganza. jeongin se sonrojó al tener puesta su pijama de zorritos que le había comprado sus hermano mientras sentía a su lobo mover la cola, feliz.

-hola, innie, venía a invitarte a cenar.

-jeongin acepta con gusto solo que ahora aún no reacciona. -dijo kim caminando hacia el omega para tomarlo de los hombros.-pero no te preocupes, haré que se cambie y luego podrán ir tranquilos a su cita... vamos, jeongin, muévete que tu alfa te espera. -murmuró eso último, tampoco eran tan malo como para gritarlo a los cuatro vientos.

-mi alfa...

-sí, tu alfa, ahora mueve el culo.

ya en su habitación, reaccionó que hyunjin estaba en su sala y encima, le había invitado a cenar, ¿pero cómo es que sabía su dirección? salió de su ensoñación cuando seungmin le tiró un conjunto de ropa.

-con eso te verás precioso, de nada.

el omega mayor salió del cuarto y fue a sentarse en frente del alfa hasta que su amigo saliera ya cambiado, lo cual demoró unos minutos, pero cuando volvió a cruzar el pasadizo, hyunjin lo miró con dos corazones en los ojos y sintió su lobo aullar contento. seungmin rio en su lugar y movió a ambos chicos a la puerta, porque si no lo hacía él, esos dos iba a quedarse mirando media hora sin decir nada.

-¡disfruten, adiós!

la pareja rio al ya estar fuera de la casa, jeongin tomó aire ahora pudiendo disfrutar en su máximo esplendor, el aroma a mora de hyunjin. habían pasado varias semanas y ya todo estaba como debía estar.

el alfa pidió un taxi y primero llevó al menor a un bonito malecón en donde podrían ver el asombroso atardecer junto al mar. los colores anaranjados y amarillo se combinan entre ellos hasta ir dejando poco a poco el color oscuro de la noche.

-jeongin, ¿sabías que no importa lo que te pongas? de todas maneras siempre te verás precioso.

el omega se sintió aliviado ya que estaba anocheciendo y así el alfa no podía ver su pequeño sonrojo, sonrió tímido y murmuró un pequeño gracias. hyunjin le extendió la mano a jeongin quien no dudó en tomarla y con ello, juntos se dirigieron a un restaurante italiano.

el local era hermoso y muy fino a simple vista, las personas vestían con elegancia y ahora mismo se alegraba que seungmin escogiera su atuendo quien se guió por lo que el alfa usaba.

le entregaron la carta y hyunjin pidió una deliciosa lasaña mientras que jeongin unos exquisitos raviolis con sala de queso, ambos comieron disfrutando de una buena cena juntos, riendo y bromeando siendo lo mismos de siempre.

ambos hasta podían quedarse callados, solo observando el rostro contrario, admirando cada bonita facción que tenían y esa belleza natural que los dos poseían. sus lobos estaban contentos y satisfechos, saltaban de un lado para otro como si quisieran jugar.

la idea de ir a la cabaña de sus padres volvió a cruzar la cabeza de jeongin haciendo que su lobo se emocionara mucho más. el menor también lo estaba, incluso más que su animal interior, amaba la idea de poder ver a hyunjin en su forma lobuna.

-hyunjin, de verdad gracias, pero yo también puedo...

-jeongin. -interrumpió.-yo te estoy invitando así que yo voy a pagar.

-alfa tonto... -murmuró con un gruñido.

-gracias, cariño. -respondió guiñándole un ojo al omega.

luego de que a jeongin le diera un revoltijo de emociones por aquella acción, salieron del restaurante con calma y en silencio para volver a ir a la tranquilidad del malecón en donde habían parejas disfrutando de la bonita y fresca noche.

según hyunjin, la luna brillaba, pero los ojos del omega lo hacían mucho más como si tuviera varias estrellas dentro. jeongin era hermoso, quería protegerlo de todos y darle mucho amor.

-innie... quiero preguntarte algo.

-oh, claro, dime.

el lobo de hwang movió la cola ansioso y el humano estaba poniéndose muy nervioso ante la respuesta que recibiría del contrario.

-jeongin, eres una persona maravillosa y todo este tiempo junto a ti, lo he disfrutado demasiado. es por eso que, tú... eh... ¿me darías la oportunidad de poder cortejarte, por favor?

la boca del omega formó una "o" perfecta y sus ojos se abrieron en grande, tanto por la sorpresa y emoción. ahora... ¿cómo le diría a hyunjin que eso no era necesario? él ya estaba completamente embobado por el alfa.

-uh, hyunjin, de verdad no tienes que hacerlo... -murmuró y rápidamente continuó, al sentir el aroma triste del alfa.-porque... bueno... ya sabes. -rio nervioso.-yo... yo podría aceptarte como mi alfa sin problema.

-¿qué? ¿me lo dices en serio?

al ver al omega asentir tímido, una alegría inmensa le cubrió por completo, tanto a así que cargó a jeongin dándole una vuelta entera en su lugar con una gran sonrisa en el rostro.

-jeongin, con solo esas palabras me has hecho el alfa más feliz del mundo, pero aún así voy a cortejarte.

-no tienes gastar nada, hyunjin, así está bien.

-shh... déjame a mi.

jeongin sonrió pensando en que su alfa era un amor.

jeongin sonrió pensando en que su alfa era un amor

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ice cream; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora