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-vamos, innie, déjame hacerte el desayuno, estás cansado.

-no, no, estoy bien, siéntate y yo preparo algo.

-yang jeongin, anda a sentarte, yo haré el desayuno.

jeongin le gruñó y con el ceño fruncido, fue a sentarse en el comedor para esperar al mayor quien no demoró mucho al hacer unas tortillas de huevo con hot dog junto a un vaso de jugo de naranja.

el menor comía con cansancio y es que no podía creer por el día de ayer, ahora estuviera en ese estado o tal vez era por algo más que él aún no se daba cuenta. siguió comiendo de su deliciosa tortilla recordando al bonito lobo negro de ojos azules de hyunjin.

miró al alfa y olfateó disimuladamente el aire hasta que el aroma a mora llegó a sus fosas nasales cautivandolo. sintió como la temperatura de su cuerpo aumentaba y un pequeño mareo, le hizo soltar el tenedor haciendo que este cayera el suelo.

-¿jeongin?

el omega soltó un jadeo cuando el alfa pronunció con su preciosa voz, su nombre. llevó una mano a su vientre al sentir una punzada y al querer levantar la vista tenía a hyunjin delante claramente preocupado. oh, pero ¿desde cuando el alfa olía tan bien?

-hyunjin... me d-duele...

las feromonas del menor salieron disparadas llenando rápido a todo el ambiente de ellas. el alfa gruñó ante eso y trató de alejar un poco a jeongin cuando este trepó encima suyo.

-alfa, ayúdame... -suplicó.

-jeongin. -pronunció con la voz grave sacando un suspiro en el mencionado.-¿tienes supresores?

-¿no te gustaría tener cachorros, alfa?

hwang gruñó una vez más y cargó al más pequeño yendo directo a la habitación de este para buscar la maleta, tenía que haber un maldito supresor o algo ahí. su nariz picaba por el fuerte olor a vainilla y que jeongin dejara unos besitos en su cuello, no le ayudaba para nada.

por poco y tira al menor en la cama, para centrarse en un único objetivo, encontrar algo para que el omega se calmara. quitó todo lo de la maleta, ahora le importaba muy poco dejar todo regado por el suelo y es que podía escuchar a jeongin llamarlo, pero no iba a caer. el omega estaba en celo y no iba a aprovecharse de eso.

no encontró nada y aquello le puso muy nervioso, además, escuchó el primer gemido del menor y no hizo más que ponerse rígido. escuchaba como el omega decía su nombre entre suspiros e iba a mandar todo a la mierda, pero aún tenía una parte racional que le decía que no y que siguiera buscando el maldito supresor.

para su suerte, la maleta tenía como un bolsillo secreto en donde estaba lo que tanto quería. dejó la pastilla en la cómoda y bajó rápido a la cocina por un vaso de agua sintiendo como el menor comenzaba a chillar por quedarse solo.

-vamos... toma... -murmuró.-muy bien, innie, ahora te dejaré aquí, ¿si?

y sin esperar ni una respuesta, salió de la habitación como alma que lleva al diablo al saber que los efectos de los supresores no llegaban de inmediato. jeongin chilló y haciéndose una bolita en la cama, no pudo evitar tocarse gimiendo el nombre del alfa que trataba de calmarse en la cocina, con un vaso de agua fría.

pasaron al menos cuatro horas desde aquel incidente, se acercaba la hora de almuerzo, pero hyunjin no estaba muy seguro de si subir o no. aunque ya no era necesario al ver al omega bajar las escaleras, con las mejillas sonrojadas.

-jeongin, ¿ya no te duele nada? ¿qué haces aquí? te llevo a tu habitación, vamos.

-¡no! digo... aquí e-estoy bien...

apenas podía mirar al alfa a los ojos después de lo que había hecho arriba. ahora sus sábanas estaban manchadas de ese líquido blanquecino.

-jeongin, hazme caso.

el mencionado se estremeció en su lugar, aún estaba un poco sensible y la voz grave de hyunjin no le ayudaba mucho. además, ahora tenía muy cerca al alfa y podía oler a la perfección la mora.

-es que... las sábanas están sucias...

-oh...-dijo con naturalidad.-creo que hay un par de sábanas en la lavandería, iré por ellas, ¿bueno?

el omega asintió aún avergonzado y esperó al mayor mientras que maldecía bajo por haber olvidado la fecha de su celo. ahora hyunjin se burlaría de él y le diría que era un tonto omega o tal vez ya le daba asco.

-aquí están. -pronunció el alfa.-¿quieres que las cambie por ti?

-no... yo puedo hacerlo, gracias.

subió a su habitación para escapar rápidamente del alfa. lo que menos quería ahora, era verlo, prefería huir antes de escuchar las palabras del mayor. suspiró cansado y sacó las sábanas sucias dejándolas dentro de una cesta para poner las limpias. como todo un espía, fue a dejar las mantas sucias a la lavandería sin ser visto y rápidamente volvió a subir, pero hubo un pequeño cambio de planes.

y es que todo su ser quería estar con el alfa, ahora que ya no tenía tanto los efectos del celo, al menos quería mimos del más alto. su lobo chilló y el humano gruñó, cambiando el camino de sus pasos para ir a otra habitación.

abrió la puerta con temor y para su buen suerte, no encontró a hyunjin. olfateó el olor a mora en la habitación y suspiró con una sonrisa relajada. sus pies condujeron a su cuerpo sin permiso, y ahora ya estaba en la cama del alfa restregando su nariz con la almohada.

el mínimo dolor de cabeza que tenía se fue y la mora lo relajaba tanto, que terminó dormido rápidamente abrazando las suaves sábanas, sin llegar a escuchar las pisadas que se acercaban por las escaleras y su nombre, ser pronunciado.

el mínimo dolor de cabeza que tenía se fue y la mora lo relajaba tanto, que terminó dormido rápidamente abrazando las suaves sábanas, sin llegar a escuchar las pisadas que se acercaban por las escaleras y su nombre, ser pronunciado

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no sé si alguien se habrá dado cuenta, pero me he confundido en una cosita, el aroma de minho es menta y changbin huele a chocolate, perdón a

ice cream; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora