Capítulo 38: Ayuda de cuñis

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María me dejó loca tras decirme lo que pensaba. Y es verdad. Llevo desde ayer en las nubes intentando no darle la razón, pero es que tengo que dársela. Tiene toda la razón. He confundido todo. Pensaba que estaba enamorada de Àlex y solo veía en él al hermano que no tengo. Porque Pablo es como no tener hermano. Y en Marc solo vi un buen amigo tras la pelea inicial cuando lo que sentía iba mucho más lejos. Me he acostumbrado a aislarme tanto del resto de la gente que ya no sé lo que siento por nadie. Solo confío en María y porque la conozco de siempre.

Estoy con el móvil en la mano desde ayer cuando se fue María de casa. El dedo me tienta a llamar tanto a Àlex como a Marc. Y a la vez mi subconsciente me dice que no lo haga. Qué no haga el ridículo y deje pasar todo esto. Marc no siente lo mismo. Lo dudo. Pero tampoco puedo ocultar todo esto habiéndome dado cuenta de golpe. No puedo mirarle a la cara la próxima vez que le vea y no decirle nada. Pasar de mis sentimientos. Yo no valgo para eso.

¿Y qué le digo? ¿Le llamo y le suelto así sin más nada más responder que estoy enamorada de él? No. Así no se hacen las cosas. Eso es algo que se dice en persona. Y él no va a venir ni loco después de la que le lie en casa la semana pasada. Así que me tocará a mí ir a Cervera e hincar la rodilla como quién dice. No le voy a pedir matrimonio, como es obvio. Pero sí me voy a declarar en otro sentido. Uno más básico. Y que me diga lo que me tenga que decir. Así no me puedo quedar.

Antes de echarme atrás yo misma, busco una maleta. Meto ropa como para irme 3 meses o toda la vida a Cervera. Y una vez tengo la maleta preparada llamo a mi nuevo cuñado. O lo que sea de Pablo. A Àlex. A mi nuevo hermano pequeño político. No están casados, y ni siquiera sé sin son novios, pero yo voy a darlo por hecho. Me da iniciativa para llamarle, y la necesito si quiero decidirme a ir a Cervera así a lo loco. Lo que me están cambiando estos dos hermanos. O mejor dicho. Lo que me están devolviendo.

-¡Hola!- responde Àlex tras un solo tono.
-¡Hola cuñadito! O lo que seas.
-Me gusta, me gusta.

Me rio nada más oírlo y me siento orgullosa de él y de mí misma. No sé bien la razón. Pero me siento bien teniéndolo como hermano postizo.

-Me alegro. ¿Pero eres el novio de mi hermano o no?
-¿Quieres que te sea sincero?
-Por favor.
-No tengo ni idea. No me da mucho tiempo a hablar cuando estamos juntos. Solo me da tiempo a...
-¡CALLA! Detalles no. No quiero saber cómo te follas a Pablo. Ni te pienso contar lo que haga yo con Ma...- intento parar cuando me doy cuenta de lo que estoy diciendo. Pero ya es demasiado tarde. He empezado a decir su nombre.
-¿Me he perdido algo, cuñadita?- pregunta Àlex recalcando la última palabra.
-Necesito un favorcito.
-¿Me vas a contar el qué?
-¿Está por ahí?
-No. Ahora está con el fisio.
-Vale.

Le cuento todo. Desde que creía estar enamorada de él mismo, hasta que por último me he dado cuenta de que era de su hermano del que lo estaba. Y que necesito que me ayude a ir a hablar con él. No quiero ir a lo loco sin avisar a nadie y encontrarme que se han ido a Andorra a pasar dos semanas. Por decir algo.

-Estoy flipando.
-Te quiero Àlex. Pero como a un hermano. Y me lo debes. ¡Nunca me dijiste que eras gay! ¡Ni que te tirabas a mi hermano pequeño!
-Nada me gustaría más que tenerte como cuñada Xenia.
-Eso dependerá de Marc.
-Sí, pero créeme que no será algo difícil. Y hasta aquí puedo hablar.
-¿Cuándo puedo ir?
-¿Hoy? Bueno, ya es tarde y no llegarás de día. Pero puedes venir mañana si quieres y te viene bien.
-No tengo compromisos hasta después de Reyes. Puedo ir.
-Pues aquí te esperamos. Y no, no le diré nada a Marc. Será nuestro secretito.
-¡Gracias! Ahh, y ten cuidado con Pablo. No es un chico muy fiel que digamos. Y lo último que quiero es que te haga daño, Àlex.
-No soy un niño, pero gracias por preocuparte por mí.

Me despido de Àlex y luego no sé qué más hacer hasta que llegue mañana. Por mí cogía el coche ahora mismo y me iba a Cervera ya. Pero tiene razón. Llegaría de noche, y no es plan.

¿Me querrá escuchar Marc? ¿Me dejara hablar? ¿Querrá verme? Àlex no le va a decir que voy a ir. Así que no me espera. Y quizás no quiera verme después de darle una ostia el otro día en caliente. No pensé mucho ni bien lo que hacía. Y ahora quizás Marc me odie. Son tonta. No son idiota. Tenía razón. No era él que debía decirme ni las preferencias de su hermano ni con quién andaba liado. Ni siquiera Pablo me dijo nada. Y dudo que fuera por petición de Àlex. Aunque Pablo solo sabe joder a todos y pensar en sí mismo.

Hablando de Pablo. Todavía no ha aparecido. No quiero llamarle. No quiero desconfiar de él. Y tampoco puedo llamar a casa si pretendo dormir tranquila esta noche. Y si llamo no me van a dejar en paz ni un segundo. No he pasado por casa en estos días festivos y me lo van a echar en cara si llamo pasa saber dónde está Pablo. Así que mejor me olvido de mi hermano y que haga lo que le dé la gana mientras no haga daño a Àlex con ello. Vamos, que si me entero que está en casa de Aymar va de cabeza a Àlex y le corto de un tajo todo lo que me pille a mano.

Me cambio de ropa. No sé para qué me he puesto ropa hoy. No pensaba salir. Y María no podía venir tampoco. Supongo que por si venía Pablo. O más bien, por si Pablo venía acompañado de nuestros padres. Me quito la ropa y me pongo el pijama. Escribo una nota para dejarle mañana a Pablo, y luego me meto en la cama, cierro los ojos e intento dormir. Pero es imposible por un momento. No puedo pegar ojo. Solo me viene Marc a la cabeza. Marc y sus posibles reacciones. A verme. A lo que siento. A ir a verle. A todo. Y nada bueno pasa por mi cabeza ahora. Nada. Solo quiero dormir. Salir mañana por la mañana a Cervera. Soltarle todo esto a Marc y si hace falta venirme de vuelta con las mismas a Almería. No quiero que me diga nada que no pueda aguantar. Así que quizás aprovecho cualquier momento de duda de Marc para irme corriendo de vuelta a casa. Como una gallina. Como una cobarde. Pero es que no quiero perder a Marc de mi vida. Y tampoco a Àlex. Y sé que es una opción posible.

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Triple Márquez (TM 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora