Triple Márquez (TM 1)

Capítulo 32: Dos eventos y tres Márquez.

(Àlex)
No hacía ni 4 días desde que había visto a Xenia en Valencia. Bueno, tampoco es que le hiciera mucho caso que digamos. En cuanto vi a su hermano a su lado el jueves me apropié de él y dejé a Xenia prácticamente en manos de Marc. Debe odiarme ahora mismo básicamente. Aunque todavía me habla, así que no vamos tan mal. Si me responde es una buena señal. Y es lo que ha hecho. Marc se va a un par de eventos hoy a Madrid, y Xenia sé que tiene otro también. Le pregunté ayer y me respondió que está desde anoche en Madrid. Marc está a punto de salir, así que estoy intentando que me deje ir con él. Pero no hay manera ninguna de que me deje acompañarle sin darle alguna explicación razonable primero. ¿Qué más dará si quiero ir por una razón o por otra?

-Vaale. Xenia va a estar en Madrid también. Y quiero ir a verla para poder disculparme por haber pasado de ella en Valencia.
-¿Xenia va a estar en Madrid?
-¡Sí!
-Vale, te dejo venir. Pero iremos juntos a verla.
-De acuerdo. Esperaré a qué tengas un rato libre.
-Pues vámonos.

El viaje dura eternamente. Con Marc de los nervios y con prisa no puede ser de otra manera. No sé si es la mejor idea el haberle dicho que Xenia también iba a estar por Madrid. Y pedirle ir con él a Madrid tampoco. Me está poniendo de los nervios viendo como conduce con tal de llegar cuanto antes a la capital. Tendríamos que haber tardado unas 5 horas y media... Pero Marc va tan a lo loco y pisándole tanto al pedal del acelerador en cuanto puede que hemos llegado en menos de 5 horas. Es Marc Márquez. La velocidad y lo imposible siempre va con él.

Y lo tedioso del viaje no acaba cuando llegamos a Madrid. Qué va. Le he asegurado a Marc que iríamos justos a ver a Xenia. Y en cuanto llegamos a Madrid no hacemos más que ir de aquí para allá porque en todas partes le están esperando. Así que me aburro todo el día sin saber qué hacer y aguantando todas y cada una de las entrevistas que tiene que hacer Marc. Solo paramos para comer, y ni siquiera entonces nos dejan en paz del todo. Incluso comiendo le hacen preguntas. Y esto no lo pensé muy bien antes de meterme en el coche con mi hermano.

Para cuando por fin Marc me avisa de que ha terminado hace dentro de unas horas ya no sé si Xenia seguirá por Madrid. Queda muy poco de día ya para que todavía tenga algo pendiente o no se haya ido aún. Que si no se ha ido no significa que le dé tiempo tampoco para vernos. Pero tengo suerte y cuando la llamo para decirle que llevo todo el día por Madrid aguantando eventos de Marc, me dice que se queda hasta mañana por la mañana.

-¡Genial! Ya pensaba que había venido para nada. Marc no me ha dejado ir a verte sin él.
-¿Marc? ¿Hablamos del mismo Marc?
-Sí, sí. Hablo de mi hermano. Está loco por verte.
-¿Le has tomado la fiebre?- pregunta Xenia riéndose.
-No la cojas tanto con él. Si es muy bueno.
-¿En qué dices que es bueno Marc?
-En lo que tú quieras, Xenia.- suelta Marc quitándome el móvil porque ya ha estado escuchando a escondidas.

Ya no me entero de nada más porque Marc me secuestra el móvil y se va a otra parte a hablar él con Xenia hasta que cuelga y me devuelve el móvil por fin.

-¿Qué habéis hablado?
-Hemos quedado dentro de un rato y luego la he invitado a venir con nosotros al plató de El Hormiguero.
-¿Te ha dicho que sí?
-¿Lo dudas?
-No sé cómo podéis llevaros tan mal y bien a la vez. Pero aquí el que venía a disculparse era yo.
-Mala suerte.

Mi hermano y yo esperamos un rato hasta que Xenia nos avisa de que ya está cerca de dónde ha quedado con Marc, y entonces nos acercamos a dar con ella. Seguramente haya alguna cámara cerca por aquí. O alguien puede sacarnos alguna foto con un móvil, pero no me importa que Xenia se me tire encima cuando nos encontramos. Así me aseguro de que no está enfadada conmigo por haber pasado de ella en Cheste. No quiero estar mal con ella. Es mi amiga y... Y es demasiado pronto para hablar de más cosas.

A mí no es al único que saluda de forma algo efusiva. A Marc también le da un abrazo y no dos segundos. Estos dos juntos son muy raros. Cuando no se pican, parecen lo que no son. Porque solo son Marc y Xenia Márquez. No tienen nada más en común.

Pasamos todo lo que queda de tarde juntos intentando no llamar mucho la atención de la gente, ni de la prensa. Y cuando ya va quedando poco acompañamos a Marc al plató de El Hormiguero y allí nos acogen a Xenia y a mí muy bien. Incluso le preguntan a Xenia si le gustaría salir en el programa con Marc. Pero Xenia al principio no quiere robarle protagonismo a Marc. Pero acaban insistiéndole tanto, que acaba accediendo a salir en el programa. Aunque saldrá más tarde que Marc, en plan sorpresa.

Yo me quedo en otra parte viendo el programa desde una pantalla y veo como Marc aparece primero y como unos minutos después de presentarlo a él, Pablo Motos presenta a la segunda invitada, sorpresa del día. A Xenia. La cara de Marc que no sabía que iba a salir primero es de sorpresa y luego... Luego es diferente. No sabe controlarse con Xenia, aunque tenga más de 15 cámaras delante de él y a 1 millón de espectadores en riguroso directo.

Aunque Xenia también sonríe como ella sabe y tras saludar a todo el público se sienta al lado de mi hermano. Terminan junto a ella la entrevista a Marc y también le hacen una pequeña entrevista a ella. No sacan en ningún momento el tema de que según la prensa puedan ser cuñados, o incluso pareja. Saben ser discretos.

Como no estaba del todo preparado que estuviera en el programa, tras la parte de entrevistas, Xenia vuelve conmigo y vemos el resto del programa juntos. Y no reímos mucho con la prueba que le traen Trancas y Barrancas a Marc. Son preguntas con las que tiene que responder con mini pancartas de sí o no.

Cuando termina el programa Marc viene a dar con nosotros y salimos con la intención de ir a dar una vuelta por Madrid. Pero nada más salir del edificio de El Hormiguero, tenemos a la prensa encima y enseguida sacan cientos de fotos en segundos. Fotos que aparecerán mañana en los periódicos. Maldita hora en la que decidí venir desde Cervera y en la que dejé que Marc invitase a Xenia al programa.

Conseguimos salir de ahí cómo podemos y nos olvidamos de dar esa vuelta. Marc dice de coger el coche y volver a casa. Pero Xenia se niega a que estemos 5 horas en coche a estas horas de la noche. Así que acabamos en su habitación de hotel. Que no sé si es una buena idea. Pero es lo que hacemos.