Triple Márquez (TM 1)

Capítulo 3: GP Assen.

Pablo no deja de insistirme por días e incluso semanas de que le estoy mintiendo. No le bloqueo y le mando a la lista negra de contactos porque en el fondo le quiero. Es mi hermano pequeño. Pero ya no sé en qué idioma tendré que explicarle que no me gusta, no salgo y no conozco a Àlex Márquez más allá de haber visto una carrera suya con María hace unas semanas. Me ha quitado hasta las ganas de ver la televisión para ver cualquier cosa que aparezca en ella. Sí ya os digo que mi hermano se presenta a un concurso de pelmazos y lo descalifican por profesional. Te revienta las veinticuatro horas del día la cabeza hasta que decide que le has respondido lo que esperaba. Da igual lo que le digas, él nunca se va a quedar contento. Aunque le dijera que le conozco y que me lo tiro en secreto, cosa que claro que no hago, me llamaría de todo por no habérselo contado antes y tener que enterarse mediante la prensa. Con mi hermano nada nunca es suficiente ni es aceptable. Todo está mal siempre. ¿En qué momento se me ocurrió dejarle vivir conmigo?

-A ver, Pablo. Te lo voy a decir una sola vez más. ¡UNA! No conozco a ese piloto de nada, no me gusta, no salgo con él, no sé ni quién es. No sabía que existía hasta que llamé a María y una vez aquí se puso a ver las carreras. Me quedé fija mirando ¡LA CARRERA! No a él. Me llamó la atención ver una carrera de motociclismo. Punto. No hay nada más, no te oculto nada.

Mi hermano me mira mal y vuelve con las mismas que lleva durante semanas.

-¿Y de dónde se ha sacado la prensa eso sí no es verdad?
-Pero Pablo, que es la prensa del corazón. Esos se inventan lo que haga falta con tal de vender. ¿Eso lo entiendes?- le digo ya más que resignada.

Tras decirle esto parece darle vueltas al coco y pensar por fin que quizás tenga razón y sea un invento de los periodistas asociando y creando situaciones que no hay.

-Entonces no tengo un cuñado famoso.
-Y cuñado, a secas, tampoco.
-¿Y cuñada?
-No. No tengo novio, novia, ni nada. Sabes que no quiero nada con nadie, y menos con famosos.

Pablo se me acerca y me abraza. Por fin ha entrado en razón el chico.

-Lo siento hermanita. Debí creerte a la primera y preguntar primero antes de aceptar lo que decía la televisión.
-No pasa nada. Sé que solo te preocupas por mí.

Estamos tranquilos los dos un rato. Este sí es mi hermanito, y no el loco psicótico que he tenido en casa metido estás últimas semanas. Le quiero mucho, pero cuando activa el modo protector es insufrible. No hay quien le haga entrar en razón.

-Oye. Sí realmente te han gustado las carreras, la próxima podríamos verla juntos.
-Claro. Y llamamos a María también.
-En verdad mi idea era pasar un día de hermanos, pero bueno, María no me molesta.
-Ya veremos qué hacemos, ni siquiera sé cuándo era la siguiente.

Me pongo a darle vueltas a sí habían dicho cuando era la siguiente carrera, pero con todo esto de que han entendido lo que no era y con Pablo de hermano pequeño súper protector y eso, pues ya me he olvidado de cuándo o de dónde era la siguiente. Aunque si me acabo de acordar de otra cosa.

-Espera, ¿tú no tenías examen hoy?
-Bueno...
-¡Pablo!
-Lo sé. Los exámenes son importantes, pero con todo el rollo este de pensar que estabas con ese tío, pues no me he preparado muy bien el examen y he preferido no malgastar convocatoria.
-Bueno si era para no gastarla a lo tonto, pues bien. Pero deberías dejar de meterte tanto en lo que hago y centrarte en la carrera que Derecho no es una tontería.
-En la próxima me lo saco.
-Más te vale.

Desaparezco del salón y voy directamente a mi habitación. Podría ponerme a buscar el mundial de Moto2 y buscar yo misma si me he perdido ya alguna carrera y cuando es la siguiente, pero hoy estoy vaga y sé que María debe saberlo mejor que Google. Así que le mando un WhatsApp a mi amiga. La llamaría, pero debe estar ocupada y tampoco es algo súper urgente para necesitar la respuesta ya. Cuando pueda que responda. No hay prisa. Y además, ¿qué me interesa a mí saber si me he perdido alguna carrera? Para nada.