Es 31 de diciembre. El año pasado a estas horas estaba preparándome para irme con Marc y Àlex de fiesta por ahí con los amigos y primos de esos dos. Marc y yo no podíamos despegarnos uno del otro y apenas llevábamos 3 días saliendo.
Nada que ver con el día de hoy. Ahora mismo estoy en pijama en casa de María y con unas ojeras kilométricas. Todo igualito, sí. Parece que fue hace un siglo, y sólo ha pasado un año. Uno solo. Quién sabe cómo será el próximo. Quizás ni siquiera llego a entonces. No es que me quiera morir, pero es que como cada vez voy a peor, pues nada, no hay entrada en 2021 para mí. O quizás el próximo comienzo de año será maravilloso porque estaré con mi pequeño o pequeña.
María se va a quedar en casa conmigo. Nunca ha sido de salir en exceso, pero en fin de año sale casi todo el mundo siempre. No ha querido dejarme sola, porque salir no es una opción para mí. Beber no puedo, y marearme y agobiarme me iba a pasar sin duda alguna, así que vamos a pasar la entrada de año las dos solas en casa. Viendo la 1 que es la única que escapa un poco con la programación para fin de año. Aunque supongo que las campanadas por novelería las veremos en Antena3 por ver qué ha preparado este año la Pedroche.
La cena no será nada complicado, ni nada que yo no pueda comer. Un picoteo tonto sin mucha complicación. Nada de mariscos, incluyendo los langostinos, y nada de Sushi. Los próximos 7 meses y medio no voy a poder comer nada de eso. Tocará aguantarse.
Me doy cuenta de que no he subido nada a Instagram desde que he llegado a Almería, así que nos saco un selfie a María y a mí tal como estamos en pijama, y lo subo en un story diciendo que así pasaré yo el fin de año.
No creo que hayan pasado ni 5 minutos desde que he colgado el story cuando suena el teléfono y veo una llamada de Àlex. Lo habrá visto seguramente y querrá decirme que esa no es manera de celebrar que entramos en otro año.
-Hola guapo.
-¡Hola!
-¿Me llamas para echarme la bronca?
-No. Ambos sabemos que no estás para fiestas últimamente. Además, no está feo el pijama.
-Como te metas con mi pijama de las Supernenas te pego cuando vaya a Barcelona.
-Relaja, fiera.
-¿Ya estás preparado para salir?
-Sí. Ya estamos preparados.
-Seguro que estáis muy guapos.Àlex se queda en silencio un momento, y me parece oír pasos. No sé si suyos moviéndose de sitio, o que alguien se está acercando.
-Àlex, ya podemos irnos.- escucho a través del teléfono que dice Marc.
Àlex le responde que ahora va a dar con él y luego vuelve a hablarme, aunque con un tono más bajo.
-¿Estás bien?
-Sí.
-Sí me necesitáis, sabes que puedes contar conmigo, ¿no?
-Claro que lo sé. Pero no nos va a pasar nada, tito Àlex.
-No te aburras mucho.
-Lo intentaré.Cuelgo y me dejo caer, despacio, en el sofá. María no pregunta. Sabe cuándo necesito que me pregunten y cuando solo necesito un abrazo. Sabe con quién hablaba, y seguramente haya oído igual de bien que yo como Marc le decía a Àlex que tenían que irse ya.
-Tienes que llamarle pronto.
-Hoy no. No quiero joderle el comienzo de año.
-Vale. Pero no te queda mucho para volver a casa.
-No. Solo me queda una semana.Pasamos del tema rápido y vemos todos los programas especiales de fin de año que van dando por la tarde hasta llegar a los informativos. Ahí simplemente nos disponemos a cenar recordando momentos de cuando éramos pequeñas. Luego vemos el especial de José Mota, y detrás el programa musical de la 1. Nos reímos mucho con las parodias, y cantamos a pleno pulmón como dos locas con las canciones que van pasando hasta llegar las 23:45 y que se vayan a la Puerta del Sol para dar las campanadas.
Cambiamos a Antena3 para ver qué se ha puesto Cristina Pedroche este año y cuando se destapa para verlo es que parece C3PO. No puedo dejar de reírme. No me ha gustado nada lo de este año. Me parece ridículo.
No tomo las uvas. Nunca lo hago. Además, no quiero ahogarme con ellas sabiendo que me puedo llevar conmigo también al pequeño que está creciendo en mi interior. Mejor no tentar a la suerte. Nada de uvas este año. Terminan las campanadas y me abrazo con María. Por un 2020 que vaya genial.
Miro el teléfono que no hace más que pitar. Y no le hago caso a ningún mensaje menos al que me ha llegado de Àlex.
No le respondo a Àlex. Lo único que sé es que debe habérseme cruzado alguna neurona porque cuando me doy cuenta ya estoy llamando a Marc.
(Marc)
A cada día que pasa dudo más de todo. Pero no soy capaz de preguntarle a Àlex por miedo a que al final si sea verdad lo que le dije a Xenia. No sé qué me pasó en el hospital. Supongo que fue parte culpa de la anestesia, y de saber que no iba a poder hacer nada durante semanas. Y que la enfermera me trajera la revista como si me hiciera un favor. Cuando vi a Xenia exploté. Y ahora ha pasado demasiado tiempo y me da miedo que sea verdad o que no me quiera perdonar.Esta tarde oí a Àlex hablando. Sé que debía ser con Xenia. Por eso me acerqué a escuchar, pero Àlex tiene el oído muy fino y me escuchó acercarme, por lo que se cayó hasta que entré en la habitación.
Ahora mismo estoy rodeado de amigos y familia. Pero no soy feliz. No hago ver. Y sé que Àlex sabe que empiezo a dudar de todo. Pero no dice nada. Cada vez que ha intentado ayudar hemos acabado peor, así que ahora ya no abre el pico.
Lo veo escribir en el teléfono y como me mira antes de seguir escribiendo. Debe ser Xenia. Ojalá poder saber cómo está y dejarla explicarse esta vez.
Mi teléfono empieza a vibrar en mi bolsillo. Lo saco sin ganas hasta que veo el nombre que está en la pantalla. "Xenia". Dudo mucho en sí cogerlo o no. Quiero hablar con ella, pero prefiero hacerlo en persona. Aunque si me está llamando después de tantas semanas, será que quiere hablar.
Respondo, pero al instante me arrepiento del todo y las palabras que han salido de mi boca. Así no voy a conseguir arreglar nada con nadie.
-¿Se puede saber que quieres ahora?- digo en un tono tirando a borde, aunque me sale sin quererlo.
-Yo...- parece nerviosa.
-¿Tú, qué?- pregunto intentando no parecer tan borde, pero no lo logro del todo.
-Por favor, no me cuelgues.
-Vale.- suelto de nuevo en el mismo tono.
-Marc... Yo... Quería decirte algo. No me parece que esta sea la mejor manera, pero es la única forma que tengo ahora.
-Dime.
-Esto... Qué estoy embarazada.No me da tiempo a asimilar nada. Enseguida oigo detrás de las últimas palabras de Xenia el móvil pitando avisando de que la llamada a acabado. Me ha colgado.
Al principio no entiendo nada. Luego tampoco. Solo soy capaz de quedarme quieto con el teléfono en la mano. Así que Àlex no tarda en venir corriendo a ver qué pasa.
-¡Marc! ¿Qué ha pasado? Estás blanco.
-Xenia...
-¿Xenia?
-Xenia me ha llamado.
-¿Qué te ha dicho?
-Qué... Qué está embarazada.Y tras repetir sus palabras todo me encaja. Joder, que voy a ser padre.
-No. Àlex dime qué no. No puede ser.
-Marc...
-¡DIME QUE ME ESTABA TOMANDO EL PELO!
-Marc, es mejor que hablemos de esto en casa.
-Será mejor, sí.Me despido cómo puedo de todos, y me voy con mi hermano a casa. Dónde me cuenta todo.
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Triple Márquez (TM 1)
FanfictionLa vida te puede cambiar de un día para otro, pero no todo tiene que ser para mal. Xenia Márquez Pérez es una recién descubierta cantante, que tras subir un vídeo a YouTube y llegar a miles de visualizaciones llega de golpe a la fama sin quererlo de...