Capítulo 21: Te gusta Marc.

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Trabajo, trabajo, y más trabajo. No paro quieta. Y mejor. Pablo parece que ya se ha relajado y ha olvidado que estoy enfadada con él y con sus malas decisiones. Le quiero, es mi hermano pequeño, pero no soporto que haga lo que le da la gana y luego actúe como si nada. Se mete con mi vida privada de la que no es capaz de preguntarme primero antes de criticármela. Y yo tengo que perdonarle toda y cada una de las tonterías que es capaz de soltar por esa boquita que tiene. Como ya he dicho, lo mejor que puede pasarme es estar todo el día fuera de casa trabajando y preparando cosas de mi carrera musical. Esa que no me hace gracia y de la que quiero desvincularme en cuanto me sea posible, pero la que me ayuda ahora en estos días a olvidarme de Pablo y de todo lo referido con él. Cada día me pone peor verle pulular por casa a sus anchas sin hacer nada y echándome miraditas que parecen significar "No te voy a hacer caso ninguno. Sé que no eres capaz de echarme". Y por ganas no serán. Algún día le echo sin pena ni rencor.

Hay semanas en las que estoy súper relajada, en las que no tengo que hacer nada. En las que me aburro de la mañana a la noche durante días. Hay semanas en las que no sé qué hacer. Y hay semanas como esta en las que casi no piso mi casa. Y con la mala relación que tengo con Pablo ahora mismo no sé si es el mejor momento para que vuelva a pensar que puede hacer lo que le da la gana con quién le da la gana y cuando le da la gana porque yo no estoy casi nunca en casa. Hace unos días tuve que ir a Barcelona a hablar de algunas cosas con la discográfica que me lleva el disco, las giras, las entrevistas y todo eso que me importa un pepinillo en vinagre. Sinceramente una vez allí, con algunas horas de por medio para volver a Almería y sabiendo que estaba relativamente cerca de dónde viven Àlex y Marc, pues pensé en ir a darles una pequeña visita. Pero luego me puse a calcular el tiempo, la distancia, y todo eso y me di cuenta de que no me daba el tiempo y que no me valía la pena. Ni siquiera sabía si esos dos iban a estar en casa o si la prensa iba a estar siguiéndome e iba a sacar una exclusiva de que he ido a conocer a mis supuestos suegros. Vamos, que me quedé en Barcelona hasta que salió mi AVE con destino a Almería. Todo para encontrarme al llegar a casa que mi hermanito se había vuelto a adueñar de ella como si nada hubiera pasado. Casi le mando a la mierda al volver, le echo en cara todo lo que me ha hecho, me voy medio día y al llegar el señorito ya se ha puesto cómodo de nuevo. Lo que me faltaba.

Cuando no he tenido que salirme de la provincia, y de la comunidad autónoma, he tenido que reunirme en otros sitios para seguir hablando de todo lo que hay pendiente. O hacer alguna videollamada también, que no me agradan mucho más tampoco. En resumen, que me he hartado de reuniones, de Pablo y de todo. Y en cuanto he visto la oportunidad y el fin de semana libre para mí me he acoplado en casa de María, que me ha dicho que sí me parece a mí por pena, y voy a quedarme aquí hasta que me eche a patadas cansada de mí y de mis tonterías. No sé cómo me aguanta la pobre. Si es que me ahogo en un vaso de agua. Y a cada minuto la estoy llamando o viniendo aquí para que me ayude a no matar a alguien. Cuando me libre de todo esto me la llevo de vacaciones al Caribe o a dónde me pida. Se lo está ganando a pulso. Mira que tener que aguantarme a mi casi que las 24 horas del día durante los últimos 20 años. Tiene mérito.

-No sé cómo me aguantas y cómo no me echas de una patada de tu casa más de una vez.
-Tú hermano es muy cansino, las discográficas son un tormento, y te conozco desde los 3 años Xenia. Sí no me he cansado de ti en 20 años, no creo que lo haga ahora.
-Conmigo te tienes el cielo ganado.
-Si no te quisiera aquí te lo decía.
-Eres la mejor.

Sigo a lo mío un rato hasta que María me suelta una pregunta que me deja en blanco.

-¿Qué tal con los Márquez el otro día?
-No sé. Pregúntales a ellos. Yo no los he visto desde que nos despedimos en Mojácar.
-¿No fuiste a verlos?
-La verdad es que pensé en hacerlo, pero al final no creía que llegase a tiempo para coger el AVE.
-Pues no sé de dónde se han sacado las imágenes...
-¿Qué imágenes?
-Supongo que será un montaje que han enviado a la prensa.
-La gente se aburre mucho. Demasiado.
-Y que lo digas. ¿Pero la única razón fue el AVE o había más razones?
-Qué no estaba tan cerca como yo pensaba, por lo que no iba a llegar a coger el AVE. Porque podían sacar fotos con conclusiones dudosas. Y sinceramente porque no me apetecía verle el careto a Marc.
-A Marc...
-Sí, al chulo engreído ese.
-¿Pero no estabais ya en paz? ¿Tú no te tendrás algo con Marc y estáis haciendo que os lleváis mal para que no se entere nadie?
-¿Para qué voy a fingir yo contigo que me llevo mal con ese? No lo soporto y listo. Estamos en tregua, pero eso no significa que me apetezca verle el careto mucho.
-Te voy a hacer una pregunta, y espero que seas sincera Xenia.
-Vamos a ver...

Estoy bebiendo agua esperando a que suelte la pregunta, pero me ahogo en el mismo instante en que la suelta porque para nada me esperaba una pregunta de ese tipo y menos en referencia con la Hormiga ridícula esa.

-¿A ti no te gustará Marc y finges que te cae mal para no admitirlo?
-¡¿QUÉ?!- respondo tras coger aire tras ahogarme con el agua.- ¡¡NI LOCA!!
-Tampoco sería tan raro.
-Qué no, María. Antes me pego un tiro en la cabeza que salir con ese. Si se cree el centro del mundo. Qué va. ¿Cómo va a gustarme a mí un tío así? Olvídalo.
-Vale, vale. Solo era una pregunta. No es para alarmarse tanto.
-Mejor no hablemos de ningún Márquez, ni Marc, ni Àlex, ni Pablo. He venido a disfrutar del fin de semana, y de estar contigo. Veamos una película. Tomemos algo. Yo qué sé. Lo que quieras. Pero olvidémonos de todo ser humano con pene que exista. Hoy no existen los chicos.
-De acuerdo. Hoy nada de chicos.

María me hace caso y así es como pasamos todo lo que queda de día. Sin hablar de Marc, sin hablar de Àlex, sin hablar de Pablo. Tampoco hablamos de mi carrera musical, ni de mis reuniones de esta semana. Solo comemos helado a cucharadas viendo películas y series durante todo lo que queda de sábado y todo el día siguiente. Es decir, durante todo el domingo. Un fin de semana como los que teníamos de adolescentes. Pero sin padres y sin hermanos. Sólo nosotras dos y nadie más que nos moleste. Un fin de semana sin preocupaciones, sin Pablo, sin nada.

Triple Márquez (TM 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora