Carta No. 2

13 1 0
                                    

Carta no. 2

21 de abril 

Querido Leo:

Me encuentro en Londres después de la gira de la compañía y te he extrañado horriblemente. ¡Tantas cosas por contarte y el papel no me ayuda a poner en claro mis ideas! Primero, debo pedirte perdón porque te corté las alas y te dejé marchar con el corazón roto. Tienes todo el derecho a estar enojado conmigo y no querer volver a saber nada de mí nunca más.  Tú y yo estábamos destinados a encontrarnos, almas gemelas que pudieron verse a sí mismas una en la otra como en un espejo. Sin embargo, vivir juntos no era nuestro destino, ya sea por mi miedo a pertenecer a alguien más o a ser lastimada, o por la terrible certeza de que los dos somos seres errantes que deben continuar su camino.

No quiero soltar excusas, pero pienso que de seguir juntos nos hubiéramos asfixiado mutuamente y matado poco a poco. Casados hubiéramos renunciado a nuestras pasiones: yo a bailar y tú a capturar la belleza. ¿Crees que eso hubiera sido vida? Ahora lo tengo más claro que nunca y en compañía de tu ausencia me doy cuenta de lo mucho que te amo. Es por eso que no quiero que salgas de mi vida. ¿Crees que podemos ser amigos?      

Debo confesarte que durante mi gira conocí un hombre de carácter fuerte y valiente que me hizo ver lo cobarde que era. Hizo que cuestionara mis creencias, mi filosofía y mi visión. Me demostró que no podía seguir huyendo como lo había hecho todos estos años y que estaba equivocada. Sí, me equivoqué al no confiar en ti o en los demás. Comprendo que era necesario que nos alejáramos, de lo contrario nunca hubiera podido conocer a este hombre. Así es como hubiéramos llevado a cuestas una vida amarga, destruyéndonos el uno al otro y culpándonos mutuamente de nuestra infelicidad.

Me estoy tomando unas vacaciones en Londres y me encantaría volver a verte. Eres bienvenido a  visitarme. Le he contado a él todo sobre ti y me ha insistido que le gustaría conocerte. Estaremos aquí hasta mediados de mayo y después regresaremos a París. Contáctame, quiero saber de ti. Te amo donde quieras que estés.

Tuya,

Josette Venel

Espejo Místico y lo que dejó una devastadora Guerra MundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora