Triple Márquez (TM 1)

Capítulo 52: Rollos de papel higiénico.

Llevo un corre, corre desde el domingo. Marc me dijo que iba a estar el miércoles en Madrid y no he hecho más que volverme loca desde entonces. Aunque ya lo tengo casi todo preparado. Ya tengo la maleta hecha y el billete de tren para ir a Madrid. 6 horas y 38 minutos para llegar a Madrid. Llegaré para la hora de comer, y espero poder hacerlo con Marc. Aunque quién sabe. Quizás ni comer le dejan. Para volver ya veré. Quizás me voy con Marc a Cervera y ya vuelvo a Almería otro día. Tendré que hablarlo con él, aunque dudo que se niegue. Y yo no creo que me conforme con verle cada descanso que tenga antes de que se vaya a la gira asiática la próxima semana.

Salgo mañana por la mañana temprano. Y llegaré a Madrid a la 13:40. Hora perfecta para comer con Marc. Aunque no sé qué horarios tiene para los eventos y si podrá hacer una pausa nada más llegar yo o ya habrá parado a comer antes de que llegue a Madrid. Ojalá no estuviéramos tan lejos siempre. No llevaría tan mal estos pocos momentos en los que podemos y no podemos a la vez vernos. Lo que voy a hacer mañana es básicamente perder el tiempo. Casi 7 horas de trayecto y luego esperar a que Marc se quede libre, aunque sea 5 minutos y podamos vernos. Ojalá poder irme a Cervera con él después del día en Madrid. Pero no sé cómo le va a sentar que se lo sugiera. Puede que ni lo dude. Puede que me llame loca y me diga que no. Que es mejor que vuelva a casa. Ya veremos si se lo digo y que responde en ese caso.

Debería avisar a Leti de que voy a ir a Madrid a ver a Marc. Y que podría presentarlo ya de una vez. Pero con el poco tiempo que tengo ya para pasar con Marc... Sonaré egoísta, pero prefiero pasar todo ese tiempo sin una tercera persona con quién compartirlo. También lo hablaré con Marc cuando termine con todo. Quizás me da permiso y me anima para llamarla y quedar. Los nervios ahora mismo solo me hacen pensar en las peores posibilidades.

Ahora me toca dormir para mañana coger el tren descansada. Los nervios no me dejan pegar ojo al principio. Y ya es tarde para llamar a Marc también. Así que solo puedo dar vueltas hasta que me quede dormida. Algo que tarda un poco tirando a bastante en pasar. Pero al final me quedo dormida del molimiento de dar vueltas en la cama y pensando en que mañana podré ver a Marc.

Me despierto por la mañana cuando suena la alarma del móvil. ¿Ganas de levantarme? Ningunas. ¿Ganas de lanzar el móvil a dónde llegue? Demasiadas. Pero si quiero no tener que comprarme un móvil nuevo y quiero ver a Marc hoy, me tengo que levantar ya o perderé el tren para ir a Madrid. Así que designada me levanto, me visto con la ropa que había preparado, desayuno corriendo y salgo de casa. No puedo tardar más en irme a la estación o a final me quedo aquí.

Llego por los pelos a coger el tren. He remoloneado demasiado en la cama y ahora por poco pierdo el tren. Miro el móvil durante las casi 7 horas de trayecto para entretenerme. Pero no tengo nada interesante que ver. Los únicos perfiles que me interesan en Instagram son los de Marc y Àlex, y ninguno ha subido nada. Y con las prisas me he olvidado de coger un libro para el trayecto. Me tocará mirar por la ventana 7 horas.

Cuando me faltan unos 15 o 20 minutos para llegar a Madrid me doy cuenta de que todavía no he avisado a Marc de cuando llego. Así que intento llamarle a ver si hay suerte y puede cogerlo. Si no le mandaré unos WhatsApp.

-¿Te has echado para atrás al final?- me responde Marc.
-Claro que no. Me quedan 15 minutos para llegar a Madrid. ¿Qué horario tienes?
-Todavía me queda un rato. Cuando acabe te llamo para ver dónde nos vemos.
-También podría ir a dar contigo. Prometo no robarte el protagonismo.
-Como vengas no salimos de aquí ninguno.

Se oye de fondo como le pregunta alguien si es con Àlex con quién habla. Y que si soy Àlex que pase. Marc le responde a quién sea que solo es un amigo que está por Madrid. Como diga que soy yo, tiene razón, no nos sueltan nunca.