Capítulo 60: Separación.

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He perdido la percepción del tiempo. Así que no sé cuánto tiempo ha pasado desde que he llegado hasta que oigo el portero zumbando en mi oreja. Me he pasado lo que pueden ser horas llorando cómo una idiota por Marc. ¿Por qué se ha puesto así por ver unas fotos de hace unos días con Àlex? Sabe que no me liaría con él, es como mi hermanito pequeño, no tan pequeño. Pero no me acostaría nunca con Àlex. Ni engañaría a Marc con su hermano. ¿Por qué se ha puesto así? No lo entiendo. No entiendo nada de nada.

El portero sigue sonando y sonando. Así que me decido a levantarme a ver quién es. Aunque debe ser o una persona equivocada o Àlex. Nadie más sabe que vivo aquí. Ni siquiera María sabe mi dirección. Sabe que me he mudado a Barcelona, pero todavía no le he dicho dónde vivo. Así que no puede ser ella por sorpresa. O es alguien equivocado de piso y vivienda, o es Àlex que viene a ver qué me ha pasado con Marc. Y sinceramente no sé si es lo mejor ahora mismo. No sé si quiero ver a Àlex ahora después de lo que ha pasado.

Me levanto porque los timbrazos no paran. Y cuando descuelgo el portero no me llevo ninguna sorpresa.

-¿Sí?
-Xenia ábreme. Soy Àlex.
-No estoy de ánimo. Pero gracias por venir.
-Sé lo que puede estar pasándole por la cabeza a Marc. Me ha contado lo que ha pasado. Por favor. Abre y te lo explico todo.
-Vaale.

Le doy al botón para que se abra la puerta abajo en la calle y espero en la puerta de mi piso a que Àlex aparezca. En 10 segundos ya está aquí, debe haber subido los escalones de 2 en 2, o de 3 en 3. Y en cuanto lo veo no puedo cabrearme con él. Sea lo que sea que haya hecho que Marc me gritara de esa forma no puedo echárselo en cara. Es mi hermanito pase lo que pase.

Le dejo pasar, cierro la puerta y nada más cerrarla ya lo tengo dándome un abrazo. Debe notárseme demasiado que he estado llorando.

-¿Dónde quieres ir?
-Vamos al sofá. Preferiría meterme en la cama, pero después de lo que me ha insinuado Marc, estaría muy fuera de lugar.
-Deja que te explique eso.
-Más tarde. Ahora no quiero escuchar nada, Àlex.

Àlex no protesta. Y ve conmigo la tele sin que ninguno de los dos le haga el menor caso. Incluso acabo apoyada en él dejándome dormir. Necesitaba a mi hermanito postizo. Solo él y Marc consiguen que me calme. Y Marc es el que me ha alterado. Así que no era una opción viable ahora mismo.

-Pablo y yo lo hemos dejado.- me dice Àlex así de un momento a otro.
-¿Qué?
-Marc está cabreado por las fotos porque sabe que he dejado a Pablo.
-Pero... ¿Cuándo ha pasado eso? Ninguno de los dos me ha dicho nada.
-A él le dará vergüenza decírtelo porque luego tendría que darte la razón. Y yo no quería que estuvieras mal.
-¿Qué ha pasado?
-¿De verdad quieres saberlo?
-Sí. Sois mis hermanos. Sí te ha hecho daño necesito saberlo.
-¿Quieres la versión larga o la corta?
-Con la que te sientas mejor.

Àlex hace una pausa larga como pensando por dónde empezar o que decirme. Pero luego creo que decide contarme la versión larga o completa.

-Después de Aragón y antes de irme a Tailandia bajé a Almería. No te dije nada porque quería daros una sorpresa a ambos. Sobre todo, a él. Pero la sorpresa me la llevé yo.
-Dime que no pasó lo que pienso.
-No sé lo que piensas, pero te voy a contar lo que pasó de verdad.

Vuelve a hacer una pequeña pausa, y luego prosigue.

-Llegué a casa de tus padres. Se alegraron mucho de verme, pero me dijeron que tú no estabas allí. Eso ya lo sabía yo, iba a ver a Pablo. Y eso es lo que hice. No supe ver las señales, intentaron pararme un par de veces. Pero yo seguí. Y cuando abrí la puerta de la habitación de Pablo sin llamar, ya sabes que tengo esa manía, me encontré algo que no querría haber visto.
-Dime que no estaba con Aymar.
-No sé cómo se llamaba, pero sé que era su mejor amigo o algo así. Y que no estaban jugando a las cartas.
-Àlex... Lo siento.
-No. No te disculpes. No es culpa tuya Xenia. El que tenía que haberse disculpado tendría que haber sido tu hermano, y lo único que me echó en cara es que no había llamado a la puerta. Le dejé allí mismo. Y luego me fui a casa sin pasar a verte. No estaba bien y habría tenido que contarte todo esto.

Lo abrazó sin pensármelo. Tener que ver a tu novio follando con otro tiene que ser decepcionante. Aunque todavía no entiendo porque Marc piensa que me voy a liar con Àlex. Ya no sale con Pablo, pero sigue siendo gay.

-Àlex...
-Dime.
-Sigo sin entender porque Marc ha reaccionado así. Sigues siendo gay, ¿no?
-Sí. Pero él solo sabe que he dejado a Pablo y que no he querido darle una razón. Sabía que si le contaba que Pablo me había engañado te lo contaría. Así que solo le dije que le había dejado pero que no podía contarle el motivo.
-Y al ver las fotos se ha pensado que la razón soy yo.
-Eso creo. A mí también me ha llamado de todo y me ha echado de la habitación sin dejarme hablar. Así que he venido a contarte todo esto.
-¿Crees que me dejará explicarle lo que pasa de verdad?
-Déjale unos días. Se acabará calmando.
-Eso espero. Ahh, y la próxima vez que te pase algo así, cuéntamelo Àlex. Nunca me pondré del lado de Pablo.
-Lo sé. Me lo advertiste muchas veces.
-Conozco bien a mi hermano y a su relación tóxica con Aymar. Siento que hayas acabado en medio de todo esto.
-Fui yo el que no supo ver lo que estaba pasando. Lo mío con Pablo no tiene arreglo posible. Pero tú todavía puedes arreglarlo con Marc.
-Sí. Todavía puedo.

Àlex se quedó todo el día. Incluso se quedó a dormir. En la habitación de invitados. Me habría encantado dormir con él. Pero después de las insinuaciones de Marc no quiero liarla más. A ver cómo convenzo a Mister Cabezota World de que no me estoy liando con su hermano, sino que me estaba ayudando a mudarme como sorpresa para él. Será difícil, pero espero que no imposible. Quiero a Marc. Y no quiero perderlo por algo que no es verdad.

Triple Márquez (TM 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora